A escondidas

Recordar¨¢n sin duda que en la ¨²ltima reuni¨®n del Consejo Pol¨ªtico de IU, celebrada inmediatamente despu¨¦s de las elecciones europeas y andaluzas del 12 de junio, Julio Anguita reivindic¨® expresamente el derecho de la formaci¨®n pol¨ªtica que ¨¦l lidera a pactar con quien estimara oportuno y cuantas veces lo considerara pertinente. De esta manera Julio Anguita marcaba el final del periodo de "ostracismo pol¨ªtico" al que la coalici¨®n se hab¨ªa visto sometida. Es obvio que, por mucho que moleste a otros partidos y en particular al PSOE, dicho derecho es indiscutible.Lo que no encaja con esa actitud "a la ofensiva" de Julio Anguita es que la celebraci¨®n de sus encuentros con Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar tengan lugar "a escondidas", "como si fuera un pecado", por utilizar las palabras del estribillo de la conocida canci¨®n de Jorge Sep¨²lveda.

IU no tiene por qu¨¦ tener un margen de maniobra menor que el que tienen los dem¨¢s partidos pol¨ªticos para cerrar los pactos que estime convenientes. Con el PP o con quien sea. Y con el alcance que se considere oportuno. Por eso no tiene nada de extra?o y mucho menos de ileg¨ªtimo que el presidente del PP y el coordinador general de IU se entrevisten y lleguen o no a acuerdos pol¨ªticos del tipo que sea.

M¨¢s a¨²n, es perfectamente normal y leg¨ªtimo que los encuentros entre ambos partidos se celebren con publicidad o sin ella. No todos los encuentros entre l¨ªderes pol¨ªticos tienen por qu¨¦ ser p¨²blicos. El derecho a pactar incluye el derecho a preparar los pactos con el sigilo que las partes estimen conveniente y a darlos a conocer en el momento que se considere oportuno. Si as¨ª no fuera, no se podr¨ªa hacer uso del derecho en m¨²ltiples ocasiones.

Lo que no se entiende es la negaci¨®n del ejercicio que se ha hecho del derecho que se acaba de reivindicar. Una vez que ha trascendido la celebraci¨®n de dicho encuentro como consecuencia de una intervenci¨®n p¨²blica del parlamentario de la coalici¨®n, Diego L¨®pez Garrido, que ha suministrado adem¨¢s algunos detalles sobre el mismo, no se entiende por qu¨¦ se ha tenido que proceder a desmentirlo, atribuyendo las palabras de dicho parlamentario a un simple "malentendido".

Es este desmentido el que convierte el encuentro entre Julio Anguita y Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar no en un encuentro "discreto" sino en un encuentro "a escondidas", sobre el que, como todas las cosas que se hacen a escondidas, recaen o pueden recaer todo tipo de sospechas. Las mismas que se est¨¢n haciendo recaer sobre los pactos entre el Gobierno de la naci¨®n y los nacionalistas catalanes y vascas por parte del PP e IU.

Porque ser¨ªa tambi¨¦n, perfectamente leg¨ªtimo que se hubiera dado la explicaci¨®n de que ambos partidos pol¨ªticos concertaron en su d¨ªa el encuentro sobre la base de que tendr¨ªa car¨¢cter "privado" o en todo caso "reservado" y de que no se dar¨ªa ninguna informaci¨®n sobre lo tratado en el mismo, incluso en el supuesto de que trascendiera su celebraci¨®n. Tambi¨¦n esto forma parte del derecho a pactar en un sistema democr¨¢tico, derecho que est¨¢ "uniformemente" a disposici¨®n de todos los partidos. Se trata adem¨¢s de una de las condiciones de ejercicio del derecho de la que se hace uso con frecuencia.

Dicho en pocas palabras: cualquier reacci¨®n tiene sentido menos la que se ha producido. ?No ser¨¢ que la pol¨ªtica de pactos de la direcci¨®n de IU no est¨¢ siendo entendida por "las bases" de la forma en que se dice que lo est¨¢ siendo?