El general de la 'guerra de las galaxias' ahora vende tecnolog¨ªa
Abrahamson defiende la intervenci¨®n de las redes de datos
?Qu¨¦ hace un militar que ha llevado los m¨¢s importantes programas tecnol¨®gicos de las fuerzas a¨¦reas de Estados Unidos cuando se retira? Pues se lo disputan las grandes empresas de tecnolog¨ªa avanzada. Al menos esa es la trayectoria del general James A. Abrahamson, conocido sobre todo por haber dirigido hasta 1989 la casi frustrada Iniciativa de Defensa Estrat¨¦gica o guerra de las galax¨ªas, el ¨²ltimo gran programa militar de investigaci¨®n y desarrollo de la guerra fr¨ªa.
Ahora este ex militar de 60 a?os preside la empresa Oracle, fundada por Larry Ellison, uno de los ni?os prodigio de la inform¨¢tica, hace solo 17 a?os en el famoso Silicon Valley californiano y que factur¨® en 1993 1.500 millones de d¨®lares (200.000 millones de pesetas). Atr¨¢s quedan la guerra de las galaxias, el programa del transbordador espacial y el del caza F-16, adem¨¢s de misiles y naves espaciales varias que estuvieron bajo su direcci¨®n.Temas muy sensibles que han impedido hasta hace unas semanas a Abrahamson visitar Rusia, su antiguo enemigo, que le ha impresionado por el estado de indigencia que ha observado en la ex gran potencia. Tambi¨¦n ha sacado la consecuencia de que los virus son distintos ya que pill¨® un gran catarro del que se recuperaba cuando se reuni¨® en Redwood (California) la pasada semana con un grupo de periodistas europeos.
Con la voz todav¨ªa ronca, Abrahamson explicaba con cierta guasa: "Yo era el gran villano para ellos y ten¨ªan mucho inter¨¦s por conocerme. Hasta me encontr¨¦ con gente de la KGB. Yo les preguntaba si les gustaba nuestro software (hace muchos a?os que lo piratean sistem¨¢ticamente) y ellos me hac¨ªan consultas sobre su uso, hasta que les dije que a partir de ahora si quer¨ªan servicio t¨¦cnico y los nuevos programas tendr¨ªan que pagarlos".
Abrahamson asegura que ha preferido pasar a empresas que no tengan negocios con el Departamento de Defensa o con lo que todav¨ªa queda de la Iniciativa de Defensa Estrat¨¦gica y demuestra un alto nivel t¨¦cnico. No se ha olvidado de sus grandes amores aeron¨¢uticos y habla con admiraci¨®n del nuevo Boeing 777, presentado recientemente en Seattle (Estado de Washington). "Es el primer avi¨®n que se ha dise?ado exclusivamente en el ordenador. Ni un papel".
Reciclado, pues, a civil, Abrahamson no duda en apoyar el chip Clipper, la forma dise?ada por el Gobierno estadounidense para tener la opci¨®n de intervenir, bajo control judicial, las redes inform¨¢ticas igual que ahora se intervienen las telef¨®nicas. "Yo he visto personalmente lo importante que es la informaci¨®n para los servicios de inteligencia", se?ala, y a?ade: "Pasar c¨®digos criptogr¨¢ficos a trav¨¦s de la red Internet para desarmarlos me parece sencillamente irresponsable".
Claves conocidas
El microprocesador Clipper se instalar¨ªa en todos los aparatos y codificar¨ªa la informaci¨®n bajo unas claves s¨®lo conocidas por el Gobierno estadounidense, lo que tambi¨¦n garantizar¨ªa su privacidad frente a terceros. Un ¨²nico c¨®digo frente a los m¨²ltiples existentes. "En realidad tambi¨¦n es un servicio. Yo no s¨¦ cu¨¢l es la respuesta mejor. Toda la industria del software est¨¢ preocupada, pero entiendo tambi¨¦n la preocupaci¨®n del Gobierno por tener alguna forma de control de las redes de comunicaciones, que vertebran ahora mismo un pa¨ªs".Antesde llegar a Oracle, Abraharnson pas¨® por la divisi¨®n automovil¨ªstica de Hughes Aircraft: "Se trataba de aplicar la tecnolog¨ªa aerospacial al sector del transporte pero los tiempos eran malos. Ahora creo que la tecnolog¨ªa verdaderamente punta es este matrimonio entre la inform¨¢tica y las comunicaciones, que es lo que va a cambiar el mundo". Est¨¢ hablando de las autopistas de la informaci¨®n, claro, un concepto, tan de moda como indefinido, seg¨²n recuerda Abnraharnson. Los actuales escarceos tecnol¨®gicos de casi todas las empresas del sector en este campo no son para Abraharnson m¨¢s que eso. En el futuro ¨¦l ve clases de alumnos que se comunican por estas autopistas con otras de otros pa¨ªses y hacen proyectos comunes o se ense?an los idiomas respectivos. Ve un nuevo instrumento no necesariamente impulsado por la rentabilidad econ¨®mica sino por afanes ideales de comunicaci¨®n.
El futuro dir¨¢ si tiene raz¨®n. Por lo pronto, las primeras aplicaciones que se experimentan, como el v¨ªdeo a petici¨®n o la telecompra son las que tienen un mercado m¨¢s seguro. Quiz¨¢ Abraharnson termine por echar en falta aquellos grandiosos programas de la era Reagan en los que no faltaba el dinero para ideales, como la defensa de la patria frente al enemigo sovi¨¦tico.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.