El francotirador
EL VETO brit¨¢nico es explicable, aunque Londres hab¨ªa sugerido antes de la cumbre que no lo utilizar¨ªa. No puede descartarse del todo que la crisis abierta en la cumbre de Corf¨² hubiera podido ser evitada de haber mediado consultas previas a la presentaci¨®n de los candidatos a la presidencia de la Comisi¨®n Europea. El canciller Kohl y el presidente Mitterrand creyeron poder acudir a la isla griega con el sucesor de Delors m¨¢s o menos predeterminado en una cumbre franco-alemana. Nueve de sus socios de la Uni¨®n Europea terminaron por aceptar a Dehaene, aunque varios de ellos, incluido Felipe Gonz¨¢lez, hab¨ªan expresado otras preferencias. No quisieron arriesgar una crisis atrincher¨¢ndose en la defensa de sus candidatos.Major, sin embargo, ten¨ªa muchas razones para hacerlo. Algunas son de fondo. Hay recelos comprensibles y l¨®gicos a la consolidaci¨®n de una hegemon¨ªa franco-alemana en la UE, con cada vez mayor peso germano. Pero predominan las que obedecen al deseo de satisfacer al lobby antieuropeo del Partido Conservador. Major cre¨ªa que con una mayor divisi¨®n de opiniones entre los Doce podr¨ªa bloquear el nombramiento del sucesor de Delors hasta despu¨¦s del verano y quedar bien en casa liquidando a Dehaene, feroz federalista, y tambi¨¦n con los socios europeos por no utilizar el veto. Pero vio con desagrado que los otros 11 eran capaces de consensuar su apoyo a Dehaene y a ¨²ltima hora tuvo que recurrir al veto.
El drama del l¨ªder conservador brit¨¢nico es que cada vez que quiere imitar a su antecesora dando un zapatazo sobre la mesa deja a¨²n m¨¢s patentes sus debilidades. La rotunda negativa a aceptar a su colega belga como nuevo presidente de la Comisi¨®n Europea no se debe s¨®lo a que Londres no fuera consultada previamente y a lo que Major llam¨® el lunes en la C¨¢mara de los Comunes la defensa de "un candidato aceptable para todos". Para consensuar el candidato tambi¨¦n estaba la cumbre de Corf¨² y 11 miembros lo consiguieron.
No tiene mucha credibilidad el intento de Major de erigirse en defensor de los derechos e intereses de los pa¨ªses peque?os de la Comunidad frente a los supuestos abusos franco-alemanes. Demasiadas veces ha actuado de francotirador en las reuniones europeas para compensar frente a Bruselas lo que pierde a diario en su propio pa¨ªs. Y, como ya le ha sucedido m¨¢s de una vez, ni siquiera parece capaz de capitalizar en casa su labor de obstrucci¨®n. El bunker antieurope¨ªsta de Londres no se dar¨¢ por satisfecho con nada que no sea la limitaci¨®n del proyecto europeo a una simple zona de librecambio. Todos los dem¨¢s ven con raz¨®n que la forma de impedir una hegemon¨ªa fianco-alemana en la UE no est¨¢ en el sistem¨¢tico mantenimiento de la singularidad brit¨¢nica, que en este caso se ha traducido en descalificaciones personales de un candidato que adem¨¢s es jefe de Gobierno de un Estado miembro.
No es il¨®gico que dos grandes pa¨ªses que forman el n¨²cleo de la UE propongan un candidato que consideran adecuado y lo defiendan. Tampoco lo es que otros, llegados a Corf¨² con ideas divergentes, las cambien. S¨ª lo es, por el contrario, que todos tengan que afrontar ahora una nueva crisis institucional en la cumbre extraordinaria convocada para el d¨ªa 15. Con los graves retos a los que se enfrenta la UE en los pr¨®ximos a?os -ampliaci¨®n, revisi¨®n del Tratado de Maastricht en 1996 y, a m¨¢s largo plazo, uni¨®n monetaria-, Major ha terminado por hacer copart¨ªcipes de sus tragedias electorales a todos sus socios comunitarios.
Dehaene es un europe¨ªsta del mismo tipo que el presidente de la Comisi¨®n saliente, lo que los tories llaman despectivamente un eurocentralista o, peor a¨²n, un federalista. La Uni¨®n Europea no puede -ni podr¨¢ nunca- colmar todos y cada uno de los ideales de todos sus miembros. Y en la b¨²squeda de un m¨ªnimo denominador com¨²n no puede estar siempre a merced del francotirador de allende el ca?al de la Mancha.
La crisis est¨¢ servida. La tensi¨®n entre Londres y el eje Par¨ªs-Bonn es mayor que nunca. Dehaene parece descartado para el cargo. Alemania y Francia van a intentar impedir que Major pueda creerse recompensado por el sabotaje brit¨¢nico. El nuevo candidato tampoco ser¨¢ por ello del agrado de Londres. Pero al no ser Dehaene, Major podr¨¢ aceptarlo salvando la cara. El primer ministro brit¨¢nico quiere una uni¨®n a la carta para beneficiarse de aquello que le conviene, a ¨¦l y a su partido, e ignorar lo dem¨¢s. Es cierto que la UE no puede moverse al diktat del eje Bonn-Par¨ªs. Pero tampoco del de Londres. En alg¨²n momento habr¨¢ que hac¨¦rselo entender.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.