Cohetes en la guarder¨ªa

El adelanto en la hora de entrada a los colegios evit¨® una matanza. Muchos de los cientos de ni?os que asisten a los colegios de la colonia del Retiro entraron ayer media hora antes de lo habitual. Es el nuevo horario de verano. "Otro d¨ªa cualquiera, en la calle Walia habr¨ªa habido un mont¨®n de autobuses escolares y mujeres con sus ni?os", comentaba ayer una profesora, mientras miraba con espanto los restos del coche destrozado por la bomba de los terroristas.Las calles de Viera y Clavijo, Francisco Vitoria, ?ngel Ganivet y Abtao est¨¢n plagadas de colegios y guarder¨ªas. Son calles estrechas en las que ahora se realizan obras de canalizaci¨®n y asfaltado. Los autobuses escolares y los coches tienen que estacionar en Walia, exactamente en el mismo lugar donde los etarras abandonaron ayer el Volkswagen Polo en el que huyeron tras asesinar al general Hern¨¢ndez Rovira.

Los terroristas dejaron el veh¨ªculo a 10 metros de la puerta de entrada de la guarder¨ªa Mirian, junto a una pila de sacos de cemento que amortigu¨® los efectos de la onda expansiva de la bomba. Un comunicante an¨®mino telefone¨® minutos antes de las 9.30 a la Polic¨ªa Municipal y a la Cruz Roja para decir d¨®nde hab¨ªa sido estacionado el coche y avisar de que ¨¦ste iba a estallar a las 9.35.

Los agentes entraron r¨¢pidamente en la guarder¨ªa Mirian con intenci¨®n de evacuar a los ni?os. Pero no hab¨ªa tiempo. La aguja del temporizador de la bomba avanzaba de forma inexorable. Y, adem¨¢s, esta operaci¨®n entra?aba gran riesgo, puesto que la ¨²nica puerta de salida del establecimiento estaba muy pr¨®xima al explosivo. Los agentes decidieron trasladar a los chiquillos al ala del edificio m¨¢s alejada de la fachada que da a la calle Walia.

"Pusimos m¨²sica y les dimos a los ni?os globos y caramelos. Les dijimos que ¨ªbamos a hacer una fiesta y que iba al estallar un cohete", recordaba la directora de la guarder¨ªa, Marta Vara, que reconoce que los peque?os se pusieron muy nerviosos porque se dieron cuenta de que suced¨ªa algo extra?o.

Los agentes pidieron mediante meg¨¢fonos que todos los vecinos de la zona se encerrasen en sus casas. Los estudiantes del colegio Santa Elizabeth, situado en la calle de Viera y Clavijo, tambi¨¦n fueron obligados a permanecer en las aulas con las ventanas cerradas. Una hora despu¨¦s de la explosi¨®n a¨²n permanec¨ªan as¨ª, hasta que un inspector jefe anunci¨® a las profesoras que ya pod¨ªan liberar a los alumnos. Los chiquillos salieron en tropel con ansias de jugar al f¨²tbol.

La explosi¨®n del artefacto ¨²nicamente caus¨® da?os en la techumbre de la guarder¨ªa Miriam. "Pero pod¨ªa haber sido mucho peor", se?al¨® el comisario que dirigi¨® la operaci¨®n. Varios coches aparcados en la calle Walia, pero la cosa pod¨ªa haber sido peor si hubiera prendido fuego el bid¨®n de gasolina que los etarras dejaron adosado al artefacto explosivo. Pretend¨ªan as¨ª borrar sus huellas e impedir que la polic¨ªa les identifique.

"Est¨¢n locos; est¨¢n locos...", gritaba fuera de s¨ª una mujer que llevaba en sus brazos a una ni?a. Ella y otras muchas mujeres corrieron en busca de sus hijos nada m¨¢s enterarse de la explosi¨®n del artefacto junto a los colegios de la zona. "Tres madres llegaron hist¨¦ricas y no hab¨ªa forma de calmarlas, aunque r¨¢pidamente les informamos que no hab¨ªa ocurrido nada", recordaba la directora de uno de los centros.