Mil¨¢n dispone finalmente de un gran centro para el arte contemporaneo

Un nuevo espacio expositivo para el arte se acaba de inaugurar en Mil¨¢n, una ciudad que, a pesar de su fama cultural y de su protagonismo en otros terrenos, como el de la arquitectura, el teatro de vanguardia o el dise?o industrial, no posee un verdadero museo de arte contempor¨¢neo y relativamente pocos espacios destinados a exposiciones temporales. De ah¨ª que la apertura de la Fundaci¨®n Antonio Mazzotta, en el 500 del Foro Buonaparte, haya sido interpretada ya como un s¨ªntoma de la dinamizaci¨®n de la vida art¨ªstica milanesa y como un espacio a tener en cuenta en el conjunto de las muestras europeas.El esfuerzo es doblemente meritorio porque se trata de una iniciativa privada, cuyo impulsor es el editor Gabriele Mazzotta, quien le ha dado el nombre de su padre, abogado y gran coleccionista. La fundaci¨®n posee como patrimonio una exquisita colecci¨®n de dibujos, con obras de Klee, Kandinsky, Grosz, Dix, Kubin, Modigliani, De Chirico, Morandi y otros artistas del siglo XX, algunas de las cuales pueden verse en la exposici¨®n inaugural.

Mazzotta quiere hacer de su espacio un lugar europeo y totalmente independiente de las modas y del mercado. Y puede permit¨ªrselo, a pesar de la dificultad de los tiempos, por el propio ¨¦xito conseguido en exposiciones anteriores organizadas por la fundaci¨®n, pero mostradas en otras instituciones: baste citar De Van Gogh a Schiele, Cien im¨¢genes de Andy Warhol, Viaje en Europa a trav¨¦s de las vues doptique, El sue?o revela la naturaleza de las cosas (Goya, Hugo, Redon, K1inger), y, sobre todo, Klee: 300 obras y Kandinsky, que visitaron casi 200.000 personas.

Gusto personal

La fundaci¨®n se ha abierto con una muestra ambiciosa, con m¨¢s de doscientas obras, titulada El dibujo de nuestro siglo: primera parte, de Klimt a Wols. Sin embargo, el enfoque no refleja una concepci¨®n objetiva de la historia del dibujo -faltan algunos grandes nombres y otros podr¨ªan ser intercambiables-, sino fundamentalmente el gusto personal de G. Mazzotta. Esta arbitrariedad no le resta m¨¦rito a la exposici¨®n, puesto que la calidad de la mayor¨ªa de las piezas es tal que finalmente resulta una magn¨ªfica selecci¨®n de dibujos del siglo XX. Sobresalen en ellos los de Klinit, Schiele y Kokoschka, as¨ª como unos espl¨¦ndidos Grosz y Otto Dix. El espectador se percata en seguida de que existe una predilecci¨®n por el arte centro y noreuropeo: se?alemos los magn¨ªficos Kubin (14, todos procedentes de fondos de la fundaci¨®n) y los Wols. El arte italiano est¨¢ representado con obras de Boccioni (estudios para los Estados de ¨¢nimo), Ball¨¢, Severini, Sironi y Morandi. Mir¨®, entre otros, con tres dibujos de 1930; Dal¨ª, con cuatro piezas. Entre los surrealistas destacan los bellos Marson, Tanguy y Max Ernst. Picabia, Duchamp, Matisse, Picasso, Klee,,Beckman, Kandinsky y Malevich est¨¢n igualmente bien representados. Entre las exposiciones futuras se anuncian 100 cad¨¢veres exquisitos; la Bauhaus; El teatro jud¨ªo de Mosc¨² de Chagall, y Henri Michaux.