El guardia civil acusado del asesinato de Lucrecia P¨¦rez dice que dispar¨® para que no le agrediesen
Luis Merino P¨¦rez, el guardia civil acusado de efectuar los disparos que causaron la muerte a la dominicana Lucrecia P¨¦rez en las ruinas de la discoteca Four Roses de Madrid, se present¨® ayer ante el tribunal que comenz¨® a juzgarle como un asustadizo agente que dispar¨® su pistola "al azar", intimidado por la oscuridad de la noche y para repeler a unos inexistentes agresores que, seg¨²n su versi¨®n, le hab¨ªan preguntado "?Qui¨¦n anda ah¨ª?". El procesado neg¨® haberse jactado de que "tres negros se hubieran comido tres plomos" cuando hu¨ªa en direcci¨®n a Madrid con sus tres j¨®venes acompa?antes
En su comparecencia ante la Secci¨®n Sexta de la Audiencia de Madrid, el guardia civil Luis Merino describi¨® su presencia en las ruinas de la discoteca Four Roses, habilitadas como refugio por inmigrantes dominicanos, como un producto de la casualidad, sin saber que su presencia all¨ª obedeciese a la propuesta de uno de sus compa?eros de "dar un susto a unos negros". Hab¨ªa comenzado el d¨ªa en el cementerio de Torrelodones, donde homenaje¨®, con dos disparos al aire, a un compa?ero suyo que se hab¨ªa suicidado, hermano de Felipe Carlos M. B., otro de los procesados. El resto de aquella jornada, viernes 13 de noviembre de 1992, lo pasaron de un lado a otro, hasta el atardecer, consumiendo cervezas hasta confluir con otros amigos en Madrid, en la plaza de los Cubos.Merino, para el que el fiscal pide 32 a?os de c¨¢rcel, neg¨® que acudiese a esa zona porque fuera un punto de reuni¨®n de grupos ultras. "Estuvimos bebiendo cerveza y fumando alg¨²n porro. Desconozco si all¨ª se reun¨ªan skin heads, porque no hab¨ªa nunca antes. Sobre las nueve de la noche, Felipe me coment¨® de ir a una discoteca". Acompa?ado de Felipe, V¨ªctor y Javier, los otros tres procesados, menores de edad, se dirigieron a Four Roses, seg¨²n Merino, "con intenci¨®n de bailar". Nada que tuviera que ver con "ir a asustar a unos sudacas o negros", como hab¨ªa dicho en sus primeras declaraciones en el sumario.
Por el camino, en las inmediaciones de la plaza El¨ªptica, tuvieron un encuentro con una patrulla de la Polic¨ªa Municipal por saltarse dos sem¨¢foros en rojo. Merino solvent¨® la situaci¨®n sacando su documentaci¨®n de guardia civil. Siguieron hasta la carretera de La Coru?a y aparcaron frente a las ruinas de la antigua discoteca Four Roses. Cruzaron por un t¨²nel bajo la autopista y se dirigieron a una puerta donde se entreve¨ªa una luz. A partir de ah¨ª, sus explicaciones fueron de lo m¨¢s confuso.
"Disparos intimidatorios"
"O¨ª un golpe fuerte, tal vez de una patada que dio en la puerta alguno de nosotros. Alguien de dentro pregunt¨®: '?Qui¨¦n anda ah¨ª?'. Intentamos echar a correr por el susto, pero al salir hacia atr¨¢s corriendo, resbal¨¦ y ca¨ª. Regres¨¦ para decir que nos fu¨¦ramos. Tras escuchar varios golpes, resbal¨¦ otra vez y, por temor a que me agrediesen, dispar¨¦ intimidatoriamente para que nadie nos pudiera seguir. Dispar¨¦ al azar, a la altura de la cintura, como en oblicuo y sin apuntar, debido a la oscuridad... Luego sal¨ª corriendo y mont¨¦ en el coche, muy asustado".
A preguntas del fiscal, Merino hubo de reconocer que no recibi¨® ninguna agresi¨®n, amenaza ni insulto. Dijo incluso que no lleg¨® a ver a nadie y neg¨® haberse jactado ante sus compa?eros de que "tres negros se hubiesen comido tres plomos, como si fueran chuletas de cordero".
Para abogados de la Asociaci¨®n contra la Tortura tan fogueados en acusaciones como Jaime Sanz de Bremond y Jos¨¦ Luis Gal¨¢n, Merino fue casi una pera en dulce. Sanz de Bremond se recre¨® en la hoja de servicios del agente, nutrida hasta reventar de arrestos, sanciones y expedientes. Cuando, para evitarse problemas, Merino proclam¨® que su primera declaraci¨®n de los hechos hab¨ªa sido "producto de la invenci¨®n", Bremond le pregunt¨® por qu¨¦. Cogido a contrapelo, Merino apenas acert¨® a decir: "Ahora mismo no se lo puedo decir, pero por inculparme yo s¨®lo, ser¨ªa". El abogado tambi¨¦n cuestion¨® la coincidencia de que Merino "se inventase" en su primera declaraci¨®n a las personas que se encontraban en el interior de la discoteca, y que las describiese tal como resultaron ser en la realidad.
Jos¨¦ Luis Gal¨¢n le pidi¨® que escenificase c¨®mo era posible resbalar, caerse, montar el arma y disparar, todo al mismo tiempo. "Tengo un dedo que me duele y ahora no podr¨ªa montar el arma", replic¨® Merino. "Bien, pues h¨¢galo sin pistola", le sugiri¨® Gal¨¢n. El guardia, con escasa buena disposici¨®n, represent¨® su pantomima semiagachado. Uno de los dos dominicanos presentes en el tribunal coment¨®, en tono despectivo: "Qu¨¦ pel¨ªcula".
En otro momento, los acusadores hicieron notar a Luis Merino que cuantas m¨¢s veces repet¨ªa su declaraci¨®n, m¨¢s cervezas hab¨ªa consumido ese d¨ªa. Entre alcohol y drogas, Jos¨¦ Luis Gal¨¢n le lleg¨® a cuantificar alrededor de siete litros de cerveza, una pastilla de Rohipnol [un estimulante], una copa de co?ac y alg¨²n porro". Bajo el recuento subyac¨ªa su evidente oposici¨®n a eventuales atenuantes por el supuesto estado et¨ªlico del procesado. A preguntas de Gal¨¢n, Merino contest¨® que no odia a los negros ni alberga sentimientos racistas.
Antes de finalizar su declaraci¨®n, Merino justific¨® llevar su arma aquel d¨ªa porque la "defensa de la seguridad ciudadana me obliga a intervenir en cualquier situaci¨®n". Al menos puntualiz¨® que en aquellos momentos no actu¨® "como guardia civil".
Durante el juicio se registr¨® un incidente, entre unos j¨®venes ultras y la concejal del Ayuntamiento de Madrid Marisa Castro, de IU, y la feminista Empar Pineda. Los j¨®venes, que portaban pegatinas de Bases Aut¨®nomas, las llamaron "putas". Mar?sa Castro pidi¨® a uno de los polic¨ªas que les identificase, pero ¨¦ste, seg¨²n la concejal, "no nos dispens¨® ninguna protecci¨®n". Los ultras salieron de la sala "de uno en uno, gui?ando un ojo con gestos de ya nos veremos", seg¨²n la concejal de IU, que protest¨® despu¨¦s al jefe de la polic¨ªa porque los j¨®venes hubieran hecho "ostentaci¨®n de s¨ªmbolos inconstitucionales".
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