Felipe aguanta
Felipe Gonz¨¢lez enterr¨® ayer piadosamente a Carlos Solchaga y con ¨¦l sepult¨® una parte importante de su inmediato pasado y de su propio futuro. El presidente del Grupo Parlamentario Socialista y diputado por Navarra encarnaba el modelo del socialdem¨®crata reconvertido, de rostro liberal y europe¨ªsta, sin complejos doctrinarios ni hipotecas hist¨®ricas, capaz de desafiar desde el economicismo los estereotipos obreristas del sindicalismo de clase y de orientar, con audacia y coraje, el peso hist¨®rico de una siglas de izquierda hacia un nuevo modelo centrista que ha dado innegables dividendos electorales -y una crisis de identidad- al partido socialista. Su desaparici¨®n de la ejecutiva socialista y del Congreso de los Diputados, en tiempos tan inciertos como los que vienen, ser¨¢ una p¨¦rdida importante para el sector del partido socialista que se siente el leg¨ªtimo heredero de Gonz¨¢lez.Pero el vendaval que se ha llevado por delante a Solchaga y que ha derribado tambi¨¦n a otro pol¨ªtico de talla -duro y leal- como Jos¨¦ Luis Corcuera, no ha roto s¨®lo una de las posibles l¨ªneas de sucesi¨®n del felipismo sino que ha arrasado uno de los activos intangibles m¨¢s importantes de la democracia: la credibilidad en una forma de gestionar el pa¨ªs. El gesto de Gonz¨¢lez admitiendo, ante las c¨¢maras de televisi¨®n, las responsabilidades pol¨ªticas de sus compa?eros de partido puede haber desinflado, en parte, una agobiante presi¨®n pol¨ªtica que ha puesto a su Gobierno al borde de una crisis pol¨ªtica de consecuencias imprevisibles, pero no ha repuesto la confianza perdida en los ¨²ltimos meses. Pero al menos el sacrificio de sus leales permitir¨¢ a Gonz¨¢lez moverse con menor lastre y afrontar con una cintura m¨¢s flexible los golpes, incluso bajos, de una oposici¨®n parlamentaria y extraparlamentaria que ha olfateado la presa y ha llegado a cantar victoria sobre su adversario m¨¢s temido.
Cuando en la sociedad se instala un clima de alarma social, la pol¨ªtica se sustituye por el esc¨¢ndalo, las ideas por las im¨¢genes, y el Parlamento por la televisi¨®n, lo importante no es lo que se dice sino c¨®mo se dice. Y en esa sociedad medi¨¢tica, Gonz¨¢lez sigue demostrando que tiene la suficiente confianza y determinaci¨®n para seguir al frente del Gobierno mientras se lo permitan los c¨¢lculos de sus aliados y la incapacidad de una oposici¨®n que conf¨ªa m¨¢s en los esc¨¢ndalos que en sus propias fuerzas para quebrar la hegemon¨ªa socialista.
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