La Banda Trapera del R¨ªo vuelve a poner m¨²sica al extrarradio
Los pioneros del 'punk' espa?ol reaparecen con un disco en directo
La Banda Trapera del R¨ªo fue, a finales de los a?os 70, el grupo espa?ol punk por antonomasia. La vida en com¨²n de sus miembros fue tan breve y tan ca¨®tica como la de sus primos de ultramar, los Sex Pistols, pero su disoluci¨®n dej¨® abiertas las puertas de la leyenda. Catorce a?os despu¨¦s, la Banda vuelve a la carga y llena las salas de conciertos de un p¨²blico variopinto que incluye a Cuarentones, treinta?eros y adolescentes con cresta que eran unos cr¨ªos en la ¨¦poca en que Johnny Rotten gritaba que no hab¨ªa futuro y Morfi Grey, el cantante de los traperos, berreaba, ciego de cerveza y machete en ristre, sus hinmos del arroyo.
En homenaje a ese p¨²blico tan entregado, la Banda publicar¨¢ dentro de unos d¨ªas un disco en directo que lleva un t¨ªtulo muy propio de unos m¨²sicos que nunca han tenido pelos en la lengua: Directo a los cojones.Para Morfi Grey (nacido Miguel Angel S¨¢nchez) la reuni¨®n era inevitable: "A todos nos apetec¨ªa volver a tocar juntos. Despu¨¦s de su disoluci¨®n, la Banda se convirti¨® en un grupo m¨ªtico del que mucha gente hab¨ªa oido hablar pero al que muy pocos hab¨ªan visto en directo. Result¨® que no solo se acordaban de nosotros nuestros coet¨¢neos, sino que hab¨ªa cantidad de chavales absolutamente entregados a la causa y que s¨®lo nos conoc¨ªan por referencias. Para todos ellos hemos creado el Club Trapero, del que ya tenemos unos 300 socios".
La Banda Trapera del R¨ªo naci¨® en la Ciudad Sat¨¦lite de Cornell¨¢, una barriada obrera del extrarradio barcelon¨¦s donde la teor¨ªa del se?or Rotten sobre la falta de futuro de la juventud era a finales de los 70 una realidad cotidiana: "Todos ¨¦ramos hijos de emigrantes y ve¨ªamos el porvenir muy negro. Como mucho, sab¨ªamos que pod¨ªamos acabar trabajando en una f¨¢brica, como nuestros padres, y jubilarnos al cabo de 40 a?os con un reloj de regalo en premio a los servicios prestados a la empresa. O sea, que la cosa daba asco. Por eso empezamos a hacer canciones explicando c¨®mo estaba el patio, qu¨¦ era aquello en lo que no nos quer¨ªamos convertir...".
As¨ª salieron canciones como Curriqui de barrio o Ciutat podrida, tema de amor-odio a su Cornell¨¢ natal y una de las pocas piezas del punk rock barcelon¨¦s interpretadas en catal¨¢n. Sinti¨¦ndose un pionero en ese terreno, Morfi solo tiene sarcasmos para la explosi¨®n del llamado rock catal¨¢n: "Es un desastre por un motivo evidente: porque el rock tiene que salir de la calle y no puede ser dise?ado en un despacho por un calvorota trip¨®n que, para colmo, pertenece a un partido de derechas, reaccionario y carca como Convergencia i Uni¨®. El rock no lo pueden hacer los pol¨ªticos, pero lo est¨¢n haciendo. Y se est¨¢n dedicando a enga?ar a los chavales".
Rock convergente
El rock convergente no es el ¨²nico tema que saca de quicio a nuestro hombre: "Me revienta much¨ªsimo esa actitud de santones que llevan tiempo adoptando ciertos m¨²sicos dentro y fuera de Espa?a. El rock and roll no puede ser una pandilla de hermanitas de la caridad que se pasa la vida organizando festivales ben¨¦ficos. Esto se ha llenado de profetas que est¨¢n constantemente recaudando dinero contra el sida o montando campa?as contra las drogas o dando la tabarra con el ecologismo y la necesaria salvaci¨®n de las ballenas. ?Que les den por el saco a las ballenas, t¨ªo! El rock es otra cosa. Adem¨¢s, estoy harto de hip¨®critas que organizan festivales antidroga y salen al escenario a comerles el coco a los chavales, despu¨¦s de haberse puesto hasta las orejas de farlopa en el camerino".Las drogas son algo que Morfi ha sufrido en carne propia, pero ello no le lleva a ning¨²n tipo de actitud moralista: "La droga destroz¨® mucho a mi barrio. Hay un antes y un despu¨¦s de la hero¨ªna en Cornell¨¢. Antes hab¨ªa bandas, gente que se daba de palos mutuamente y marcaba su territorio, pero con la hero¨ªna llegaron los atracos, las pistolas, los muertos... Yo me enganch¨¦ a la hero¨ªna, lo reconozco. Cuando la consegu¨ª dejar me pas¨¦ a la coca¨ªna y fue otro desastre, pero tambi¨¦n sal¨ª de la coca¨ªna. Sal¨ª porque siempre he sido un tipo fuerte con ganas de hacer cosas. El asunto de las drogas se est¨¢ dramatizando en exceso con tanta asociaci¨®n, tanto reality show y tanta tonter¨ªa. Si tomas drogas es porque algo no te funciona. ?Verdad que llamas al fontanero cuando se emboza el lavabo? Pues cuando te embozas t¨², te pones en manos de un m¨¦dico y te arregla, As¨ª de f¨¢cil".
Ante las posibles acusaciones de rentabilizar la nostalgia, Morfi asegura que ser¨¢n falsas: "No vamos a cantar exclusivamente las viejas canciones. Estamos componiendo material nuevo, y personalmente, estoy preparando material para un proyecto ajeno a la banda, canciones m¨¢s ac¨²sticas, menos duras, para tocar en peque?os clubes".
Preguntado por la vigencia del punk rock, Morfi, reconoce una deuda general y particular con la m¨²sica de sus a?os mozos: "El punk rock fue un gran revulsivo. La escena musical internacional estaba llena de dinosaurios para los que el movimiento punk fue, hablando en plata, una patada en los cojones. Nada ha vuelto a ser lo mismo desde entonces".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.