La compleja salida del comunismo
No todo han sido ventajas para los ortodoxos tras el cambio de r¨¦gimen
La salida del comunismo no es tarea f¨¢cil para la Iglesia ortodoxa de Rusia, primera confesi¨®n religiosa por su n¨²mero de fieles (unos 70 millones de bautizados en esta fe), sus tradiciones hondamente vinculadas a la idea del Estado ruso y su influencia sobre la clase pol¨ªtica en el poder.La Iglesia ortodoxa se ha beneficiado de la desintegraci¨®n del sistema sovi¨¦tico con una mayor afluencia a las ceremonias, la recuperaci¨®n de los edificios de culto confiscados por los bolcheviques y su incorporaci¨®n al sistema educativo. Pero su reto m¨¢s acuciante -la integraci¨®n en la modernidad- est¨¢ a¨²n pendiente. Y esta empresa es tanto o m¨¢s complicada que los desaf¨ªos existentes en 1962 ante la Iglesia cat¨®lica en v¨ªsperas del Concilio Vaticano II.
El patriarca Alexi II, un refinado y culto descendiente de aristocr¨¢ticas familias asentadas en el B¨¢ltico, tiene bajo su b¨¢culo una comunidad variopinta, donde coexisten concepciones poco menos que incompatibles entre s¨ª. El ecumenismo de los herederos espirituales de Alexandr Men (asesinado brutalmente en septiembre de 1990) suena casi como una provocaci¨®n diab¨®lica en los c¨ªrculos conservadores, cuya figura m¨¢s destacada es la del metropolitano Juan de San Petersburgo y sus partidarios de la Uni¨®n de los Hermanos Ortodoxos de Rusia.
Los reformistas modernizadores tildan a los conservadores de "cavern¨ªcolas", "retr¨®grados" e incluso de "antisemitas declarados", y los conservadores afirman que los "modernistas", los "filocat¨®licos" y "criptoprotestantes" quieren desmantelar las tradiciones rusas. Hoy por hoy, la correlaci¨®n de fuerzas es favorable a los conservadores, seg¨²n Alexi Bor¨ªsovich, presidente de la Sociedad de Biblia de Rusia y seguidor de la l¨ªnea evang¨¦lica de Men. "En relaci¨®n con la Iglesia cat¨®lica vivimos en el siglo XVIII o XIX e incluso en la Edad Media, porque el dominio del ate¨ªsmo durante 70 a?os supuso un gran retroceso", se?ala.
En la Iglesia ortodoxa, la autoridad del patriarca no es tanta como la del Papa en la Iglesia cat¨®lica. De ah¨ª que, al margen de sus emociones personales, Alexi II tenga que guardar un dif¨ªcil equilibrio, si quiere mantener unida su comunidad. La Iglesia ortodoxa se rige a¨²n por el antiguo calendario juliano, y sus ceremonias lit¨²rgicas en eslavo eclesi¨¢stico obligan a los fieles a seguir complicados rituales durante horas, y a las mujeres, a cubrirse la cabeza y a vestirse severamente. Los intentos de alterar esta situaci¨®n no han resultado, como lo demuestra la experiencia de Gueorgui Kochetkov, que, en una parroquia de Mosc¨², comenz¨® a celebrar los servicios lit¨²rgicos en ruso vulgar. El patriarca puso fin a este experimento, que hab¨ªa provocado una gran irritaci¨®n entre los conservadores, y Gueorgui Kochetkov acat¨® la orden de su m¨¢ximo superior. Kochetkov, diplomado en Par¨ªs, es un predicador popular en Mosc¨², como lo son tambi¨¦n sacerdotes conservadores que, como Alexandr Shargunov, llenan su parroquia de activos j¨®venes que organizan eficaces redes de caridad para los desasistidos del poscomunismo. Estos c¨ªrculos tienen un buen portavoz en la sociedad Radonezh, una entidad que se dedica a la labor educativa y tiene una emisora, un instituto de pedagog¨ªa ortodoxa y seis escuelas en Mosc¨², una de ellas, con 400 alumnos, la mayor escuela privada confesional ortodoxa del pa¨ªs, seg¨²n dice su presidente, Yevgueni Nik¨ªforov.
Alexi II y la Iglesia ortodoxa no lograron el ¨¦xito en su misi¨®n mediadora entre el presidente y el Parlamento de Rusia en el oto?o de 1993, y Viacheslav Polosin, un sacerdote conservador apartado ¨²ltimamente del ejercicio, reprocha al patriarca no haber logrado mediar con ¨¦xito en Yugoslavia. Como diputado del S¨®viet Supremo de Rusia, Polosin fue uno de los autores de la ley de 1990 que regula las actividades de las entidades religiosas. Este mes de julio, la Duma Estatal (la C¨¢mara baja del Parlamento ruso) no aprob¨® una ley que permitir¨ªa a la Iglesia ortodoxa aspirar a la propiedad de los muchos bienes que le fueron confiscados por el poder sovi¨¦tico. Los c¨ªrculos eclesi¨¢sticos ortodoxos presionar¨¢n a¨²n para que el proyecto prospere.
La disoluci¨®n del Parlamento en oto?o de 1993 puso fin al conflicto que exist¨ªa entre las autoridades pol¨ªticas y las eclesi¨¢sticas, ya que el presidente Yeltsin se neg¨® a firmar una nueva redacci¨®n de la Ley de Libertad de Conciencia que hubiera dado a la Iglesia ortodoxa y las confesiones religiosas asentadas en Rusia una prioridad ante los reci¨¦n llegados. Esto afectaba sobre todo a las sectas y predicadores protestantes que difunden ampliamente su mensaje por la televisi¨®n. La idea de que la Iglesia ortodoxa debe ser protegida frente a la influencia exterior posiblemente emerger¨¢ en el Parlamento cuando se actualice la actual legislaci¨®n religiosa. "Rusia no tiene inmunidad, es como un enfermo de sida, y las sectas parasitan sobre esto", dice Yevgueni Nikforov, el presidente de la sociedad Radonezh. La necesidad de. encuadrarse en una fe es muy fuerte hoy en Rusia. "Asombra especialmente la ligereza con la que se bautizan los comunistas de ayer y de hoy", seg¨²n dec¨ªa el diario Segodnia. "Se bautizan como antes ingresaban en el partido".
El destino de los bienes
Los bienes de la Iglesia ortodoxa antes de la Revoluci¨®n comunista de 1917 pertenec¨ªan en gran medida al Estado o a particulares. La Iglesia ortodoxa rusa dispone hoy de 250 monasterios y 15.000 iglesias en toda Rusia, seg¨²n Guennadi Guer¨®iev, de la secci¨®n de relaciones internacionales del patriarcado.Aunque carece de suficientes sacerdotes, personal y medios para restaurar y hacer funcionar los bienes ya recuperados, no se renuncia a los locales ocupados por otras organizaciones, como la iglesia de Santa Tatiana, habilitada como teatro universitario en el centro de Mosc¨², y que ha sido manzana de la discordia entre los estudiantes y la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica. Por su parte, los ambientes culturales censuran la devoluci¨®n a la Iglesia ortodoxa de iconos que han permanecido en museos como la galer¨ªa Tretiakov.
En el Parlamento est¨¢ en marcha una colecta para reconstruir la iglesia de Cristo Redentor, que Stalin mand¨® destruir en los a?os treinta. Entre los abanderados de la iniciativa est¨¢ el presidente de la C¨¢mara, el ex comunista Iv¨¢n Ribkin.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.