"EI 'paso a dos' es el para¨ªso perdido
El core¨®grafo franc¨¦s Maurice B¨¦jart, tras una crisis creativa, renace con una ambiciosa propuesta de recuperaci¨®n de su propio repertorio, que podr¨¢ ser visto a partir de ma?ana en los festivales de Granada y Sevilla.
La compa?¨ªa B¨¦jart Ballet Lausanne actuar¨¢ ma?ana y el pr¨®ximo mi¨¦rcoles 22 en el Teatro del Generalife de Granada, para seguir hasta el sevillano teatro de la Maestranza los d¨ªas 24 y 25 con una verdadera miscel¨¢nea de obras antiguas y recientes del gran core¨®grafo marsell¨¦s, que convierten esta breve gira en un acontecimiento cultural excepcional para el panorama danc¨ªstico espa?ol. Sus actuaciones est¨¢n enmarcadas en el Festival de M¨²sica y Danza de Granada y el Festival Internacional de Danza de It¨¢lica, dos de los acontecimientos estivales mas relevantes y de solera de cuantos acontecen anualmente en Espa?a.La oferta contempla desde El p¨¢jaro de fuego, con la monumental m¨²sica de Igor Stravinski (que s¨®lo se bailar¨¢ en Granada el d¨ªa 22) a distintas versiones de El arte del paso a dos, un hallazgo de inventiva t¨ªpicamente bejartiana que re¨²ne en una velada fragmentos de distintas obras de todas sus etapas est¨¦ticas.
Maurice B¨¦jart (Marsella, 1926), sin duda el m¨¢s importante creador del ballet moderno, vive de nuevo una euforia inspiradora que le sit¨²a una vez m¨¢s en el ojo del hurac¨¢n, con reacciones encontradas entre un p¨²blico internacional entregado y una cr¨ªtica europea cada vez m¨¢s severa con ¨¦l.
Un estreno de ¨¦xito
Hace tres d¨ªas lleg¨® desde Tokio a su sede actual de Lausana, Suiza; y anteayer estren¨® en esa ciudad helv¨¦tica una nueva y ambiciosa pieza ante un auditorio vibrante: King Lear Prospero, donde ha unido con la habilidad aglutinadora que le caracteriza, el argumento y los personajes de dos obras de Shakespeare: La Tempestad y el propio Rey Lear, en una elevada idea de tragedia y fantas¨ªa.
B¨¦jart no descansa ni se pone al tel¨¦fono. Le rodea un f¨¦rreo aparato burocr¨¢tico que, con cortes¨ªa no exenta de dureza, viene a decir algo as¨ª como "deje usted en paz al genio, que anda suelto otra vez".
El magn¨¦tico core¨®grafo de los ojos marinos crea sin parar. Maurice B¨¦jart huye hacia adelante con una fiebre creativa que recuerda su ritmo de los a?os del Ballet del Siglo XX en Bruselas, en las ya distantes d¨¦cadas de los a?os 60 y 70: "Todo tiene su momento, las obras se producen naturalmente en el momento justo", ha dicho.
Ayer, en Lausana, era jornada de descanso para bailarines y t¨¦cnicos, pero todos se lamentaban de la muerte en Atenas hace dos d¨ªas del compositor griego Manos Hadjidakis, que creara la partitura de Balada de la calle Atenae -que podr¨¢ ser vista solamente esta vez en Sevilla el d¨ªa 24-, amigo personal de B¨¦jart y m¨²sico de tantos otros ballets de tema mediterr¨¢neo; la ¨²ltima vez que subi¨® a un escenario este m¨²sico fue precisamente rodeado de los bailarines del B¨¦jart Ballet Lausanne al saludar tras el estreno en Atenas del ballet, ya minado por la enfermedad que le arrastrar¨ªa a la muerte. Pero la danza es un arte de vida, y en la compa?¨ªa prima la juventud y un deseo de bailar cada vez m¨¢s y mejor. En El arte del paso a dos el lucimiento colectivo da paso a las demostraciones individuales: "El pas de deux es la soluci¨®n matem¨¢tica de dos cuerpos que no hacen m¨¢s que sujetarse, es la b¨²squeda de la unidad a trav¨¦s de la dualidad. Un pas de deux es quiz¨¢ el para¨ªso perdido".
