Derrotismo
Hace poco tuve ocasi¨®n de asistir a una reuni¨®n, celebrada en un club de debate pol¨ªtico animado por ciertas figuras de la corriente socialista de los renovadores (al que me suelen invitar como observador externo), donde se realizaba un an¨¢lisis de los resultados de los ¨²ltimos comicios europeos. Y al margen de las distintas posturas contrapuestas que se alineaban en torno a si debe Gonz¨¢lez dimitir o no dimitir, y convocar o no convocar (elecciones anticipadas, por supuesto), as¨ª como cu¨¢ndo hacerlo, lo cierto es que cund¨ªa un insidioso pero indudable e indiscriminado tono de pesimismo casi crepuscular. Tanto es as¨ª que la impresi¨®n que yo saqu¨¦, m¨¢s all¨¢ de mi disconformidad con algunas de las conclusiones que se presentaron, fue la de un derrotismo aterrador, pues todos parec¨ªan pujar por decretar el ?apaga y v¨¢monos! Y era tanta la sensaci¨®n de desbandada (si bien vestida con flema brit¨¢nica) que causaba verg¨¹enza ajena, llegando a resultar deprimente.Por lo dem¨¢s, un fantasma recorr¨ªa la reuni¨®n, y era el recuerdo espectral de UCD. En efecto, como se recordar¨¢, la mayor¨ªa gubernamental liderada por Su¨¢rez se disolvi¨® sin dejar rastro en 1982 (abriendo paso a la mayor¨ªa absoluta socialista), al no poder superar los efectos pol¨ªticos del impacto causado por el intento de golpe de Estado de 1981. Pues bien, como se ha subrayado tantas veces, ahora estamos viviendo un proceso paralelo. La estrategia de acoso y derribo de Gonz¨¢lez esgrimida por Aznar est¨¢ plagiada descaradamente de la que Guerra utiliz¨® para hundir a Su¨¢rez. El impacto comunicativo de los casos Filesa, Rubio y Rold¨¢n est¨¢ superando en extensi¨®n, ya que no en intensidad, al que produjo el caso Tejero. Y el efecto de bola de nieve provocado por el alud electoral del pasado 12 de junio parece predestinado a desencadenar una nueva mayor¨ªa absoluta para el centro derecha el a?o que viene. Por tanto, no resultar¨ªa extra?o que ahora el PSOE, como anta?o UCD, se disolviese en la nada, seg¨²n se tem¨ªa la otra tarde en el club de nuestros anfitriones renovadores.
Sin embargo, puede apostarse a que esto no ser¨¢ as¨ª. Es cierto que una parte del PSOE, precisamente aquella que representan los renovadores, podr¨ªa llegar a disolverse. Pero queda el resto del partido, parte de cuya representaci¨®n detenta hoy el llamado guerrismo, que dif¨ªcilmente se disolver¨¢, pues encarna la memoria hist¨®rica del socialismo espa?ol, depositada en el imaginario colectivo de millones de familias, que as¨ª se lo transmiten a las siguientes generaciones.
En realidad, si UCD se disolvi¨® es porque no era un aut¨¦ntico partido pol¨ªtico: s¨®lo consist¨ªa en una coalici¨®n de funcionarios p¨²blicos, liderada por los cuerpos tecnocr¨¢ticos del Estado, que carec¨ªa de bases sociales, por lo que no representaba a nadie m¨¢s que a sus propios intereses corporativos. En cambio, el PSOE s¨ª tiene bases sociales, aunque aqu¨ª subsiste un cierto dualismo. Por una parte, el PSOE representa a determinadas capas de profesionales ilustrados de clase media urbana (empleados, profesores, intelectuales, t¨¦cnicos), identificados con el liberalismo socialdem¨®crata que aspiraban a significar Solchaga o los renovadores, pero cuyos votos emigran hoy hacia el PP. Y por el otro extremo, el PSOE representa tambi¨¦n a los pensionistas inactivos y a la vieja clase obrera y campesina que aliment¨® hist¨®ricamente al socialismo espa?ol, cuyos votos menos escolarizados se disputan hoy el guerrismo e Izquierda Unida.
Ahora bien, dada esta doble alma del PSOE, lo cierto es que el sector renovador se parece demasiado a la extinta UCD, al representar parecidos intereses tecnocr¨¢ticos y funcionariales, con escaso arraigo social y que se disgregan al perder el poder administrativo que les sustenta. Por tanto, si alguien con peso pol¨ªtico propio no lo impide, el ala renovadora del PSOE se disolver¨¢ en su propio derrotismo, rindi¨¦ndose ante la solidez organizativa del guerrismo, que quiz¨¢ logre captar la memoria hist¨®rica socialista para poder retenerla durante la inminente traves¨ªa electoral del desierto.
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