Willy Brandt culpa a la Iglesia del atraso espa?ol en una carta escrita en la guerra civil
Una carta in¨¦dita del ex canciller socialdem¨®crata alem¨¢n Willy Brandt, fallecido en 1992, fechada el 16 de abril de 1937 en Barcelona y dirigida al sex¨®logo Wilhelm Reich, fue publicada el pasado s¨¢bado por el Tageneitung de Berl¨ªn. Brandt, emigrado de Alemania cuando el nazismo se hizo con el poder, presenci¨® con 24 a?os la guerra civil espa?ola, conociendo en el frente aragon¨¦s al gravemente herido escritor brit¨¢nico George Orwell. El asesinato de un amigo ¨ªntimo por el NKWD (antigua polic¨ªa pol¨ªtica sovi¨¦tica, antecesora del KGB) origino en Brandt su evoluci¨®n hacia el "socialismo democr¨¢fico". En esta carta da muestra de realismo y pragmatismo a expensas de la ideolog¨ªa y considera necesaria la centralizaci¨®n del mando militar y la limitaci¨®n del proceso revolucionario en beneficio de una coalici¨®n antifascista.
"Te quiero decir que la contumacia del movimiento causa una sensaci¨®n deprimente... Cu¨¢ntas veces me he puesto rabioso por ciertos rasgos de arrogancia nacional, sobre todo de los catalanes, por la de sarrollada incapacidad de organizaci¨®n, ignorancia y deja dez notoria. Cu¨¢ntas veces he recordado lo que un amigo me dijo sobre los espa?oles: ?Los espa?oles durante siglos han estado con el culo hacia Europa! Y efectivamente: cu¨¢nto se nota en los espa?oles e incluso en los nuestros, que hasta tiempos presentes han estado en las garras de la Iglesia cat¨®lica, con todos los fen¨®menos que lo acompa?an, hipocres¨ªa, indecencia, contumacia"."La guerra, que empez¨® como guerra preventiva de las bandas militares envilecidas por el fascismo internacional contra el movimiento popular en poderoso aumento, y cuyo car¨¢cter durante los primeros meses tuvo los rasgos de una lucha entre la clase oprimida y la opresora, desde entonces, por la paralizaci¨®n del proceso de reestructuraci¨®n social y por la masiva intromisi¨®n de la con trarrevoluci¨®n internacional ha adquirido el car¨¢cter de una guerra de independencia. Esto conlleva el enlace de fuerzas progresivas y regresivas".
Guerra y revoluci¨®n
"Las peleas en nuestro bando son m¨¢s que envenenamiento y maldad. Surgen de dos opiniones sobre el car¨¢cter de nuestro movimiento, la opini¨®n que no quiere pasar de los l¨ªmites del parlamentarismo y los que consideran imprescindible la revoluci¨®n proletaria para ganar en el frente. Para m¨ª est¨¢ claro que guerra y revoluci¨®n van inseparablemente ligadas. Tambi¨¦n tengo claro que nuestro ¨¦xito en la guerra decidir¨¢ sobre la conservaci¨®n de los logros revolucionarios y que las victorias militares deciden sobre la reanimaci¨®n de las fuerzas re volucionarias. Ya que por aqu¨ª el car¨¢cter de las disputas sangrientas es tan contradictorio, no tiene raz¨®n ni uno ni otro lado del frente organizado".
"Si es as¨ª que los anarquistas, sobre todo de Catalu?a, encarnan a la tradici¨®n revolucionaria y al ¨ªmpetu revolucionario de las masas, tambi¨¦n son la expresi¨®n de multitud de elementos fan¨¢ticos. Si bien es cierto que el POUM hizo en algunos casos el an¨¢lisis m¨¢s acertado las l¨ªneas estrat¨¦gicas, a la vez representa al dogmatismo y al sectarismo".
"Si es as¨ª que el PCE y el PSUC catal¨¢n, que siguen a la pol¨ªtica de la URSS, tienen un concepto equivocado del car¨¢cter de las luchas espa?olas, por otro lado constituyen el factor que m¨¢s en¨¦rgicamente quiere imponer las necesidades que derivan del elemento hoy predominante de la guerra de independencia. ( ... ) Dije antes que el proceso de reestructuraci¨®n social se ha quedado parado. Catalu?a, Barcelona hab¨ªa avanzado m¨¢s en esto. ( ... ) En comparaci¨®n con Barcelona, Valencia da la sensaci¨®n de mayor seriedad, porque est¨¢ m¨¢s cerca de la guerra, m¨¢s decidida. Barcelona con sus peleas, su atm¨®sfera de retaguardia, en comparaci¨®n, parece de zarzuela, como me dijo un conocido. Y a la vez, Valencia es un poblacho mucho m¨¢s burgu¨¦s, Barcelona expresa con much¨ªsima m¨¢s fuerza a los trabajadores revolucionarios. Madrid por su parte ya est¨¢ caracterizada por los viejos -y nuevos- oficiales del Ej¨¦rcito Popular".
