?Crimen perfecto?
La ciudad de Lugo sigue pregunt¨¢ndose tres a?os despu¨¦s qui¨¦n mat¨® al periodista Gerino N¨²?ez

Parec¨ªa un asesinato ritual. El cad¨¢ver se encontr¨® en la ba?era de su casa, con las manos atadas a la espalda, s¨ªntomas de estrangulamiento y una venda en los ojos. Sobre una cama, fotos de su familia formando una figura geom¨¦trica. En otro piso que pose¨ªa en Lugo, la polic¨ªa hall¨® m¨¢s pistas esot¨¦ricas: un retrato suyo tachado con una cruz y una especie de bomba incendiaria de fabricaci¨®n casera preparada para estallar. Desde el 15 de julio de 1991 se produjeron varias detenciones, pero nadie ha determinado qui¨¦n mat¨® a Gerino N¨²?ez, soltero, de 59 a?os, redactor de sucesos del peri¨®dico local El Progreso. El juez asegura que existe una sola hip¨®tesis sin pruebas que la avalen. En la calle, la ausencia de resultados en las investigaciones ha alimentado toda clase de sospechas.El magistrado Jos¨¦ Antonio Varela Agrelo, titular del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 5 de Lugo, acaba de decretar el archivo provisional de las diligencias. No significa que el caso se d¨¦ por cerrado, pero s¨ª el reconocimiento de que las indagaciones han llegado a un punto muerto. Varela admite que hay muchas cosas que resultan extra?as, pero advierte que su decisi¨®n no se debe a ning¨²n motivo raro, sino a que no hay pruebas. Sin citarlos, parece que trata de acallar los comentarios populares que afirman que la revelaci¨®n del nombre del asesino desencadenar¨ªa un gran esc¨¢ndalo.
En la ma?ana de aquel lunes veraniego todos en la redacci¨®n de El Progreso se extra?aron de la ausencia de Gerino. Tras 16 a?os en la empresa, hab¨ªa dado muestras de ser met¨®dico y cumplidor, de los mas madrugadores. En la tarde anterior hab¨ªa llamado desde su Viveiro natal donde pasaba el fin de semana: para preguntar por las previsiones del d¨ªa siguiente,
Tras el mediod¨ªa, segu¨ªa sin aparecer y sus compa?eros se temieron lo peor. El director adjunto del diario, Ernesto S¨¢nchez Pombo, llam¨® a su familia a Viveiro y se le comunic¨® que hab¨ªa salido temprano por la ma?ana. Hacia las ocho, una sobrina suya, con la que viv¨ªa en Lugo, encontr¨® su cad¨¢ver. Todos quedaron horrorizados. Nadie pod¨ªa imaginar que alguien de vida tan apacible terminase de aquel modo.
Aun en sucesos, la actividad profesional de Gerino era rutinaria, repartida entre las visitas a los juzgados y a la comisar¨ªa para buscar las notas de prensa. "No nos consta que estuviese investigando ning¨²n asunto turbio y por eso yo nunca he cre¨ªdo que el crimen tenga relaci¨®n con su trabajo", explica el director de El Progreso, Jos¨¦ de Cora, quien destaca que muy pocas Veces se ha topado con un asesinato envuelto en circunstancias tan misteriosas.
La historia siguiente roza lo rocambolesco. Antes de que llegase el juez, la familia retir¨® el cuerpo de la ba?era e incluso adecent¨® la casa. La primera autopsia ofreci¨® datos inconcretos y tuvo que realizarse otra que determin¨® que hab¨ªa fallecido estrangulado. Casi ocho meses despu¨¦s se produjo el episodio m¨¢s sorprendente: cinco personas, entre ellas un hermano y una sobrina, fueron detenidas por exhumar ilegalmente el cad¨¢ver.
Los familiares explicaron al juez que hab¨ªan cambiado el cuerpo de nicho porque Gerino hab¨ªa expresado en vida su deseo de ser enterrado junto a sus padres. Los tribunales creyeron en su buena fe y, aunque se abrieron diligencias paralelas por la exhumaci¨®n, el caso qued¨® archivado.
Ni siquiera se ha podido desentra?ar el sentido de la enigm¨¢tica s¨²plica que dos d¨ªas antes de su muerte realiz¨® Gerino a una monja del convento de Valdeflores, en Viveiro: "Rece por m¨ª, quie estoy metido en problemas muy gordos".
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