El vivo lenguaje de la pol¨ªtica
La eficacia pol¨ªtica de las grabaciones est¨¢ fuera de toda duda. Cada vez que los peri¨®dicos publican un asunto de cintas, los partidos y las instituciones viven aut¨¦nticas conmociones en la Comunidad Valenciana. Primero fueron fiscales y jueces quienes impulsaron a la polic¨ªa a intervenir tel¨¦fonos. Un tesorero nacional del PP, un diputado popular. en Madrid, un concejal del mismo partido en Valencia y un consejero socialista saltaron por los aires.El ¨¦xito debi¨® de animar a los partidos pol¨ªticos a efectuar sus propias escuchas, aunque a costa de una menor calidad de las cintas. El socialista Manuel Mata decidi¨® guardar memoria de su conversaci¨®n con el gerente de una empresa p¨²blica de quien no se fiaba.
Y, de ser ciertas las tesis del PP, los socialistas de la Diputaci¨®n de Valencia tambi¨¦n se escuchaban los unos a los otros. Finalmente, alguien del entorno del PP caz¨® al presidente provincial del partido en Valencia, Vicente Sanz.
Con esta emulaci¨®n pol¨ªtica de los sistemas de investigaci¨®n judicial la cosecha ha ido en aumento: un presidente provincial del PP y un vicepresidente socialista de la Diputaci¨®n se han visto obligados a dejar sus cargos.
Confianza en la palabra
La esperada publicaci¨®n de la conversaci¨®n ¨ªntegra de Vicente Sanz con el ingeniero agr¨®nomo Vicente. Conesa promete abrir nuevas v¨ªas para encauzar dimisiones. Y permitir¨¢ conocer el vivo lenguaje que tanta fama ha dado a los pol¨ªticos locales.
Los valencianos siempre confiaron en la palabra dada, incluso en negocios tan vitales para su econom¨ªa como la compraventa de naranjas, donde un alfarrassador decide el valor de la cosecha con una simple mirada. Nadie discute sus palabras y nada se pone por escrito, como tampoco se escriben las sentencias del milenario Tribunal de las Aguas de Valencia. Los pol¨ªticos valencianos han vuelto al habla, tras el esc¨¢ndalo de la circular n¨²mero tres del PSOE, pero han corrompido la tradici¨®n popular: ahora, adem¨¢s, graban.
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