Retos econ¨®micos para N¨¢poles
EN POCAS ocasiones ha despertado tanta expectaci¨®n una reuni¨®n del Grupo de los Siete (EE UU, Alemania, Jap¨®n, Francia, Reino Unido, Italia y Canad¨¢) como la que hoy se inicia en N¨¢poles. En el terreno pol¨ªtico, son inmensas las incertidumbres que deparan los acontecimientos de los ¨²ltimos tiempos. El futuro de Rusia, las tensiones en la Uni¨®n Europea, la guerra en Bosnia y el temor a conflictos en Ucrania y otras partes del Viejo Continente son algunos de los conflictos que est¨¢n en el orden del d¨ªa.Pese a todo, son las especiales turbulencias que afectan a los mercados financieros internacionales las que otorgan a esta cumbre una inusual relevancia. Desde hace meses, el comportamiento err¨¢tico de los mercados de bonos y divisas y su distanciamiento de los fundamentos de las respectivas econom¨ªas vienen desafiando las pautas m¨¢s elementales de esa coordinaci¨®n entre los grandes que se supone tiene asignada el G-7.
Desde el pasado 4 de febrero, en que la Reserva Federal iniciara, por primera vez en cinco a?os, la sucesi¨®n de peque?as elevaciones en sus tipos de inter¨¦s a corto plazo, los mercados de bonos no han dejado de marcar alzas significativas en sus tasas de rentabilidad, que, dado el elevado grado de integraci¨®n financiera internacional, se han transmitido r¨¢pidamente a todos los mercados del mundo.
Ello ha afectado muy especialmente a aquellos, que, como el espa?ol, est¨¢n sometidos a factores de riesgo adicionales. Son importantes las dificultades que los pa¨ªses industrializados encuentran para reducir sus d¨¦ficit presupuestarios. Pero ¨¦stos no han sufrido un deterioro adicional que explique la espectacular ca¨ªda en el precio de los t¨ªtulos de la deuda p¨²blica. Tampoco los indicadores de inflaci¨®n -el otro factor al que se muestran extremadamente sensibles esos mercados- son hoy mucho m¨¢s adversos que hace cuatro meses en la mayor¨ªa de los pa¨ªses. Sin embargo, los mercados parecen anticipar un horizonte problem¨¢tico. A ello est¨¢ contribuyendo de forma muy significativa el tipo de cambio del d¨®lar de EE UU.
La pasada semana, la moneda estadounidense volv¨ªa a caer frente al yen a la cota m¨¢s baja en ¨²ltimo medio siglo. La presi¨®n al alza que en condiciones normales deb¨ªan ejercer esas elevaciones en los tipos de inter¨¦s sobre el cambio del d¨®lar queda ampliamente neutralizada por la evoluci¨®n de su desequilibrio comercial bilateral con Jap¨®n y, muy especialmente, por la ausencia de avances en el contencioso comercial entre ambos pa¨ªses.
La tolerancia con que la Administraci¨®n americana parece contemplar la depreciaci¨®n de su moneda -convertida de hecho en una pretendida herramienta para dotar de mayor competitividad a sus exportaciones- y la inestabilidad pol¨ªtica en Jap¨®n no permiten prever una normalizaci¨®n a corto plazo, a pesar de las renovadas intenciones del nuevo Gobierno japon¨¦s por estimular la demanda interna de su econom¨ªa.
M¨¢s all¨¢ de otras consecuencias adversas, el mantenimiento del d¨®lar en esos niveles y el consiguiente arrastre de los mercados de deuda est¨¢ da?ando los balances de las entidades inversoras en esos t¨ªtulos, con especial severidad en Espa?a, y, lo que es peor, reduciendo las posibilidades adicionales de que sigan descenciendo los tipos de inter¨¦s en aquellos pa¨ªses -todos los de la Europa continental- cuya recuperaci¨®n econ¨®mica no est¨¢ a¨²n consolidada.
La ausencia de decisiones relevantes en las reuniones celebradas esta semana por el Comit¨¦ de la Reserva Federal estadounidense y el Consejo del Bundesbank no han hecho sino prorrogar la situaci¨®n hasta ahora existente: el d¨®lar ha mantenido su t¨®nica de debilidad y los precios de la deuda en la mayor¨ªa de los pa¨ªses europeos se han distanciado de sus hom¨®logos alemanes. Las obligaciones espa?olas a 10 a?os constituyen hoy la referencia m¨¢s vulnerable, con un diferencial de rentabilidad frente a las alemanas de m¨¢s de cuatro puntos porcentuales.
Frente a ese panorama, el G-7, y en especial Estados Unidos, Jap¨®n y Alemania, tienen la oportunidad, cuando menos, de reducir algunos de los factores que explican la inestabilidad actual de los mercados financieros. La creciente globalizaci¨®n econ¨®mica y financiera y la consiguiente menor capacidad d¨¦ control e intervenci¨®n en los mercados -reforzados por la, existencia de nuevos instrumentos financieros que multiplican los vol¨²menes de transacciones- exigen respuestas apropiadas- por parte de las autoridades de ese grupo de pa¨ªses, en el que ya no existen hegemon¨ªas simples, ni relevantes m¨¢rgenes de autonom¨ªa en el control de las variables financieras.
Antes de caer en las f¨¢ciles tentaciones reguladoras sobre la actividad de esos mercados -de ponerle puertas al campo-, es imprescindible que el G-7 asuma la necesidad de legitimar su propia existencia. Ello significa, en primer lugar, arbitrar soluciones r¨¢pidas y definitivas a ese contencioso comercial entre Jap¨®n y Estados Unidos y, adicionalmente, sentar las bases para una efectiva coordinaci¨®n de las pol¨ªticas monetarias de los principales pa¨ªses. Cabe exigirles que, cuando menos, no introduzcan elementos de incertidumbre adicionales a los ya derivados de la configuraci¨®n de un nuevo y mucho m¨¢s complejo orden econ¨®mico internacional.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.