"Hay que entrenar la mente como se entrena el cuerpo"
De origen centroeuropeo, afincado en Estados Unidos, y primo del fil¨®sofo Karl Popper, es a sus 75 a?os uno de los m¨¢s importantes investigadores sobre las relaciones entre la conducta y el funcionamiento cerebral, los procesos cognitivos y su conexi¨®n con la mente y la conciencia. Hoy mismo participa en un curso sobre el cerebro en la Universidad Internacional Men¨¦ndez Pelayo (La Coru?a).Pregunta. ?Se puede educar al cerebro para que el individuo tenga determinados sentimientos, talento o sensibilidad art¨ªstica?
Respuesta. La respuesta corta es s¨ª, pero tiene un l¨ªmite. Cada individuo tiene diferentes talentos, pero no sabemos lo que significa en realidad tener talento. Por ejemplo, por qu¨¦ una cr¨ªa de cinco a?os puede escuchar una pieza de Mozart y tocarla maravillosamente, mientras yo soy incapaz de hacerlo, aunque sea de memoria. No sabemos realmente en qu¨¦ consisten las diferencias del talento, ni siquiera sabemos c¨®mo plantear la pregunta, si es qu¨ªmica o un tipo diferente de conexi¨®n neuronal o una cuesti¨®n de un mayor n¨²mero de conexiones.
P. ?Puede decirse que utilizamos s¨®lo una parte de nuestra capacidad mental?
R. Nosotros utilizamos nuestro cerebro completamente, todo el tiempo. Igual que un aparato de televisi¨®n, cuando est¨¢ conectado pero no transmite nada, est¨¢ funcionando enteramente. De la misma manera se necesita todo el cerebro, aunque la manera de programarlo pueda ser distinta. Lo que hace la diferencia entre las distintas capacidades es la manera en que se programa ese instrumento.
P. ?Hasta qu¨¦ punto el cerebro puede regenerarse cuando una de sus partes se da?a?
R. Las partes colindantes del cerebro pueden hacerse cargo de las funciones de las partes destruidas, mientras no sean lesiones muy graves. Pero hay que entrenarlo, el individuo debe empezar a hacer lo que hace un beb¨¦, por ejemplo, y repetirlo cientos y cientos de veces. Pero es muy dif¨ªcil, porque cuando hay una lesi¨®n el cerebro necesita mucha m¨¢s energ¨ªa para recuperar el tejido da?ado.
P. ?Qu¨¦ es lo que la ciencia puede decir sobre la autoconciencia del individuo? Lo que es el sujeto y la conciencia.
R. Lo que intentamos averiguar es c¨®mo el cerebro y su funcionamiento contribuyen a la idea de autoconciencia, y ahora sabemos bastante sobre ello. Algunos dicen que no tenemos autoconciencia, pero yo no estoy de acuerdo con esto. Existen muchas evidencias sobre cu¨¢les son las partes del cerebro que organizan y nuestra conciencia general, nuestra autoconciencia. Yo estoy trabajando en la variedad de formas de experimentarla.
P. ?Cu¨¢les son estos distintos tipos de conciencia?
R. Hay una parte claramente no qu¨ªmica. Est¨¢n, en primer lugar, lo que podriamos llamar nuestras disposiciones de conciencia, aquello sobre lo que estamos alerta, de lo que estamos enterados. Despu¨¦s est¨¢n los contenidos de la conciencia, las percepciones que nos llegan, y finalmente tenemos mecanismos intencionales que nos dicen que es a lo que debemos prestar atenci¨®n. Esta intencionalidad es lo que la gente intenta expresar cuando dice que hay que aumentar la conciencia sobre algo, el medio ambiente, por ejemplo. Incrementar nuestra preocupaci¨®n sobre nuevos problemas es posible precisamente porque nuestro cerebro est¨¢ constantemente cambiando por todo lo que percibimos.
P. ?Esto quiere decir que el cerebro evoluciona mucho m¨¢s r¨¢pido de lo que creemos?
R. Se trata de una evoluci¨®n cultural, no gen¨¦tica. De ah¨ª que sea tan r¨¢pida. El cerebro se est¨¢ reprogramando constantemente, pero, desafortunadamente, la mayor parte de lo que una generaci¨®n ha aprendido, la siguiente tiene que aprenderlo una y otra vez. Es cierto que aparecen tambi¨¦n nuevas formas de codificar los conocimientos y podemos ense?ar cosas mejor de lo que lo hac¨ªamos hace cien a?os. Los sistemas educativos han mejorado mucho, pero lo que deber¨ªamos hacer es ense?ar t¨¦cnicas al estudiante con las cuales ejercitar su cerebro y ense?arle a mantenerlo en forma de la misma manera que se entrena el cuerpo.
P. ?Qu¨¦ base cient¨ªfica tiene hablar de nuevas formas de conocimiento, como el intercambio mental, por ejemplo?
R. Sinceramente, no s¨¦ si son posibles. No tenemos evidencias, ni base cient¨ªfica para entender este tipo de procesos, y por ello no podemos evaluarlos.
P. ?Hasta qu¨¦ punto puede decirse que la conciencia y la mente tienen un lugar preciso en el cerebro?
R. Usted sabe d¨®nde est¨¢n sus pulmones y que tienen algo que ver con la respiraci¨®n. Pero si usted me pregunta d¨®nde est¨¢ la respiraci¨®n, la respuesta es que no est¨¢ en los pulmones, es algo mucho m¨¢s amplio, una funci¨®n que realiza. De la misma manera, la conciencia es toda una serie de procesos incluidos en el funcionamiento del cerebro, como la respiraci¨®n de los pulmones. Son los recuerdos, la cultura, nuestra capacidad de aprender.
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