La mafia china manten¨ªa esclavizados en oscuros talleres a 50 inmigrantes
La banda de la mafia china desarticulada el pasado jueves en Madrid y Ciudad Real oblig¨® a m¨¢s de 50 inmigrantes ilegales -entre ellos tres ni?os y una mujer embarazada- a trabajar durante un a?o gratis en sus talleres clandestinos de confecci¨®n. ?se era el precio por el viaje de 9.000 kil¨®metros de China a Espa?a. La forma de cobrar la deuda constituy¨® un vertiginoso viaje al pasado m¨¢s negro de la explotaci¨®n humana: jornadas de 18 horas bajo amenazas continuas, en naves sin ventilaci¨®n, ni luz, ni higiene. Y amedrentados por el miedo de los ilegales a ser expulsados en caso de denuncia. Un encierro salvaje cuyo beneficio iba a parar a los bolsillos de un cabecilla mafioso, al que asist¨ªan en sus tareas de rapi?a siete hombres y dos mujeres, seg¨²n fuentes policiales. Se trata, presumiblemente, del due?o del restaurante Shang-Hai (calle de Peyroncelly, Vallecas). Este hombre, con residencia legal y un Mercedes, controla supuestamente una red que dispone de 17 talleres clandestinos y restaurantes entre Madrid y Ciudad Real. Tiene su residencia en un piso de lujo de Puerto Llano. Siempre viaja con dos escoltas.PASA A LA P?GINA 3
Colchones en el suelo
La banda cobraba con trabajo los documentos falsos que necesitaban los chinos ilegales
El descanso llegaba -sin que parasen las m¨¢quinas- sobre unos sillones sacados de los escombros. So?ar era otra. cosa. Un tabique de obra separaba el taller de los dormitorios: 20 metros cuadrados de literas de madera, de colchones en el suelo. Y sobre esa f¨¢brica clandestina, insisten los vecinos, reinaba una china alta y morena, la Pili. Siempre atenta a las quejas de los vecinos, era la ¨²nica que hablaba espa?ol. Llegaba y se marchaba en un Ford Probe azul metalizado. El mismo veh¨ªculo que paraba junto al restaurante Shang-Hai, donde le esperaba el Mercedes desu jefe. Los dos fueron detenidos.
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