"El ¨¦xito no vale la pena", dice el l¨ªder de Counting Crows, grupo revelaci¨®n del a?o
Adam Duritz asume la visi¨®n desesperanzada de su generaci¨®n
Adam Duritz, cantante y compositor del grupo californiano Counting Crows, no s¨®lo interpreta sus canciones con sentido desgarro, sino que ve la vida con la misma desolaci¨®n. A pesar del inmediato ¨¦xito mundial de su primer disco, August and everything after, Duritz no encuentra muchos incentivos en la vida. "Antes del ¨¦xito, iba para perdedor", dijo ayer, "lo ¨²nico que me interesa es hacer canciones. El resto no vale la pena". Counting Crows se present¨® el martes en una breve actuaci¨®n en la fiesta anual de Radio 3, y ayer en un concierto en Madrid.
Trabaj¨® durante a?os en cualquier cosa. De obrero de la' construcci¨®n, lavaplatos, vendedor en una tienda de discos. Esto ¨²ltimo era lo que m¨¢s se acercaba a sus ambiciones del momento. Se gastaba todo el dinero en discos. Form¨® parte de varios peque?os grupos, hasta que naci¨®, hace poco m¨¢s de un a?o, Counting Crows, y el ¨¦xito del tema Mr. Jones. "No esperaba que mi vida iba a ser as¨ª", dice Duritz. "En realidad, no sab¨ªa lo que quer¨ªa, no ten¨ªa idea. No parec¨ªa tener demasiadas opciones en la vida tampoco. Al resto del grupo le pasaba m¨¢s o menos lo mismo. Hasta el ¨¦xito de ese disco se puede decir que yo iba simplemente para perdedor".
Partida ganada
Pero, de momento, han ganado la partida. De la noche a la ma?ana la fama los ha encumbrado y su vida ha dado un vuelco. "A mi no me interesa eso del ¨¦xito", contin¨²a Duritz. "Si todos nos hacemos ricos, por m¨ª, bien. Eso es estupendo. Lo del ¨¦xito no me preocupa en si: pero s¨ª las trampas que te pone El ¨¦xito trae consigo enormes demandas que no tienen nada que ver con la m¨²sica. Te quedas exhausto. Ahora estamos en Europa, y me entusiasma estar aqu¨ª, pero no he podido ver Madrid, ni salir por ah¨ª, y mucho menos poder acercarme a Barcelona. No es culpa de nadie, pero es frustrante", comenta. "A la larga lo. que dices en las entrevistas deja de tener significado, y mi m¨²sica no es as¨ª. Mi m¨²sica est¨¢ cargada de significado, al menos para mi".Europa parece ser para Duritz un lugar inasible. Estuvo viajando por aqu¨ª hace algunos a?os, pero es como si no lo hubiese hecho. "En ese momento no lo pude disfrutar", afirma. "Era una ¨¦poca en la en que estaba demasiado angustiado por lo que en ese momento era mi vida. No iba a ning¨²n lugar, no sab¨ªa qu¨¦ hacer y no pude disfrutar de Europa, as¨ª es que regres¨¦ a casa. Ahora s¨ª que lo disfrutar¨ªa, pero no va a ser posible en este viaje. As¨ª es la vida".
Una pregunta sobre su desolada visi¨®n de la vida lo hace reaccionar. "No soy pesimista", protesta. "Es que as¨ª son los cosas. Estuve leyendo que en Madrid hay mucha vida nocturna. Se puede uno divertir y salir por ah¨ª, beber, emborracharse, bailar, ir de fiesta, follar, estar fuera toda la noche, oir o tocar m¨²sica. Yo ya he hecho todo eso, lo he hecho durante a?os en Estados Unidos. Pero, ?para qu¨¦ sirve? No lo s¨¦. Yo hago m¨²sica porque es lo que me conmueve verdaderamente. Lo que me permite sacar mis sentimientos. Es lo m¨¢s significativo que he encontrado que puedo hacer. El resto no vale la pena".
Duritz, sin embargo, tampoco cree en los poderes redentores del arte. "Los artistas son casos aislados. Uno en un mill¨®n, y cada uno de ellos es consciente de eso tambi¨¦n. De esa singularidad. Es lo que probablemente sinti¨® Kurt Cobain. [El cantante de Nirvana que se suicid¨® a principios de abril]. Tal vez no haya sido una persona extraordinaria, pero era uno entre una multitud de gente distinta a ¨¦l. Hemingway pas¨® toda su vida creando y al final se vol¨® los sesos. La lista de casos de grandes personajes como estos es muy larga. Me he pasado la vida leyendo sus libros, escuchando su m¨²sica y viendo sus pinturas. Jackson Pollock, es otro de mis favoritos. Pint¨® obras fant¨¢sticas, llenas de honda expresi¨®n. Tambi¨¦n acab¨® consigo mismo".
"Yo me siento orgulloso de mis cancioens, pero no s¨¦ si pueden ayudar a alguien", dice Adam. "Las he hecho, est¨¢n ah¨ª, y para mi s¨ª son importantes. Como grupo, queremos un poco eso. Canciones muy cargadas de emoci¨®n".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.