Crystaloil una empresa p¨²blica un tanto turbia

La transparencia no parece ser la caracter¨ªstica principal de la empresa Crystaloid, participada en m¨¢s de un 50% por la Junta de Castilla y Le¨®n que preside el popular Juan Jos¨¦ Lucas.La oposici¨®n socialista ha exigido a las Cortes regionales que una comisi¨®n de investigaci¨®n "aclare la participaci¨®n del Gobierno aut¨®nomo en la empresa, as¨ª como la de algunos dirigentes del Partido Popular de la capital vallisoletana que desarrollan diversas actividades en los ¨®rganos de gesti¨®n de Crystaloid". El PSOE pretende demostrar que Crystaloid sirvi¨® de tapadera para la financiaci¨®n irregular del Partido Popular.

Por su parte, una importante consultor¨ªa de Estados Unidos prepara acciones judiciales por incumplimiento de contrato contra Crystaloid, a la que acusa de corrupci¨®n, de pr¨¢cticas comerciales il¨ªcitas, de facilitar informaci¨®n falsa y de graves irregularidades financieras.

Las investigaciones realizadas hasta el momento por la oposici¨®n socialista sobre Crystaloid, empresa fabricante de cristal l¨ªquido ubicada en el Parque Tecnol¨®gico de Boecillo, a 15 kil¨®metros de Valladolid, fijan "en m¨¢s de 2.000 millones de pesetas los desembolsos realizados por el Gobierno, de Castilla y Le¨®n en Crystaloid en poco m¨¢s de tres a?os", adem¨¢s de corroborar "la existencia de graves irregularidades contables y administrativas".

Esas irregularidades, seg¨²n el socialista Zen¨®n Jim¨¦nez Ridruejo, "aparecen reflejadas en las auditor¨ªas externas encargadas por la propia Junta, que revelan diferencias entre el activo y el pasivo superiores a los 500 millones de pesetas en una empresa cuyo capital se cifra en torno a los 800 millones".

La "sospecha fundada" de que Crystaloid sirvi¨® como tapadera para la financiaci¨®n iegal del PP se basa, a juicio de Jim¨¦nez Ridruejo, "en las revelaciones hechas por un alto cargo del PP y la presencia en su consejo de administraci¨®n de parlamentarios nacionales de la formaci¨®n pol¨ªtica conservadora". Todo esto, seg¨²n el portavoz socialista, "contando con que la ubicaci¨®n de la sede social de Crystaloid est¨¢ en el despacho del presidente provincial del PP de Valladolid, Tom¨¢s Villanueva, que es a la vez el asesor jur¨ªdico de la compa?¨ªa".

Crystaloid rompi¨® su relaci¨®n con la firma de consultor¨ªa de EE UU que gestionaba su venta, Electronic Display Group (EDG), despu¨¦s de que ¨¦sta se negase a pagar comisiones a "ciertas personas" y una vez que la compa?¨ªa norteamericana hubiera descubierto serias irregularidades contables en la empresa espa?ola.

Incumplimiento de contrato

El presidente de EDG, Peter Pihos, ha dado instrucciones a su abogado de Madrid para que examine las condiciones que permitan interponer una demanda contra Crystaloid por incumplimiento de un contrato firmado el 17 de diciembre de 1993 entre esta empresa y el consorcio de compa?¨ªas interesadas en la compra que EDG habla conseguido reunir.El contrato, que es una carta de intenciones, est¨¢ firmado por Peter Pihos y por Pascual Fern¨¢ndez Mart¨ªnez, alto cargo de la Consejer¨ªa de Econom¨ªa de la Junta de Castilla y Le¨®n, en nombre de Crystaloid.

Pihos asegura que, apenas un mes despu¨¦s de la firma, Crystaloid entr¨® en negociaciones directas con una de las compa?¨ªas que formaban el consorcio, Omega, lo que viola los t¨¦rminos del contrato, que impide expresamente al vendedor entrar en contacto con los miembros del consorcio durante un periodo de nueve meses. Pihos cree que Crystaloid actu¨® de esa manera porque EDG se hab¨ªa negado apagar determinadas cantidades de dinero que un representante de Crystaloid en Nueva York le hab¨ªa pedido para "cuidar a ciertas personas" y porque EDG hab¨ªa descubierto que la empresa espa?ola ten¨ªa unas p¨¦rdidas aproximadas de un mill¨®n y medio de pesetas diarias.

