Alegr¨® a sus paisanos

Aunque no fue una tarde como para tirar cohetes, hubo cosas estimables, gracias a la voluntad de dos toreros, que no tanto de los toros. Hubo dos faenas compuestas y entonadas, una de Finito de C¨®rdoba, y otra de Regino Agudo seguida con calor por sus paisanos, a los que alegr¨® en el ¨²ltimo de la tarde con una labor completa, que tuvo de positivo la entrega y el saber aprovechar el mejor toro del desigual y pobre encierro de Valdemoro.El toricantano se mostr¨® nervioso en el toro de su doctorado, un mansazo que huy¨® constantemente del caballo. Derechazos enganchados y una tanda cortita de naturales de limpio trazo resumen su faena. Sin embargo, en el sexto cambi¨® el panorama. Unas ver¨®nicas r¨¢pidas y jaleadas de salida caldearon el ambiente

Despu¨¦s pondr¨ªa en suerte ante el varilarguero al toro, con un sabroso galleo por chicuelinas, y ejecutar¨ªa un quite por chicuelinas de manos bajas rematadas con un airoso recorte.

El diestro local empez¨® su faena de rodillas, con una tanda de redondos que abroch¨® con un excelente pase de pecho una vez recuperada la verticalidad. Dio distancia y desarroll¨® una faena entusiasta. Hubo gusto y variedad, y, aunque estuvo cicatero con la izquierda, dibuj¨® una buena serie.

Finito de C¨®rdoba tore¨® bien, elegante y templado a su primer torillo, y cuando pudo manej¨® el capote con la prestancia y el buen corte que le caracterizan. A su segundo toro le consinti¨®, y no dej¨® de intentar una faena imposible ante semejante marmolillo.

La nota negativa de la tarde corri¨® a cargo de Paco Ojeda. Que no tuvo un lote muy agraciado, s¨ª; pero que estuvo carente de recursos y perfilero, tambi¨¦n. Parec¨ªa estar en otro planeta. De todas maneras, la m¨²sica son¨® en sus dos faenas. La banda estaba loca por tocar, cuesti¨®n m¨¢s que evidente.