Izquierdismo
Uno de los resultados m¨¢s importantes de las pasadas elecciones europeas ha sido el ascenso del voto a Izquierda Unida, por mucho que quepa relativizarlo. Es cierto que el vencedor absoluto ha sido el centro derecha, por lo que no hay alza izquierdista, sino s¨®lo aumento del radicalismo de unos votantes de izquierda que globalmente menguan. Y tambi¨¦n lo es que parte del alza electoral de IU no es m¨¦rito de la propia coalici¨®n, sino s¨®lo voto de castigo al PSOE. Pero estos matices no impiden reconocer que IU incrementa su porcentaje de votos emitido con respecto al a?o anterior muy por encima de cuanto lo hace, por ejemplo, el PP (que gana un 18% frente al 43% de IU): un resultado no coyuntural, pues se confirma con la intenci¨®n de voto reflejada en el bar¨®metro de Demoscopia (EL PA?S, 3 de julio de 1994), Y adem¨¢s, comparado con el resto de Europa, IU es el ¨²nico grupo pol¨ªtico procedente del comunismo que asciende electoralmente, pues todos los dem¨¢s bajan; y tanto los todav¨ªa estalinistas (caso portugu¨¦s o franc¨¦s) como sobre todo los que ya se han convertido expl¨ªcitamente a la socialdemocracia (caso italiano, que es el fracaso m¨¢s llamativo).
Hasta ahora, el comunismo italiano era el espejo en el que se miraba su hermano menor espa?ol. De ah¨ª que se tratase de mimetizar todos los giros estrat¨¦gicos italianos adapt¨¢ndolos a nuestro pa¨ªs. Y, cuando tales estrategias fallaban (caso del ya olvidado eurocomunismo), el fracaso, se atribu¨ªa a no haber profundizado lo suficiente en la v¨ªa italiana. Pero es que la correlaci¨®n de fuerzas entre las dos almas de la izquierda (comunista y socialdem¨®crata) era en el caso espa?ol inversa a la italiana: all¨ª el PCI era dominante, mientras aqu¨ª el PCE quedaba en minor¨ªa. Esto es lo que ha impedido al comunismo espa?ol romper formalmente con el leninismo y la revoluci¨®n, proclam¨¢ndose expl¨ªcitamente reformista y socialdem¨®crata. Pero al no poder quedarse tampoco reducido a una numantina resistencia estalinista, el resultado ha sido un h¨ªbrido tan esperp¨¦ntico como espa?ol: ni comunista ni socialdem¨®crata, sino todo lo contrario. Ahora bien, esta parad¨®jica ambig¨¹edad pol¨ªtica (o esta contradictoria hipocres¨ªa ideol¨®gica, si se desea descalificarla) ha comenzado a rendir sus frutos electorales: mientras el socialdem¨®cra ex comunismo italiano se deteriora en las urnas, acompa?ando al hundimiento socialista, entre nosotros el ambivalente ex comunismo triunfa a costa del declive de los socialistas, logrando reinvertir en su propio beneficio la correlaci¨®n electoral de tendencias.
As¨ª, Izquierda Unida ya no precisa seguir mir¨¢ndose en el espejo italiano y puede comenzar a volar con alas propias. Pero ?hacia d¨®nde volar¨¢? ?Qu¨¦ chance pol¨ªtica tiene hoy una izquierda radical, cuando por todas partes en Europa se halla en retirada? Por supuesto, la mejor tentaci¨®n es la de seguir vampirizando al PSOE: denunciando sus delitos, fiscalizando sus incumplimientos program¨¢ticos y sangr¨¢ndolo electoralmente. Esta estrategia de la resistencia, o de lucha incorruptible contra todos los abusos del poder (hist¨®ricamente heredera. de la tradici¨®n anarquista espa?ola), es la que mejor rentabilidad electoral le ha proporcionado a IU mientras su electorado era m¨ªnimo, por reducirse al voto militante o de protesta. Pero est¨¢ predestinada a morir de ¨¦xito, pues deja de ser v¨¢lida desde el momento en que se ampl¨ªe su cuota de votantes: no se puede permanecer enclaustrado en las catacumbas de la resistencia y, al mismo tiempo, extender los tent¨¢culos hacia la moderada clientela electoral del PSOE.
La ret¨®rica antipoder ya no basta, si es que se aspira a representar proporciones cada vez mayores de la base social de la izquierda (y mucho menos si se desea sobrepasar la cuota del voto socialista). Para ello, adem¨¢s de rentabilizar la cultura de la resistencia, hace falta proponer tambi¨¦n un programa realista de gobierno y un modelo cre¨ªble de sociedad. Pero dada su flagrante carencia de todo esto, ?hasta cu¨¢ndo podr¨¢ mantener IU su calculada ambig¨¹edad de no parecer comunista ni socialdem¨®crata?
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