"Sin embargo, soy contrario a hablar del actual triunfo de la contrarrevoluci¨®n pero primero la tan repetida pregunta: "?Qu¨¦ es del esp¨ªritu de nuestros luchadores en el frente que han salido para ganar al fascismo y llevar a la victoria al socialismo?", es decir, ?c¨®mo reacciona el viejo miliciano frente a su transformaci¨®n en soldado del Ej¨¦rcito Popular? Muchos camaradas, sobre todo de los internacionales, se han desanimado o incluso han tirado el fusil. Sobre todo entre los anarquistas se observan muchos casos, en que los camaradas se sienten enga?ados. Pero en esto tienes que estar atento a lo siguiente: aqu¨ª se entreteje el elemento de la resistencia de las fuerzas trabajadoras revolucionarias y progresistas con el de la falta de disciplina".
"Ninguna de las fuerzas antifascistas ha podido oponerse a la creaci¨®n de un mando ¨²nico... Estamos tratando, acorde con nuestro concepto, del restablecimiento de la antigua disciplina pero al servicio de una causa progresista, al servicio de la victoria sobre el fascismo; una decisi¨®n de importancia hist¨®rica mundial. Y este sentimiento, tenemos que machacar a los fascistas y para esto hay que unir los huesos. Ser¨ªa totalmente equivocado hablar de cansancio en nuestro frente. Nuestros milicianos atacan una y otra vez con el grito: ?Pasaremos! E incluso cuando materialmente son muy inferiores. Pongo todas mis esperanzas en nuestro frente. Guadalajara, C¨®rdoba, la nueva actividad en el frente de Arag¨®n, todo esto da motivo a las perspectivas m¨¢s optimistas. En Bilbao la situaci¨®n a¨²n es muy cr¨ªtica; si por fin pudi¨¦ramos pasar en Huesca, los obligar¨ªamos a retirarse del Pa¨ªs Vasco".
Burocracia y costura
"Te habl¨¦ de la normalizaci¨®n en la retaguardia. ( ... ) Necesitamos la centralizaci¨®n porque necesitamos una fuerza rompedora. Necesitamos un ej¨¦rcito. Necesitamos una econom¨ªa de guerra y no al capitalismo de sindicatos que en muchos casos fue el resultado de la colectivaci¨®n de las empresas. ( ... ) Es un hecho que las organizaciones han perdido sus mejores, mientras los m¨¢s valiosos son absorbidos por el frente. En lo que queda, cualquiera que quiere, puede ver que la burocracia no es una planta nacional rusa, sino que aqu¨ª crece incluso con m¨¢s abundancia. Todos tendremos a¨²n muchos problemas por esto".
"Los peque?os burgueses, a medida que las banderas rojas han sido destruidas por las coloradas, han cambiado su atuendo proletario por el traje de domingo. ( ... ) Tambi¨¦n las banderas rojinegras que cuelgan en las iglesias est¨¢n deste?idas. En Espana podemos afirmar tranquilamente que la Iglesia cat¨®lica es considerada la fuerza opresora y el nido de fascistas".
"Estabas preocupado por la salida de las mujeres de las milicias. Te alegras de escuchar que muchas mujeres luchan con gran valor. Te tengo que decepcionar otra vez. ( ... ) Durruti se vio obligado a fusilamientos cuando grupos enteros de prostitutas se hab¨ªan introducido en el frente disfrazadas de milicianas". ( ... ) "La secci¨®n de mujeres ha pasado de los ejercicios militares a la costura. Y la literatura sobre la cuesti¨®n feminista se limita a traducciones cl¨¢sicas. ( ... ) La prostituci¨®n sigue siendo la forma de vida sexual de la juventud. Sigue el poder de la Iglesia incluso donde la bandera rojinegra ondea sobre las iglesias convertidas en ¨²tiles almacenes..."
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.