La coartada falsa
El caso Totta & A?ores es el testigo de cargo, si hiciese falta, para invalidar cualquier teor¨ªa de la conspiraci¨®n contra Mario Conde. Ayer, el presidente Gonz¨¢lez dijo al periodista I?aki Gabilondo que conoci¨® la operaci¨®n de control del banco luso Totta & A?ores despu¨¦s que ¨¦sta se hiciera y que Conde le pidiera que intentara "regularizar con el Gobierno portugu¨¦s una situaci¨®n que, desde el punto de vista estrictamente legal, no era correcta".Conde pidi¨® ayuda a Gonz¨¢lez al menos en dos oportunidades: en la primavera de 1993, en un encuentro personal, celebrado en la finca Vallelozano que Manuel de Prado y Col¨®n de Carvajal posee en la provincia de Huelva, y el 11 de noviembre de 1993, en la Moncloa, fecha en la que Gonz¨¢lez recibi¨® al entonces presidente de Banesto. En los primeros d¨ªas de diciembre de 1993, Conde envi¨® un tarjet¨®n y un memor¨¢ndum a Gonz¨¢lez, que ten¨ªa previsto reunirse en Mallorca, el 18 de diciembre, con su colega luso Anibal Cavaco Silva, sobre las participaciones de Banesto en el Totta.
?En qu¨¦ consist¨ªa esa ayuda? Banesto hab¨ªa invertido desde 1989 unos 73.000 millones de pesetas en el control mayoritario del Banco Totta & A?ores, a pesar de que la legislaci¨®n portuguesa limitaba la toma de participaciones de no residentes en bancos de dicho pa¨ªs. Conde, para rodear la ley, lleg¨® a un acuerdo con los llamados "socios portugueses", dirigidos por Jos¨¦ Roquette. M¨¢s tarde, unas sociedades interpuestas dirigidas por Carlos Menezes Fal?ao, socio portugu¨¦s del abogado Mariano G¨®mez de Lia?o, controladas mediante fiducias, entraron en acci¨®n asumiendo los paquetes del Totta. La citada limitaci¨®n potuguesa hab¨ªa llevado a Banesto a poseer un 25% oficial y otro 25% no oficial. Pero como Portugal introduc¨ªa a marcha forzada las leyes comunitarias, se buscaba arreglar diplom¨¢ticamente los hechos consumados entre 1989 y 1993. Los esfuerzos de Gonz¨¢lez no iban a ser f¨¢ciles, porque ser¨ªa el mismo Conde quien, en junio de 1993, declarada en Estepona que Banesto ten¨ªa el control del 50,83% del Totta, lo que puso al Gobierno luso al desnudo ante el p¨²blico de aqu¨¦l pa¨ªs.
Seg¨²n el Banco de Espa?a el "procedimiento utilizado [por Banestol provoc¨® el encarecimiento de la operaci¨®n y la inseguridad jur¨ªdica de las garant¨ªas que soporta la inversi¨®n, al estar sujeta a una serie de incertidumbres legales en Portugal". A juicio del banco emisor, dicho encarecimiento tuvo lugar a trav¨¦s de ciertas transacciones con los llamados "socios portugueses" (primero con la sociedad Valores Ib¨¦ricos y m¨¢s tarde con M.S.F., que adquiri¨® con fondos aportados por Banesto la participaci¨®n de los "socios portugueses" en Valores Ib¨¦ricos, operaci¨®n que les report¨® beneficios de 23.000 millones de pesetas). Todo el montaje ha sido incluido en el cap¨ªtulo sobre "actos fraudulentos y utilizaci¨®n de personas interpuestas" del expediente sancionador en curso contra los ex administradores de Banesto.
Que Gonz¨¢lez prestara su ayuda a Banesto para resolver los problemas con Portugal, como lo hubiera hecho con otra entidad, seg¨²n dijo ayer, no le convierte en c¨®mplice de Conde ni prueba que fuese informado puntualmente. La mayor parte de la operaci¨®n de control del Totta se llev¨® a cabo en el m¨¢s estricto secreto. Su fecha clave fue el 27 de diciembre de 1991, cuando el secretario del consejo de Banesto, Ramiro N¨²?ez, de una parte, y Jos¨¦ Roquette, Joao Manuel Moniz da Maia, Jaime Nunes de Almeida, Pompeu Fortunato y Joaquim Carlos Fortunato, de la otra, firmaron el acuerdo en Lisboa m¨¢s tarde bautizado el Pacto de la Salceda por el cual los socios portugueses vend¨ªan su participaci¨®n a Banesto y permit¨ªan, al consagrar la mayor¨ªa de consejeros de Banesto en el consejo de administraci¨®n del Totta, la consolidaci¨®n de las cuentas anuales con la entidad espa?ola (punto 2.3 del pacto), facilitando a Conde el cierre del ejercicio 1991. La cl¨¢usula cuarta de dicho pacto es de "confidencialidad" y estipul¨® que "el presente acuerdo se mantendr¨¢ confidencial entre las partes, sin perjuicio de las comunicaciones a las autoridades p¨²blicas de aquellos aspectos que por imperativo legal est¨¦n sujetos a tales comunicaciones". Fue en noviembre de 1992, un a?o despu¨¦s de firmado el pacto, que dos hombres del Banco de Espa?a, Ignacio Palicio y Manuel Zamanillo, supieron por Rafael Merino y Javier Abad, de Banesto, que hab¨ªa pr¨¦stamos a sociedades interpuestas para incrementar la participaci¨®n de Banesto en el Totta. El 13 de febrero de 1993, los inspectores Palicio y J.C. Monje s¨®lo pudieron tomar notas sobre los pactos secretos Banesto-Totta.
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