Ser o no ser e Europa
Espa?a se juega el futuro de su influencia y peso europeos en el ¨²ltimo envite de la ampliaci¨®n
La hora de la verdad ha llegado para Espa?a. El martes Noruega cerrar¨¢ muy probablemente los dos ¨²ltimos cap¨ªtulos de su torturada negociaci¨®n de adhesi¨®n. La caza de ballenas y la matanza de focas, beb¨¦s incluidos, practicadas por los noruegos, son el ¨²ltimo obst¨¢culo para la culminaci¨®n del cap¨ªtulo medioambiental. Las exigencias de Espa?a y Portugal, que quieren acceder a los caladeros noruegos, es la ¨²ltima barrera a franquear en el cap¨ªtulo pesquero. En ambas cuestiones se respira optimismo. Noruega se halla a punto de ceder. Su ministro de Pesca, Jan Henry Olsen, ya no repite la frase "ni un solo pescado m¨¢s", y asegura, por el contrario, que pedir¨¢ el voto en favor de la Uni¨®n Europea en el refer¨¦ndum, lo que no es poco para la persona a quien la primera ministra, Gro Harlem Brutland, concedi¨® una especie de derecho de veto a la adhesi¨®n.Superados estos obst¨¢culos queda la prueba m¨¢s dif¨ªcil. Espa?a y el Reino Unido, con el tibio apoyo de Italia, se niegan a aceptar la nueva distribuci¨®n de votos en el Consejo de Ministros. El Gobierno de Madrid quiere conservar la posibilidad actual de que dos pa¨ªses grandes y uno peque?o puedan impedir una decisi¨®n. La distribuci¨®n de votos ponderados en la Europa de los 12 proporcion¨® a Espa?a (con sus 8 votos) la posibilidad de crear una especie de minor¨ªa de bloqueo mediterr¨¢nea.
En la Europa de los 16, en cambio, Espa?a necesita el concurso de otro pa¨ªs para alcanzar los 27, cuesti¨®n que los diplom¨¢ticos espa?oles curtidos en las negociaciones bruselenses consideran como una p¨¦rdida de peso espec¨ªfico casi insoportable. "Nos convertimos en un pa¨ªs de tercera", aseguran. Pero este argumento es de dif¨ªcil explicaci¨®n para los otros socios. La distribuci¨®n de los votos en las instituciones comunitarias a lo largo de las ampliaciones ha seguido una proporci¨®n bastante estable, que sit¨²a la minor¨ªa de bloqueo en un 30% de los votos ponderados del Consejo. El Reino Unido y Espa?a quieren ahora que con algo m¨¢s del 25% de los votos (23 sobre 90) se pueda bloquear una decisi¨®n.
Un argumento que, por el contrario, despierta inmediatamente inter¨¦s es el de la representatividad del voto. Algunos informes del Parlamento Europeo y de especialistas en cuestiones comunitarias sugieren la creaci¨®n de un sistema doble, de votos ponderados -como ahora- y de poblaci¨®n. "No puede tomarse una decisi¨®n contra un tercio de los europeos", argumentan los negociadores espa?oles. Apoya este tipo de razones la desproporci¨®n entre el valor de un voto alem¨¢n (ocho millones de personas) y de un voto luxemburgu¨¦s (200.000), o entre un voto espa?ol (4.800.000) y un voto noruego (1.400.000).
Grave inconveniente
Este razonamiento tiene un grave inconveniente para Espa?a. Si se aplica la proporci¨®n de un 30% de la poblaci¨®n no salen tampoco las cuentas. La actual minor¨ªa de bloqueo de 23 votos puede obtenerse mediante Italia (56,9 millones), Espa?a (39,1) y Portugal (9,8), lo que significa 105,8 millones de habitantes. El 30% de los 372,2 millones que tendr¨¢ la Europa de los 16 es 111,6 millones. "Por eso hablamos de un m¨ªnimo de 100 millones de habitantes" asegura un diplom¨¢tico espa?ol.
"Est¨¢n en juego los intereses nacionales, es una cuesti¨®n de Estado". Este es, en cualquier caso, el argumento definitivo, que contiene una amenaza hasta ahora nunca esgrimida y menos utilizada por Espa?a, la de vetar una decisi¨®n de la Uni¨®n -nada menos que el paso hist¨®rico de la admisi¨®n de cuatro nuevos socios- porque est¨¢n en juego intereses nacionales. Otros pa¨ªses, Francia, Alemania y el Reino Unido, lo han hecho o han amenazado, muy eficazmente, con hacerlo.
El Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez cuenta con el apoyo de todos los grupos parlamentarios y con la simpat¨ªa de algunos paises. Pero tiene ante s¨ª a un enemigo temible, el canciller alem¨¢n, Helmut Kolh, dispuesto a ampliar para abrir la puerta a sus vecinos del Este.
Tiene tambi¨¦n un extra?o compa?ero de cama. Espa?a ha, practicado la resistencia a la ampliaci¨®n porque quiere m¨¢s Europa, mientras que el pa¨ªs menos entusiasta de la ampliaci¨®n, que es el Reino Unido, quiere mantener la actual minor¨ªa de bloqueo por lo contrario, porque desea menos Europa.
Resistir las presiones
No hay componenda posible en la cuesti¨®n de la minor¨ªa de bloqueo. Tanto el presidente de la Comisi¨®n, Jacques Delors, como el presidente del Parlamento, Egon Klepsch, lo han indicado con rotundidad en las ¨²ltimas horas. "Lo que proponen [Espa?a y el Reino Unido] es una desviaci¨®n de la filosof¨ªa del Tratado y de su equilibrio institucional, y es inaceptable", dijo Delors el viernes en Par¨ªs. "El Parlamento no dar¨¢ su visto bueno si no se satisface esta condici¨®n [los 27 votos de minor¨ªa]", dijo Klepsch a la televisi¨®n austriaca.La Comisi¨®n, con Delors al frente, ha ideado una propuesta para tranquilizar a los espa?oles sobre su p¨¦rdida de peso pol¨ªtico. Se pactar¨¢ un programa le gislativo para 1995 y 1996, en el que queden excluidos los asuntos conflictivos o bien se reconozca un cierto derecho a exigir la antigua minor¨ªa en los temas sensibles para Espa?a. A la vez, se pondr¨¢ en marcha una comisi¨®n de expertos que empezar¨¢ a trabajar en la reforma institucional de 1996. Esta propuesta no gusta por el momento a los espa?oles.
La pregunta que est¨¢ en la mente de todos en Bruselas y en las principales capitales es si el Gobierno espa?ol ser¨¢ capaz de resistir a todas las presiones has ta convertirse en el responsable del fracaso de la ampliaci¨®n de la Uni¨®n Europea.
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