La decisi¨®n de Ricardo
Los padres de Ruth, deficiente ps¨ªquica profunda, creen que la esterilizaci¨®n es una soluci¨®n para su hija
El cuerpo de Ruth ha cumplido ya 15 a?os. Su mente, afectada por una deficiencia ps¨ªquica profunda, se ha quedado rezagada. Ricardo G. , su padre, quisiera que su madurez f¨ªsica acompa?ara a la intelectual, aunque esto supusiera que fuera para siempre, en todos los sentidos, una ni?a. Por eso a Ricardo le preocupa, casi le obsesiona, el despertar de la sexualidad de Ruth."No puedo evitar que sienta deseo, pero s¨ª que se quede embarazada, que sufra a causa de algo que nunca podr¨¢ llegar a entender. La esterilizaci¨®n es una soluci¨®n y a quien no lo comprenda le invito a que conozca el problema desde dentro", asegura.La decisi¨®n de los padres de Ruth, la ligadura de sus trompas de Falopio, para impedir la procreaci¨®n, puede llevarse a cabo de forma legal en Espa?a. Recientemente el Tribunal Constitucional ha resuelto que el art¨ªculo 418 del C¨®digo Penal, que posibilita esta pr¨¢ctica, "no es contrario a la Constituci¨®n". Ning¨²n obst¨¢culo legal impide a Ricardo y a su esposa tomar una resoluci¨®n sobre el cuerpo de su hija. Quedan eso s¨ª opiniones contrarias y escollos morales que unos siembran desde fuera y otros intentan sortear por dentro. "Nadie puede juzgarme. Nadie quiere m¨¢s a mi hija que su madre y yo. S¨®lo queremos lo mejor para ella".
La palabra de los padres de Ruth no ser¨¢, en cualquier caso, la ¨²ltima sino la primera en ser o¨ªda ante el tribunal que deber¨¢ autorizar la esterilizaci¨®n de su hija. La decisi¨®n, seg¨²n el art¨ªculo 428 del C¨®digo Penal, corresponde al juez "a petici¨®n del representante legal del incapaz, o¨ªdo el dictamen de dos especialistas, el Ministerio Fiscal y previa exploraci¨®n del incapaz".
A Ricardo, de 48 a?os, le molestan y le preocupan Ias excesivas atribuciones que la ley Concede a los jueces". Nada garantiza, a su juicio, que comprendan la complejidad de un mundo como el de la deficiencia mental. "S¨®lo podr¨ªan tomar una decisi¨®n si tuvieran un hijo en las mismas circunstancias o si se, pasaran una temporada larga conviviendo con ellos y con sus familias", a?ade.
Ricardo insiste en que s¨®lo habla del caso de su hija y en que ¨¦l y su esposa son quienes mejor la conocen, y deben tenerla capacidad ¨²ltima de decisi¨®n. Repite una y otra vez que "cada deficiente ps¨ªquico es una persona diferente y que hay que estudiar individualmente". Su conocimiento del mundo de los disminuidos ps¨ªquicos va sin embargo, mucho m¨¢s all¨¢. "Llevo 30 a?os trabajando con ellos como ATS y fisioterap¨¦uta. Hice mis pr¨¢cticas de enfermer¨ªa en un psiqui¨¢trico. ?Qui¨¦n me ibaa decir entonces que fuera a tener una hija deficiente?
Ruth s¨®lo es uno de los 325 deficientes que acuden cada d¨ªa al centro de rehabilitaci¨®n que a Asociaci¨®n de Famillas de Ni?os diferentes con Cuidados Especiales (Afancide) posee en Villaverde, un barrio perif¨¦rico al sur de Madrid, y un o de os aproximadamente 400.000 disminuidos ps¨ªquicos que viven en Espa?a. Su oligofrenia profunda le impide o s¨®lo opinar sobre la esterilizaci¨®n, sino simplemente comprender que puede ser madre. Al menos eso piensan sus padres, los adores y la m¨¦dico del centro, Carmen Cidres.
Mientras Ricardo habla de la sexualidad de su hija, Ruth asiste a la conversaci¨®n sin que parezca entender una palabra. Sus enormes ojos miran esquivos. Apenas puede articular una frase con sentido. A ratos sus brazos buscan la espalda de su padre. "Su edad mental ronda los tres a?os, aunque para algunas cosas su madurez es todav¨ªa menor; casi nula", a?ade Ricardo.
Ruth volvi¨® el s¨¢bado de pasar 15 d¨ªas con sus compa?eros de Afancide en un campamento de verano en Portonovo (Pontevedra). Han sido d¨ªas de ansiedad para sus padres, ue aguardaban la llegada del tocar con la mirada puesta en el reloj y el deseo de encontrarse a su hija sin novedad, quiz¨¢ un poco m¨¢s morena y feliz.
La doctora Cidres, el director del centro y los monitores coinciden en que Ruth es "una ni?a muy buena y cari?osa con todo el mundo". "Mi hija se porta siempre correctamente. Aqu¨ª [en Afancide] y en su casa est¨¢ protegida. Pero igual alg¨²n d¨ªa su madre y yo no estaremos en este mundo para cuidarla", dice su padre.. El miedo a que alguien pudiera aprovecharse de la falta de conocimiento de su hija, que alg¨²n desaprensivo pueda violarla o abusar sexualmente de ella, aparece inevitablemente en el discurso de Ricardo. "Si ocurriera nadie podr¨ªa reparar el mal, pero al menos, si mi hija est¨¢ esterilizada, se evitar¨ªa una embarazo que ser¨ªa absolutamente traum¨¢tico , para todos".
Ruffl tiene una hermana de 5 a?os, que ha nacido sin problemas ps¨ªquicos. Sus padres, que desconocen hasta ahora la causa exacta de la deficiencia de su hija mayor, dudaron mucho tiempo sobre la conveniencia de incrementar la familia con un nuevo miembro. "Las relaciones entre las dos hermanas no pueden ser m¨¢s tiernas. Interaccionan perfectamente", opina Inmaculada Hern¨¢ndez, de 23 a?os, una de las monitoras de Afancide.
A fficardo le fastidia especialmente que le hablen de milagros y voluntades divinas. "Me rondan personas religiosas", cuenta, "que quiz¨¢ con buenas intenciones me hablan de lo que Dios ha querido, ha dejado de querer o pueda querer en el futuro". Le gustar¨ªa que la esterilizaci¨®n de su hija, tal y como recomienda la sentencia del Constitucional, fuese reversible "porque creo en la ciencia y puede que alg¨²n d¨ªa..."
La preocupaci¨®n por las condiciones de vida de su hija, llevan a Ricardo a sugerir que "ser¨ªa mejor que Ruth no tuviera ni siquiera menstruaci¨®n". "Se asusta, no puede comprender lo que le pasa a su cuerpo. Si existiese alg¨²n medio cient¨ªfico para evitarlo, no lo dudar¨ªa", agrega. La doctora Cidres, que cuida de la salud de Ruth, piensa, sin embargo, que "la menstruaci¨®n es importante para una mujer desde un punto de vista psicol¨®gico y f¨ªsico". La m¨¦dica se abstiene, sin embargo, de censurar las palabra s de Ricardo. "Comprendo su problema", apostilla.
Cuando a Ricardo se le recuerda las voces contrarias o los votos en contra de cuatro magistrados del Constitucional -la sentencia se aprob¨® por mayor¨ªa de siete-, insiste en que no conocen o no tienen el problema. "?Ojal¨¢ pudiera decidir ella, pero el hecho es que no puede! S¨®lo su madre y yo podemos saber lo que es mejor para Ruth".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.