Como la vida misma
LA CAMPA?A de seguridad vial que hoy se inicia culmina una estrategia dirigida a frenar el coste de vidas humanas sobre la base de mostrar las tr¨¢gicas consecuencias de conducir imprudentemente. Hasta hace cuatro a?os, la espiral de v¨ªctimas de la carretera no cesaba de crecer. La calidad de la red viaria ha experimentado una mejora notable, de manera que su mal estado ya no sirve para explicar el elevado ¨ªndice de accidentalidad. Los veh¨ªculos tambi¨¦n han ganado en seguridad. Hay, pues, que incidir en la parte de culpa que corresponde a los conductores -principalmente a esa minor¨ªa que se mofa de las reglas de tr¨¢fico y convierte su veh¨ªculo en una bomba rodante- en esa tragedia nacional que representa la p¨¦rdida de m¨¢s de cinco mil vidas humanas al a?o.La campa?a sigue la l¨ªnea inaugurada hace dos a?os: mostrar en el espejo de la imagen las terribles secuelas del accidente de tr¨¢fico y el estado en que quedan los sobreviventes como consecuencia, a veces, de la desidia de no ponerse un casco protector o de olvidarse el cintur¨®n de seguridad. No han faltado cr¨ªticas a este tipo de campa?a, pero lo cierto es que ha sido eficaz -la curva de mortalidad viaria est¨¢ en descenso-, no viola ning¨²n derecho y tampoco supone un ataque al buen gusto mostrar con crudeza y realismo el horror que deja tras s¨ª un accidente de tr¨¢fico. Bienvenida sea, pues, esta campa?a si sirve para despertar conciencias y corregir conductas. La Direcci¨®n de Tr¨¢fico no ha podido, adem¨¢s, elegir mejor momento para lanzarla: justo antes de la gran desbandada de la Semana Santa, que movilizar¨¢ a cerca de diez millones de veh¨ªculos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.