Los bi¨®logos rechazan la 'limpieza' del r¨ªo Tinto

El r¨ªo Tinto, en Huelva, se llama as¨ª por el color rojizo que presentan sus aguas en gran parte de su cauce, que nace en la antiqu¨ªsima zona minera que lleva su nombre. La Junta de Andaluc¨ªa quiere ahora empezar a descontaminar el r¨ªo con vistas al uso de sus aguas en el abastecimiento de poblaciones y regad¨ªos, incluyendo la c¨®nstrucci¨®n de embalses. Un empe?o probablemente in¨²til, seg¨²n los cient¨ªficos que han estudiado el r¨ªo, que afirman que adem¨¢s destruir¨ªa un ecosistema ¨²nico, comparable al parque de Yellowstone, en EE UU.

"El r¨ªo Tinto no es un r¨ªo muerto", afirma Ricardo Amils, catedr¨¢tico de microbiolog¨ªa de la universidad Aut¨®noma de Madrid. Su grupo lleva cuatro a?os estudiando el cauce y se ha visto sorprendido por la enorme variedad de micoorganismos encontrados, no s¨®lo bacterias que viven de los sustratos org¨¢nicos o met¨¢licos, sino tambi¨¦n algas, hongos y levaduras. Es la acci¨®n de estos microorganismos, que catalizan la descomposici¨®n de sulfuros met¨¢licos (de hierro sobre todo) muy abundantes en el cauce, la que da sus caracter¨ªsticas al agua del Tinto, caracter¨ªsticas, que seg¨²n Amils, se mantienen a todo lo largo del cauce y durante todo el a?o y, por tanto, no pueden achacarse a la actividad minera en su parte alta.Por su parte, los t¨¦cnicos de la Junta de Andaluc¨ªa explican que el proyecto, con una inversi¨®n de 1.200 millones de pesetas hasta finales de 1995, pretende evitar los problemas de contaminaci¨®n que causan las numerosas escombreras y minas abandonadas. Su objetivo es eliminar la acidez causada por la oxidaci¨®n natural de los minerales sulfurosos en explotaciones y escombreras abandonadas, acidez que afecta tanto al Tinto como al Odiel hasta su desembocadura e impide utilizar sus aguas.

Degradaci¨®n o h¨¢bitat

Mientras la Junta de Andaluc¨ªa habla de un fen¨®meno de degradaci¨®n ambiental con profundas ra¨ªces hist¨®ricas, los cient¨ªficos dicen que se trata de un h¨¢bitat extremo de origen natural que, adem¨¢s de suponer un marco ideal para estudiar el origen de la vida, tiene aprovechamiento biotecnol¨®gico y tambi¨¦n tur¨ªstico, ahora que la actividad minera es casi inexistente.En esta primera fase, el proyecto tiene tres bloques: sellar los residuos en las escombreras para evitar que lleguen al r¨ªo, evitar ?l drenaje de las aguas ¨¢cidas a trav¨¦s de galer¨ªas y pozos, y el tratamiento con carbonato c¨¢lcico de las aguas ¨¢cidas en las llamadas trampas alcalinas. Luego vendr¨ªan medidas para los vertidos de las explotaciones en activo y en una ¨²ltima fase la construcci¨®n de embalses, previstos en la Plan Hidrol¨®gico Nacional, que contribuir¨ªan a diluir la acidez, seg¨²n la Junta de Andaluc¨ªa.

La actividad minera existe en la provincia de Huelva desde al menos 3.000 a?os. Pero fue en la ¨¦poca de ocupaci¨®n romana, primero, y posteriormente a partir de 1873 -con la llegada de los ingleses-, cuando la miner¨ªa onubense vivi¨® sus mejores momentos. La situaci¨®n actual es de crisis absoluta. En 1969 hab¨ªa 16.000 personas trabajando en la extracci¨®n: quedan unas 2.000 y en 1996 se paralizar¨¢ la ¨²nica producci¨®n actual, la de gosan, ya que la empresa propietaria actual, la estadounidense Freeport McMoran, no lo considera rentable.

El senador socialista Antonio Garc¨ªa Correa, experto en temas mineros, es tajante: "La miner¨ªa debe continuar en la provincia de Huelva, porque hay todav¨ªa reservas. Garc¨ªa Correa, como el resto de representantes de todos los sectores sociales implicados en la zona, insiste en la necesidad de diversificar la oferta econ¨®mica en la comarca de R¨ªo Tinto.

La Fundaci¨®n R¨ªo Tinto, una instituci¨®n ben¨¦fica de car¨¢cter cultural, creada en 1987, apuesta por atraer el turismo. Ha puesto en marcha el denominado parque minero, una traves¨ªa por las viejas explotaciones, y para el futuro inmediato la creaci¨®n de un museo minero y una l¨ªnea ferroviaria por el conjunto.

Una de las ¨²ltimas iniciativas para atraer el turismo se encuentra paralizada por la frontal oposici¨®n de los sindicatos: llenar de agua el pozo Alfredo.