Una encuesta del CIS demuestra que los espa?oles m¨¢s j¨®venes son los menos xen¨®fobos
La mayor¨ªa est¨¢ a favor de los cupos y cree que la inmigraci¨®n acarrea inconvenientes
Los espa?oles tenemos una mala imagen de nuestra propia actitud ante los inmigrantes. La mayor¨ªa cree que los que vienen de fuera tienen m¨¢s problemas que el resto para en contrar casa, trabajo o educaci¨®n. Ante las preguntas gen¨¦ricas, los espa?oles nos cargamos de buenas intenciones que se quiebran un tanto cuando hay que confesar si a uno le importa, por ejemplo, emparentar con un ciudadano negro. La primera gran encuesta realizada por el Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas sobre este tema arroja, al menos, un resultado esperanzador: los m¨¢s j¨®venes parecen ser m¨¢s tolerantes.
Ocho de cada diez espa?oles son partidarios de facilitar a los inmigrantes el acceso a la educaci¨®n p¨²blica. Pero un colegio p¨²blico de Madrid, el Apolo XI, ha perdido ya al 75% de sus alumnos a causa de los marroqu¨ªes y gitanos que estudian en ¨¦l.El Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas (CIS), adscrito al Ministerio de la Presidencia, ha hecho una gran encuesta titulada Actitudes ante la inmigraci¨®n para saber las opiniones sobre este tema en uno de los pa¨ªses -seg¨²n otros sondeos- menos racistas de Europa.
Seg¨²n este nuevo estudio, los espa?oles no se consideran xen¨®fobos, pero admiten que los inmigrantes lo tienen muy dificil y se muestran partidarios de establecer cupos de entrada. En este punto est¨¢n todos de acuerdo, incluso los j¨®venes, que en casi todas las cuestiones se destacan por su mayor tolerancia.
El alcalde de Madrid ha ocupado los titulares de la prensa por expresar su opini¨®n de que los inmigrantes deber¨ªan volver a su pa¨ªs de origen, pero el pol¨ªtico del PP no est¨¢ s¨®lo. Uno de cada tres espa?oles est¨¢ dispuesto a enviar a los ilegales a su tierra.
Babacar exhibe un castellano casi perfecto para clamar: "Sufrimos mucho en este pa¨ªs; de verdad". Babacar es vendedor ambulante y secretario de la Asociaci¨®n de Inmigrantes Senegaleses en Espa?a. Su estancia aqu¨ª es temporal. Su proyecto es seguir enviando dinero a,casa y regresar cuando pueda. El y sus compatriotas, dice, viven obsesionados por el papeleo. "La gente no sabe que pagamos impuestos; cada a?o mayores. No sabe que nunca se nos adjudica un puesto callejero ni en el Rastro ni en ning¨²n sitio. Siempre rechazan nuestras peticiones. Nos empujan a la marginalidad. Pero no robamos y a nadie le quitamos el puesto de trabajo. El que lo sienta as¨ª que se venga conmigo al metro a vender".
Puestos de trabajo
Seg¨²n la encuesta del CIS, el 65% de la gente ve en el inmigrante una amenaza a su puesto de trabajo. "Antes esto no pasaba", dice la dominicana Mar¨ªa Paredes. "Hace diez a?os, cuando yo vine, la gente era muy receptiva con nosotros. No ¨¦ramos una amenaza. A partir de 1989, con la crisis, todo ha cambiado"El 43% de los espa?oles opina que la inmigraci¨®n supone m¨¢s inconvenientes que ventajas y el 15,3% cree que, en realidad, s¨®lo trae inconvenientes. Cuando los entrevistadores preguntan el porqu¨¦, la respuesta es clara: por el paro. Una pregunta posterior de la amplia encuesta del CIS, con 2.499 entrevistas, resalta una importante contradicci¨®n. El paro y el hecho de que los inmigrantes quiten puestos de trabajo es la raz¨®n de mayor rechazo, pero el 75% de la gente cree, como Babacar, que, en realidad, los inmigrantes de los pa¨ªses menos desarrollados desempe?an trabajos que los espa?oles no quieren hacer.
La sensaci¨®n de amenaza de la que habla Mar¨ªa, que trabaja en la Asociaci¨®n de Mujeres Dominicanas, quiz¨¢ la fomente tambi¨¦n el hecho de que Espa?a sea uno de los pa¨ªses del mundo donde m¨¢s ha aumentado la inmigraci¨®n, que en 30 a?os ha pasado de 65.000 a 400.000 residentes legales. Pero sigue teniendo una de las tasas m¨¢s bajas de la Uni¨®n Europea.
El espa?ol sigue viviendo, en realidad, a espaldas de la inmigraci¨®n. S¨®lo uno de cada tres dice haber tenido alguna vez relaci¨®n con alg¨²n extranjero. El porcentaje aumenta entre la gente m¨¢s joven. Pero en este pa¨ªs, la estampa de la integraci¨®n es dificil verla por la calle. Frente al centro de acogida El Parque, donde viven habitualmente 200 peticionarios de asilo y refugio, es f¨¢cil ver grupos de inmigrantes charlando en los jardines o en los bancos de la calle. "Es muy dificil hacer amistades aqu¨ª", comenta un grupo de cubanos y nigerianos que toman el. fresco de las ¨²ltimas horas de la tarde. "Todo el mundo va deprisa, no nos hacen caso".
Andr¨¦, ciudadano de Burundi y director del centro de acogida, dice que desde que funciona ¨¦ste no ha habido percances importantes. Este centro se abri¨® tras el asesinato de la dominicana Lucrecia P¨¦rez, en noviembre de 1992, para acoger a los compatriotas que, como ella, viv¨ªan en la discoteca Four Roses.
La ideolog¨ªa pol¨ªtica es un factor que influye en el talante m¨¢s o menos xen¨®fobo de los encuestados. Resulta sorprendente comprobar que los que se declaran votantes del CDS sean incluso menos racistas, en algunas ocasiones, que los que votan a Izquierda Unida.
La encuesta del CIS ha querido fijar tambi¨¦n con qu¨¦ grado de simpat¨ªa ven los espa?oles a cada comunidad extranjera. Los marroqu¨ªes son los que salen m¨¢s desfavorecidos con una nota de 4,82 en una escala de 0 a 10, frente a los europeos occidentales y de la UE, calificados con un 6,54. En medio quedan los norteafricanos (5,20), los africanos de raza negra (5,26), los filipinos (5,34), los asi¨¢ticos (5,47), los portugueses (5,68), los norteamericanos (5,72), los polacos y europeos del Este (5,74), los rusos y y de la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica (5,96) y los latinoamericanos (6,08).
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