"Las casas de socorro eran la salvaci¨®n de la gente"

Julio Guti¨¦rrez Sesma no pudo ser m¨¦dico de la Beneficencia Municipal, como su abuelo, su padre y su t¨ªo. Pero la conoce al dedillo y sobre todo siente verdadera fascinaci¨®n por una instituci¨®n que ayud¨® a los menos favorecidos hasta 1983, fecha en que desapareci¨®. As¨ª es que, a una edad madura que no quiere confesar, ha escrito el libro La Beneficencia Municipal madrile?a, editado por la Concejal¨ªa de Salud P¨²blica. La obra radiograf¨ªa a la beneficencia, que actuaba por caridad y que actualmente lo har¨ªa por "justicia social", como dice el autor.

Pregunta. ?Cu¨¢ndo surgi¨® la Beneficencia Municipal en Madrid?

Respuesta. La beneficencia existi¨® siempre, pero1a reglamentaci¨®n de la Beneficencia Municipal surgi¨® en 1821 en ¨¦poca de Isabel II. A partir de esa fecha se establece el primer organigrama de la instituci¨®n. En ella trabajaban m¨¦dicos, religiosos, pero sobre todo, siempre colaboraba mucha gente que recog¨ªa dinero y visitaba a los enfermos.

P. ?Qu¨¦ era lo m¨¢s caracter¨ªstico de la Beneficencia?

R. En la ¨¦poca en que este servicio estaba en pleno auge, antes de la guerra civil, las casas de socorro eran el SOS, la tabla de salvaci¨®n de la. gente normal. Cuando alguien se accidentaba, lo primero que dec¨ªa todo el mundo enseguida era: "?A la casa de socorro!".

P. ?Qu¨¦ tipo de gente se acog¨ªa a la beneficencia?

R. Esta asistencia era sobre todo para gente pobre. Mi padre y mi abuelo, que ejerc¨ªan en la beneficencia, iban siempre a buhardillas o a s¨®tanos, casi nunca a segundos pisos.

P. ?Cu¨¢les eran las carencias de la Beneficencia Municipal?

R. Esta instituci¨®n llor¨® toda su vida por tener un hospital propio en Madrid y nunca lo logr¨®, aunque ten¨ªa buenos equipos asistenciales. Siempre tuvo que salir adelante entre enormes. dificultades econ¨®micas, que los Ayuntamientos, con toda su buena voluntad, no supieron cubrir suficientemente.

P. Le veo nost¨¢lgico.

R. Viv¨ª la beneficencia muy de cerca desde peque?o. Yo no pude ejercer en ella porque march¨¦ al extranjero a estudiar medicina. Y mi deseo hubiera sido ejercer de m¨¦dico en ella, porque era, una instituci¨®n muy honrada, muy humanitaria, de mucho trabajo. No hac¨ªa distingos sociales.

P. ?Qu¨¦ herencia nos dej¨® la beneficencia?

R. La caridad no puede desaparecer, porque los Gobiernos no cubren las necesidades de todos. Las organizaciones humanitarias son ahora las m¨¢s apropiadas para resolver parcialmente los problemas de multitud de gente como los inmigrantes o los drogadictos.

P. ?Hubo alg¨²n personaje clave para la beneficencia que salga en su libro?

R. Me ha sido imposible reflejar todos, pero hay personajes olvidados y extraordinarios, como Crist¨®bal P¨¦rez de Herrera, que fue m¨¦dico de Felipe II. Este se?or ide¨® un programa maravilloso y adelantado para su ¨¦poca para acabar con la mendicidad dando trabajo a los mendigos. Casi como la actual reinserci¨®n social.