Desarrollo econ¨®mico y ajuste
MANUEL GUITI?NEl ajuste econ¨®mico, seg¨²n el autor, coexiste inevitablemente con el desarrollo, e incluso se puede describir como una de sus dimensiones fundamentales.
El desarrollo econ¨®mico no es una actividad espec¨ªfica y separable de la evoluci¨®n econ¨®mica general de una naci¨®n. Al contrario, consiste en un proceso din¨¢mico y multidimensional cuya persecuci¨®n es una tarea permanente; una tarea que incluye actividades tan dispares como la adaptaci¨®n de estructuras e instituciones sociales, la variaci¨®n del comportamiento de los agentes econ¨®micos en respuesta a incentivos diversos y variables, la manutenci¨®n y mejora de infraestructuras y la b¨²squeda de eficiencia en la asignaci¨®n y el uso de recursos.Tampoco el desarrollo tiene lugar en el vac¨ªo. Es, a la vez, parte integrante y resultado de la vida econ¨®mica de un pa¨ªs. Como tal, refleja tanto sus instituciones pol¨ªticas, legales, sociales y econ¨®micas como la interacci¨®n de las motivaciones, acciones y reacciones de sus habitantes; en suma, refleja la totalidad de la cultura econ¨®mica de la naci¨®n. Y una parte importante de esta cultura es el proceso de formulaci¨®n y ejecuci¨®n de la pol¨ªtica econ¨®mica nacional, un componente b¨¢sico de la cual lo constituye la gesti¨®n macroecon¨®mica.
Dado su car¨¢cter permanente y din¨¢mico, el proceso de desarrollo tiene que llevarse a cabo con relativa frecuencia en circunstancias en que la econom¨ªa experimenta una necesidad de ajuste. T¨ªpicamente, necesidades de esta naturaleza reflejan la existencia de desequilibrios econ¨®micos creados internamente (derivados, por ejemplo, de demandas que exceden la disponibilidad de recursos) o causados por la aparici¨®n de conmociones procedentes del exterior (tales como un deterioro en la relaci¨®n de intercambio con otros pa¨ªses). En este sentido, el. ajuste econ¨®mico coexiste inevitablemente con el desarrollo; es m¨¢s, se puede describir o una de sus dimensiones. Desde esta perspectiva se puede subrayar un punto fundamental: la disyuntiva para las econom¨ªas no consiste en optar por el ajuste o por el desarrollo, sino en perseguir ambos a la vez.
En t¨¦rminos amplios, los programas de ajuste tienen como objetivo corregir los mencionados desequilibrios econ¨®micos. Para ello es preciso realizar un esfuerzo de ajuste capaz de eliminar sus causas subyacentes o de adaptar la econom¨ªa a un nuevo entorno internacional. El dise?o de un programa de ajuste requiere un an¨¢lisis detallado del problema o problemas a resolver (por ejemplo, el origen y la magnitud del desequilibrio), as¨ª como un cono cimiento profundo de la econom¨ªa en cuesti¨®n (por ejemplo, su grado de apertura, competitividad, capacidad de generar recursos, importancia del sector p¨²blico) y una evaluaci¨®n de la disponibilidad y de la capacidad de ab sorci¨®n de ahorro o financia miento, externo. Con estos ele mentos de base, los programas de ajuste tratan de especificar las . medidas de pol¨ªtica econ¨®micarequeridas para restaurar el equilibrio de la econom¨ªa.
En un ambiente tan interdependiente como el que caracteriza a la econom¨ªa mundial es inevitable que los desequilibrios internos y las conmociones externas tiendan a manifestarse en las balanzas de pagos nacionales, cuyos d¨¦ficit suelen percibirse como la restricci¨®n m¨¢s visible sobre el crecimiento y el desarrollo econ¨®micos. La resoluci¨®n de problemas de balanza de pagos requiere t¨ªpicamente la adopci¨®n de medidas presupuestarias, monetarias y cambiarias con el objeto de alinear la demanda con la disponibilidad de recursos. ?sta es la perspectiva del ajuste a corto plazo que busca estabilizar o equilibrar a la econom¨ªa en el contexto de sus niveles d¨¦ actividad y crecimiento potenciales. Pero tambi¨¦n es preciso complementar este esfuerzo con medidas de pol¨ªtica econ¨®mica dirigidas a mejorar la eficiencia y fortalecer la competitividad de la econom¨ªa con el objeto de aumentar su capacidad de generar recursos. Esta es la perspectiva del ajuste a m¨¢s largo plazo, la perspectiva del ajuste estructural, que tiene como, objetivo primordial aumentar los niveles de actividad y crecimiento potenciales de la econom¨ªa.
