Modelo sospechoso
LA ?LTIMA aventura financiera de Javier de la Rosa, a quien Jordi Pujol lleg¨® a calificar de empresario modelo", ha acabado en un nuevo desastre, ahora tal vez definitivo. Los 9.000 peque?os accionistas de Grand Tibidabo se han encontrado sin previo aviso, al igual que la Comisi¨®n Nacional del Mercado de Val¨®res, con p¨¦rdidas de m¨¢s de 10.000 millones de pesetas, la empresa amenazada de liquidaci¨®n y volatilizados sus ahorros de 30.000 millones. La Fiscal¨ªa de Catalu?a, que investiga el caso, aprecia "indicios de actuaciones con posible relevancia penal".La trayectoria p¨²blica de De la Rosa ha salpicado de monumentales crisis financieras los ¨²ltimos diez a?os de la vida econ¨®mica espa?ola. Grand Tibidabo es el ¨²ltimo caso, pero no el m¨¢s voluminoso. Tras su gesti¨®n en la Banca Garriga Nogu¨¦s, filial catalana de Banesto, los responsables del banco descubrieron un agujero de casi 100.000 millones de pesetas, el mayor desaguisado bancario de la ¨¦poca.
Cuando a¨²n no se hab¨ªan apagado los ecos de la crisis de Garriga Nogu¨¦s, De la Rosa inici¨® su singladura con el grupo ¨¢rabe KIO. Los resultados son sobradamente conocidos. El Grupo Torras -a trav¨¦s del cual invert¨ªan los kuwait¨ªes en Espa?a- se hundi¨® dejando un agujero de 500.000 millones y miles de empleos perdidos o en peligro. Los nuevos gestores ¨¢rabes reclaman a los anteriores cientos de miles de millones. Esta crisis constituye todo un r¨¦cord: el mayor esc¨¢ndalo financiero en Espa?a y en Europa y la m¨¢s importante crisis de un grupo industrial privado.
Las claras similitudes entre lo ocurrido en estos tres casos definen un modelo de gesti¨®n. Pero no de gesti¨®n productiva, como afirm¨® el presidente de la Generalitat, seducido tal vez por los propagandistas que esculp¨ªan la figura de un -De la Rosa redentor del pasado poder financiero catal¨¢n. Las exigencias de una pol¨ªtica econ¨®mica de apoyo a la industria y las empresas como la que reivindica Pujol se conjugan mal con el respaldo a pr¨¢cticas tan discutibles como las mencionadas'.
En los tres casos citados, los accionistas, es decir, los propietarios de las sociedades, nunca llegan a conocer la realidad mientras De la Rosa sigue manteniendo su responsabilidad en las empresas. Hasta ese momento, nadie, excepto ¨¦l y sus colaboradores, sabe qu¨¦ es lo que est¨¢ ocurriendo en realidad. Es m¨¢s, los actuales gestores de KIO desconocen a¨²n hoy la mayor¨ªa de las operaciones realizadas por De la Rosa en el Grupo Torras. No es de recibo aceptar que los accionistas, que ciertamente aceptan un riesgo d¨¦ mercado con su inversi¨®n, deban temer tambi¨¦n la acci¨®n de sus gestores.
La actividad preferida y casi exclusiva del financiero, en todos los casos, ha consistido en vaciar las sociedades a trav¨¦s de la venta de sus activos, lo que ha convertido la gesti¨®n empresarial en un simple ap¨¦ndice de la mal llamada ingenier¨ªa financiera, generando, eso s¨ª, cuantiosas comisiones. La historia de todos estos esc¨¢ndalos termina siempre con astron¨®micas cifras de dinero en paradero desconocido. Todo ello combinado con el uso forzado y abusivo de una legislaci¨®n mercantil y burs¨¢til claramente desbordada y gracias al concurso de sofisticados y costosos asesores jur¨ªdicos. Convertida la legalidad en un obst¨¢culo a superar, se producen los desastres econ¨®micos descritos sin que ninguna de las autoridades competentes haya podido actuar con la adecuada proporcionalidad.
Parece que las posibilidades de De la Rosa para seguir hundiendo empresas est¨¢n casi agotadas. Sin embargo, el ostracismo en el que ahora se encuentra e s resultado del instinto de autoprotecci¨®n de los dem¨¢s agentes econ¨®micos, entidades financieras e inversores, m¨¢s que de la actuaci¨®n de la justicia y de las administraciones.
La obligaci¨®n que se impone, tras el ¨²ltimo esc¨¢ndalo y ante otros que sin duda se producir¨¢n en el futuro, es la de modernizar la legislaci¨®n mercantil, burs¨¢til y penal, y reforzar las instituciones encargadas de impedir la- perversi¨®n de los mercados y la prostituci¨®n de la vida de las empresas.
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