Novillos para estofado
Los novillos eran muy malos para lo que se le exige a un toro en una plaza. Deben estar riqu¨ªsimos en otra plaza, la de abastos, para estofado con patatas y zanahoria, porque la ausencia de bravura no supone falta de calidad en la mesa. Pero, para otra cosa no sirvieron los novillos de Alvaro Mart¨ªnez Conradi, de origen santacoloma.A los novilleros, claro est¨¢, les toc¨® el peor plato, y comprobaron en sus ilusiones las negativas condiciones de sus oponentes. Pero, lejos de estar con dignidad en la Maestranza, ofrecieron un deplorable mitin a la hora de matar, y trataron, adem¨¢s, de aprovechar las palmas de los paisanos para intentar vueltas al ruedo inmerecidas.
Los novillos encerraban todo un compendio de defectos: mal presentados, flojos, mansos, sosos, parados, descastados y deslucidos; casi todos derrocharon genio y toparon -m¨¢s que embestir- con la cara alta. El cuarto fue el ¨²nico que embisti¨® con nobleza a la muleta, pero sin convicci¨®n. En resumen, un aut¨¦ntico derroche de bravura y nobleza que, en modo alguno sirvi¨® para que los novilleros subieran un pelda?o en sus respectivas carreras.
Quinta / Cobos, Pe?a, Joselu
Novillos de La Quinta, mal presentados, mansos, descastados. Juan Antonio Cobos: tres pinchazos -prinier aviso-, descabello, pinchazo -segundo aviso-, estocada perpendicular y cuatro descabellos (silencio); cuatro pinchazos (ovaci¨®n). Alberto de la Pe?a: pinchazo, media, tres, descabellos -aviso- y cuatro descabellos (ovaci¨®n); media tendida y tres descabellos (ovaci¨®n). Joselu de la Macarena: cinco pinchazos y estocada (silencio); casi entera (ovaci¨®n). Plaza de la Maestranza, Sevilla, 19 de junio. Menos de media entrada.
Encuentro soso
Juan Antonio Cobos se desilusion¨® con su primer novillo, que no le permiti¨® el m¨¢s m¨ªnimo lucimiento. A pesar del brindis a la concurrencia, su encuentro con el toro fue anodino y soso. Adem¨¢s, lo que se presum¨ªa que no pasar¨ªa a la historia, a punto estuvo de costarle un disgusto a?adido. A¨²n debe estar el novillero pinchando y descabellando cual vulgar pinchauvas, con el peligro de que le devuelvan el novillo al corral. Afortunadamente, su actuaci¨®n no pasar¨¢ a la historia. El cuarto fue el ¨²nico que embisti¨® con cierta nobleza, y el novillero lo tore¨® mal.Alberto de la Pe?a protagoniz¨® lo mejor de la tarde con el capote en el quinto. Tore¨® muy bien por ver¨®nicas y volvi¨® a hacerlo en un quite. El novillo se par¨® despu¨¦s, y ah¨ª acab¨® todo. A su primero lo persigui¨® por toda la plaza y lo mat¨® mal. Alguien aplaudi¨® y sali¨® corriendo a saludar.
Joselu es el que ten¨ªa m¨¢s partidarios de su barrio sevillano, La Macarena, y el que peor lote se llev¨®. Estuvo voluntarioso, pero nada pudo hacer ante sus novillos. Hizo una cosa: matar mal. A pesar de todo, tambi¨¦n quiso dar la vuelta al ruedo en el sexto, pero alguien, con buen criterio, se lo impidi¨®.
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