Sobre la reducci¨®n de la compa?¨ªa, B¨¦jart ha dicho que se trata precisamente de "reencontrar las esencias del int¨¦rprete, llegar a un trabajo m¨¢s ¨ªntimo y personalizado que una estructura de gran compa?¨ªa no permite". Hace pocos a?os, en plena crisis personal, B¨¦jart retir¨® el derecho de representaci¨®n de sus coreograf¨ªas, quer¨ªa que fueran olvidadas. Ahora es ¨¦l mismo quien desempolva Fausto y Mefisto, el Grand Pas Classique de Ga?t¨¦ Parisienne (1978), o a¨²n los m¨¢s lejanos en el tiempo Romeo y Julieta (1960) y Bhakti (1968).
Sus compromisos de trabajo le impiden a B¨¦jart llegar a tiempo a Granada, pero sin embargo, acudir¨¢ unas horas a Sevilla, una ciudad que le es especialmente inspiradora desde los tiempos de la primera versi¨®n de su Don Juan.
Un valenciano fiel
Jos¨¦ Vidal es el ¨²nico espa?ol actualmente en las Filas de la compa?¨ªa de B¨¦jart, y hace ocho anos que permanece junto al maestro. Se puede decir que es uno de los pocos, junto a Gil Roman, sobrevivientes del Ballet del Siglo XX de Bruselas y de la primera etapa de Lausana, antes de B¨¦jart redujera dr¨¢sticamente la compa?¨ªa a la mitad.
Un d¨ªa Jos¨¦ Vidal se march¨® de la academia parisina donde estudiaba ballet a Bruselas y entr¨® en la escuela Mudra: "A los tres a?os de estar en Mudra Maurice me vio en una clase y le gust¨® mi manera de moverme". A Jos¨¦ le ha tocado el privilegio de bailar un repertorio bejartiano que abarca una d¨¦cada: "Al reducirse la compa?¨ªa el repertorio cambi¨®. Empez¨® una nueva etapa a otra escala que es en la que estamos, algo m¨¢s teatral. A mi desde siempre, B¨¦jart me emple¨® much¨ªsimo por el lado teatral. Hoy, en cualquier caso, el resultado es m¨¢s ¨ªntimo".
Maurice B¨¦jart cre¨® para Jos¨¦ un personaje por el que el bailar¨ªn valenciano tiene predilecci¨®n: "Fue en Amo Roma, donde yo hac¨ªa el papel de San Francisco. En la gira espa?ola bailar¨¦ el paso a dos de Mefisto, que es de los que m¨¢s me gustan".
No es usual una fidelidad de tantos a?os a un solo core¨®grafo y a una sola compa?¨ªa: "Es que ha funcionado bien. Yo no me he planteado nunca en ballet una carrera personal en solitario. He hecho lo que ten¨ªa que hacer, pero dejar¨¦ la compa?¨ªa a finales de esta temporada. Dejar¨¦ de bailar, y el balance es positivo. He sido muy feliz en escena".
En un momento decisivo en su carrera y en su vida, Jos¨¦ Vidal se plantea con claridad el asunto de dejar el escenario: "B¨¦jart me deja el lado de la disciplina, y el gusto por el trabajo bien hecho. Es una escuela que me servir¨¢ para todo en la vida. Yo pinto, coso, dise?o ropa. No me he ce?ido s¨®lo a bailar, y ahora conservo y valoro momentos como en el Liceo de Barcelona, bailando el Rhin, donde sent¨ª, gracias a B¨¦jart, unas emociones muy intensas. Ahora quiero dise ?ar y construir muebles". Y con humor mediterr¨¢neo agrega: "Siempre le digo a los que empiezan que no se limiten s¨®lo al ballet. Cuando se acaba la carrera hay que tener opciones".
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