Pihos asegura que Robert Keller, que representa los intereses de la Junta de Castilla y Le¨®n en EE UU y que fue de uno de los autores del acuerdo de diciembre, se reuni¨® con ¨¦l para informarle sobre "c¨®mo se hac¨ªan negocios en Espa?a y qu¨¦ problemas podr¨ªan surgir". ?sta es la versi¨®n de Pihos: "Comimos juntos y me coment¨® c¨®mo era la maquinaria en Espa?a, la pol¨ªtica... y me dec¨ªa que para realizar alg¨²n tipo de negocio hab¨ªa que cuidar a ciertas personas. Yo le dije que no est¨¢bamos dispuestos a entrar en esas cosas, que no estamos acostumbrados a tratar con Gobiernos que utilizan esos m¨¦todos, que no lo entendemos ni participamos en eso, y que lo ¨²nico que quer¨ªamos era representar a nuestros clientes y negociar nuestro propio pago. Presupongo que el contrato se rompi¨® porque no quer¨ªamos pagar un soborno".

Versi¨®n de Keller

Keller niega esta versi¨®n y asegura que el contrato se rompi¨® porque EDG no consigui¨® nunca reunir empresas interesadas en la compra de Crystaloid. Pihos asegura que mantuvo permanentemente informado de todas las circunstancias de la relaci¨®n con Keller a Antonio Men¨¦ndez Cerbelo, director del Parque Tecnol¨®gico de Boecillo.El consorcio, que fue registrado como NEW Co., lo integraban tambi¨¦n Philips, Denistron International, Standish Industries, Zvi Yaniv (de Israel), PDS Inc. y FA Technology.

EDG dispone de informaci¨®n, de la que tiene copia EL PA?S, que respalda la relaci¨®n que manten¨ªa con los siete miembros del consorcio. Como prueba de lo cerca que estaba de la venta de Crystaloid, el presidente de EDG asegura que PDS, Philips y Omega hab¨ªan comenzado ya a trabajar juntos en la posibilidad, de la producci¨®n conjunta de cristal l¨ªquido y marcadores electr¨®nicos en la factor¨ªa de Valladolid. El presidente de EDG afirma que PDS se queja de haber perdido millones de d¨®lares en esa investigaci¨®n.

Los primeros problemas con Crystaloid se produjeron cuando uno de los consultores que trabaja para EDG, Gerry Arth, viaj¨® a Valladolid en noviembre y descubri¨® que Crystaloid hab¨ªa mentido sobre sus posibilidades tecnol¨®gicas y sobre su estado de cuentas.

Pr¨¦stamos sin pagar

"Nosotros", cuenta Pihos, "pedimos explicaciones sobre las irregularidades en el balance, pero nunca nos facilitaron esa informaci¨®n. En principio dijeron que har¨ªan falta 30.000 d¨®lares al mes para cubrir las p¨¦rdidas, pero descubrimos que estas superaban, al menos los tres millones de d¨®lares al a?o. Adem¨¢s, no eran balances que hab¨ªan sido auditados. Incluso no era un balance sino un resumen de gastos. Sabemos c¨®mo son los balances, y vimos que hab¨ªa muchos pagos de inter¨¦s sin menci¨®n de la deuda a la que estaban destinados. Se ve¨ªa que hab¨ªa pr¨¦stamos de bancos sin pagar".A pesar de ello, Pihos afirma que decidi¨® seguir adelante con la firma del contrato un mes despu¨¦s con la esperanza de que la situaci¨®n se aclarase. Eso nunca ocurri¨® porque EDG acab¨® perdiendo todo contacto con Valladolid a medida que les fue informando del estado de cuentas que hab¨ªan detectado.

Entre los aspectos oscuros de la negociaci¨®n con Crystaloid, Pihos menciona la intervenci¨®n de Jaime Vallori, quien se dirigi¨® a EDG a principios de a?o en nombre de INCRIS S. A. con una oferta de participar en la compra de la empresa de Valladolid con un 20%. Desde entonces no se ha vuelto a saber nada m¨¢s de ¨¦l.

La firma de Maryland tampoco ha conseguido desde hace meses entrar en contacto con ning¨²n responsable de Crystaloid, del Parque Tecnol¨®gico de Boecillo o de la Junta de Castilla y Le¨®n. EDG se juega en este asunto, adem¨¢s del dinero que hubiera percibido como comisi¨®n por la venta de Crystaloid, su prestigio como firma de consultor¨ªa.

El representante de la Junta castellano-leonesa, Robert Keller, se neg¨® a presentar documentos que respalden su desmentido porque, seg¨²n dijo, "si alguien me acusa de tener una hermana prostituta, yo no tengo por qu¨¦ demostrar que no lo es".

Keller, que dirige una empresa que se llama Trans-National Trade Management Inc., asegura haber representado en Espa?a a la empresa de aviaci¨®n McDonell Douglas y dice haber colaborado en negocios con el Gobierno espa?ol y responsables de distintas autonom¨ªas durante los ¨²ltimos once a?os.

Esta informaci¨®n ha sido elaborada por Antonio Ca?o, Jane M. Folpe y Francisco Forjas.