La conclusi¨®n esencial que se deriva de la relaci¨®n existente entre el proceso de ajuste con los de crecimiento y desarrollo, por tanto, es que su contraposici¨®n es m¨¢s aparente que real. Las alternativas de pol¨ªtica econ¨®mica no consisten en optar por ¨¦stos o por aqu¨¦l. Las verdaderas opciones son escoger entre crecimiento y desarrollo espor¨¢dicos o crecimiento y desarrollo duraderos.
Esta argumentaci¨®n, que revela la vinculaci¨®n entre ajuste y crecimiento, es parte de un nuevo consenso que se ha generado en a?os recientes en relaci¨®n con el proceso de desarrollo. Este consenso es cada d¨ªa m¨¢s generalizado, y su predominancia progresiva se deriva de su fundamento en una larga experiencia en muchos y diversos pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo. Los componentes fundamentales de este nuevo consenso se pueden agrupar en un razonamiento esencial relacionado con el papel del Gobierno en el proceso de desarrollo. En contraste con el pasado, el consenso actual es que el Gobierno no debe intervenir directamente en la asignaci¨®n de recursos o en la producci¨®n y distribuci¨®n de bienes que no tengan las caracter¨ªsticas de servicios p¨²blicos. En su lugar, las responsabilidades del Gobierno son de tres tipos fundamentales: primero, el establecimiento de un entomo macroecon¨®rnido estable y la adopci¨®n oportuna de los esfuerzos de ajuste que sean necesarios; segundo, la existencia de un marco legal, fiscal y social apropiado, as¨ª como el mantenimiento de la infraestructura de la econom¨ªa, y tercero, la creaci¨®n de un ambiente apropiado para el funcionamiento de los mercados,como son el establecimiento de un sistema adecuado de incentivos, un clima favorable a la competencia y un r¨¦gimen econ¨®mico liberal y abierto.
Estos principios, que ya se pueden considerar de aceptaci¨®n general, se est¨¢n aplicando ampliamente en el mundo en v¨ªas de desarrollo. El ejemplo m¨¢s dram¨¢tico del cambio que se ha efectuado en el papel del Gobierno en la gesti¨®n econ¨®mica lo est¨¢n dando, claro est¨¢, los pa¨ªses en transici¨®n de la planificaci¨®n central hacia reg¨ªmenes basados en el mercado, pero tambi¨¦n hay experiencias de la misma ¨ªndole en otras regiones del mundo. Y la importancia de la estabilidad macroecon¨®mica, de la competencia y de la liberalizaci¨®n la demuestra el caso de un n¨²mero importante de pa¨ªses en Iberoam¨¦rica, Asia y ?frica.
Los pa¨ªses que han emprendido programas de ajuste y reforma s¨®lidos y sostenidos son los que han logrado el ¨¦xito econ¨®mico. En el FMI hemos identificado 35 pa¨ªses (10 en ?frica, incluyendo a Ghana y T¨²nez; 12 en Asia, entre los cuales est¨¢n la India, Rep¨²blica de Corea, Tailandia y Malaisia; 9 en Iberoam¨¦rica, tales como Argentina, Chile y M¨¦xico, y 4 en Oriente Pr¨®ximo, incluyendo a Egipto y Pakist¨¢n) cuya producci¨®n representa hoy la mitad del producto bruto conjunto de los pa¨ªses en desarrollo y que han registrado recientemente un aumento medio anual del ingreso real per c¨¢pita del 4,5%, el mejor resultado obtenido en 20 a?os.
El fin ¨²ltimo del ajuste y el desarrollo econ¨®mico es el mayor bienestar. La aplicaci¨®n de medidas encaminadas a estabilizar la econom¨ªa y enfrentar los problemas estructurales contribuye a la generaci¨®n, de recursos, y de esta manera hacen posible incrementar el gasto social en salud, vivienda y educaci¨®n, orientando as¨ª con eficiencia todos o parte de esos recursos hacia los sectores sociales m¨¢s necesitados. En contrapartida, la b¨²squeda del crecimiento econ¨®mico sin corregir los desequilibrios estructurales es una ilusi¨®n que cobra un elevado precio en t¨¦rminos de altos ¨ªndices de inflaci¨®n, estancamiento econ¨®mico, concentraci¨®n de la riqueza y, en ¨²ltima instancia, empobrecimiento. En suma, no existen alternativas al ajuste econ¨®mico cuando la necesidad de efectuarlo se presenta.
es director asociado al departamento de Asuntos Monetarios y Cambiarios del Fondo Monetario Internacional.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.