45 barcos, la gran atracci¨®n de la fiesta

M¨¢s que la familia real, el presidente Bill Clinton y los propios veteranos, la atracci¨®n del todo Portsmouth estuvo centrada ayer en los barcos atracados en el puerto, a bordo de los cuales cruzar¨¢n hoy el Canal de la Mancha los invitados de diferente rango, con destino a Normand¨ªa. Adem¨¢s del majestuoso Britannia, m¨¢s de 45 barcos de guerra y de pasajeros fueron observados y fotografiados incansablemente.Dee Chrystel, una funcionaria jubilada que siempre vivi¨® en Portsmouth, se levant¨® temprano y fue a recorrer el muelle y a recordar aquella ma?ana en que se sorprendi¨® al ver tantos barcos de guerra. "Pasaba exactamente por aqu¨ª el 5 de junio de 1944 cuando me di cuenta de que el mar estaba cubierto de barcos. Estaban tan juntos que casi se pod¨ªa pasar a pie de uno a otro. Al d¨ªa siguiente hab¨ªan desaparecido todos", se?al¨® Chrystel.

Los vecinos de Portsmouth parec¨ªan abrumados por el exceso de visitantes. Aparte de los veteranos y militares de diversos grados, todos ellos luciendo sus condecoraciones, miles de periodistas tomaron la ciudad. Para los brit¨¢nicos, pese al orgullo patri¨®tico y al amor que profesan hacia las instituciones militares, todo el ceremonial resulta bastante. excesivo, entre otras cosas por lo caro, cuando las arcas del Estado brit¨¢nico atraviesan un duro per¨ªodo.

Las medidas de seguridad excepcionales tomadas por la polic¨ªa brit¨¢nica -no en vano 13 jefes de Estado o de Gobierno se dieron cita en Portsmouth- no impidieron que los ladrones de a pie disfrutaran tambi¨¦n de la jornada.

Los principales afectados fueron un grupo de veteranos canadienses, cuyo autocar fue convenientemente limpiado mientras daban un breve paseo por la ciudad para estirar las piernas. Poca cosa para anotar en el debe de una jornada sin duda memorable para ellos.