Ex empleados de una mina de uranio de And¨²jar piden tratamiento m¨¦dico a cargo del Estado

Trabajadores de la antigua F¨¢brica de Uranio de And¨²jar (Ja¨¦n) presentaron ayer en el Parlamento andaluz un informe de su situaci¨®n m¨¦dica para que se reconozcan sus dolencias como enfermedades profesionales y se les trate. Sesenta y cuatro empleados o fam¨ªliares han muerto, la mayor¨ªa de ellos de c¨¢ncer, silicosis, o congesti¨®n pulmonar. Tambi¨¦n reclaman que el Centro de Investigaciones Energ¨¦ticas, Medioambientales y Tecnol¨®gicas (Ciemat) les entregue sus historiales cl¨ªnicos y que la Junta de Andaluc¨ªa asuma su tratamiento sanitario. La mina se cerr¨® en 1981.

La presencia de los trabajadores de la f¨¢brica de uranio en el Parlamento andaluz es la ¨²ltima de una serie de movilizaciones iniciadas en 1990, cuando se dieron a conocer los primeros informes que reflejaban un alto ¨ªndice de muertes prematuras de trabajadores y la presencia de deficiencias f¨ªsicas y ps¨ªquicas en sus hijos.En los 42 diagn¨®sticos incluidos en el informe presentado ayer en la C¨¢mara destaca la presencia generalizada de afecciones del sistema respiratorio, huesos y visi¨®n, tras una media de 15 a?os de trabajo en la explotaci¨®n. Fibrosis pulmonares, silicosis y bronquitis son las enfermedades m¨¢s generalizadas. El cuadro m¨¦dico de uno de los trabajadores es el siguiente: "Astenia izquierda. Estertores en bases. Insuficiencia card¨ªaca. Fallecimiento por linfosarcoma". Este empleado muri¨® con 36 a?os despu¨¦s de haber trabajado 10 en la empresa.

Los ex-empleados han realizado declaraciones incluidas en el expediente en las que aseguran que nunca se les inform¨® del riesgo de sus puestos de trabajo, de las precauciones que deb¨ªan adoptar, de los efectos de las radiaciones o de las acciones necesarias en caso de accidente. "Durante a?os", afirma un empleado en su declaraci¨®n, las ropas de los trabajadores, impregnadas de la suciedad y residuos propios del trabajo eran llevados para su limpieza a los propios hogares con el consiguiente peligro para las familias".

Uranio en el r¨ªo

La actividad en las instalaciones, que en 1984 fueron enterradas, estuvo marcada por incidentes diarios, seg¨²n los trabajadores. "Hab¨ªa escapes de l¨ªquidos y yo ten¨ªa que levantar las mangueras de los tanques, porque me daba pena ver que hasta uranio puro iba al r¨ªo". Desmayos por inhalaciones, manipulaci¨®n de materiales radiactivos sin protecci¨®n, derrames, concentraciones son s¨®lo alguna de las deficiencias denunciadas.

No s¨®lo los empleados se han visto afectados. Familias enteras aseguran padecer los efectos de la radiaci¨®n. Esta es la declaraci¨®n de uno de los empleados: "A.B.P. vivi¨®, junto con su familia, dentro de la f¨¢brica de uranio. Est¨¢ dado de baja con invalidez permanente absoluta y tiene una hija con problemas de huesos y columna. Su mujer tiene problemas de eccemas, coraz¨®n y artrosis. Enresa le comunic¨®, hace poco, que ten¨ªa, que dejar su casa por el "ambiente radiactivo que ten¨ªa alrededor, que era peligroso para su salud".

Miguel Yuste, miembro del Ciemat y delegado de la Confederaci¨®n General del Trabajo, sindicato que ha llevado la iniciativa en las demandas de los trabajadores, asegura que el ¨²nico motivo para que el Estado no reconozca que padecen enfermedades laborales y entregar los informes m¨¦dicos completos es, seg¨²n dijo, "el miedo a reconocer el riesgo de la radiaci¨®n".

En 1981 la F¨¢brica paraliza su actividad industrial y comienzan las negociaciones para clausurarlas. Finalmente, en 1984 se procede a enterrar el complejo. El conjunto industrial de la F¨¢brica de Uranio, destinado a la obtencion de concentrados de este mineral radiactivo, se cre¨® en 17 hect¨¢reas de And¨²jar, junto al r¨ªo Guadalquivir, en 1959. Desde entonces, el Ciemat ha realizado ex¨¢menes m¨¦dicos peri¨®dicos a sus trabajadores. Desde hace cuatro a?os ha habido acciones de los trabajadores para conocer el alcance real de la contaminaci¨®n. Ya en 1991 se llev¨® un informe al Parlamento andaluz, y en 1992 trabajadores y viudas de empleados forma una asociaci¨®n para demandar indemnizaciones y consiguen que el pasado verano se presente un estudio en la C¨¢mara europea.