Tormenta en Italia por las cr¨ªticas de Mitterrand a Berlusconi
Fran?ois Mitterrand es un dirigente derrotado que critica al Gobierno italiano para enderezar su propia situaci¨®n en Francia, sugiere el Palazzo Chigi, sede de la presidencia del Consejo de Ministros, desde la que Silvio Berlusconi gobierna. Gianfranco Fini, aliado de ¨¦ste y l¨ªder de Alianza Nacional, de extrema derecha, a?ade que a ¨¦l le importa poco lo que diga "un ex presidente de Francia". Roma ha encajado mal las cr¨ªticas vertidas por Mitterrand en la entrevista publicada ayer por cuatro peri¨®dicos; entre ellos, EL PA?S. Las relaciones franco-italianas se han vuelto turbias.
La reacci¨®n de Berlusconi fue inmediata. Mitterrand le hab¨ªa dirigido muy directamente sus reproches, apart¨¢ndose de los que estiman que el elemento m¨¢s preocupante del nuevo Gabinete italiano consiste en la presencia de ministros neofascistas. El presidente franc¨¦s se fija, en cambio, en el predominio de Berlusconi sobre los medios informativos, para concluir que su triunfo electoral se produjo "en condiciones equ¨ªvocas"."Atenci¨®n, peligro", a?ade Mitterrand, refiri¨¦ndose a la posibilidad de que el modelo Berlusconi cunda en otros pa¨ªses de Europa, y tras afirmar que "es necesario que la informaci¨®n llegue a los ciudadanos de una manera igual y justa para todos".
"La informaci¨®n y las instituciones de nuestro pa¨ªs funcionan en un clima de libertad y de respeto del derecho. Ninguno de nosotros so?ar¨ªa siquiera con controlar las condiciones de legitimidad en que se ejercitan los poderes p¨²blicos en las democracias aliadas, y mucho menos con hacerlo para satisfacer objetivos de lucha pol¨ªtica interna", se lee en un comunicado emitido por el Palazzo Chigi durante la noche del mi¨¦rcoles, antes incluso de que la entrevista en cuesti¨®n, realizada y publicada simult¨¢neamente por cuatro medios de prensa europeos, viera las p¨¢ginas del diario italiano La Repubblica.
"La correcci¨®n y el respeto de los dem¨¢s son, sin embargo, virtudes que exigen reciprocidad" concluye, en tono veladamente amenazador, la nota de la Presidencia del Gobierno italiano.
La jornada del mi¨¦rcoles, que se cerr¨® de este modo, hab¨ªa sido la primera aciaga desde el deb¨² del Gabinete. Un rumor infundado sobre la inminente apertura de una investigaci¨®n judicial sobre Berlusconi mereci¨® suficiente cr¨¦dito como para provocar una fuerte ca¨ªda de la Bolsa y de la lira. El hecho expresa las debilidades de esta nueva mayor¨ªa.
Riina propone
Un mafioso convicto del calibre de Salvatore Tot¨® Riina terci¨®, por otra parte, en la ya densa pol¨¦mica abierta entre el Gobierno y la magistratura, con unas declaraciones de apoyo al proyecto de Berlusconi de modificar la ley sobre los arrepentidos, que, en opini¨®n de Riina, deber¨ªa ser suprimida.Las reacciones de pol¨ªticos e instituciones, incluido el presidente de la Rep¨²blica; correspondieron al bochorno del d¨ªa. Magistrados y expertos en la lucha antimafia, algunos de ellos mencionados expresamente por Riina de un modo que en s¨ª mismo representa una amenaza, opinaban ayer que, tras la intervenci¨®n del mafioso el Gobierno no tendr¨¢ m¨¢s remedio que posponer sus planes de reforma.
Para Berlusconi, pese a todo, el d¨ªa de ayer fue de mieles. Aplaudido en la asamblea anual de la Confindustria, la patronal italiana, hizo las paces con sus pares en el mundo de la empresa, a los que se hab¨ªa enfrentado agriamente durante la campa?a para las pasadas elecciones.
La izquierda, les record¨® ayer, "piensa que todos los problemas de un pa¨ªs se puedan resolver con la introducci¨®n de cada vez m¨¢s normas y con nuevas intervenciones de la mano p¨²blica". "Nosotros", asegur¨® Berlusconi, "pensamos exactamente lo contrario".
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