Nick Price mantiene la ventaja de seis golpes sobre Olaz¨¢bal
El horneado campo de Southem Hills, en las cern¨ªas de Tulsa (Oklahoma, Estados Unidos), se convirti¨® ayer, en la tercera jornada del campeonato de la PGA, en amante de los conservadores. Como justiciero, cambi¨® el peso al otro platillo de la balanza. Quien lo sufri¨® en sus carnes fue el norteamericano Corey Pavin, que sali¨® dispuesto a desafiar victoriosamente el desierto que le separaba del l¨ªder, el zimbabu¨¦s Nick Price.
Y el iluso de Pavin, despu¨¦s de echarle el aliento encima a Price a mitad de recorrido, termin¨® como hab¨ªa empezado. Olaz¨¢bal imit¨® al l¨ªder y entreg¨® la misma tarjeta: 70 golpes, con lo que sigue a seis golpes del primer puesto. Una jornada menos e igual. Todo juega a favor de que Price repita triunfo en un grande tras su victoria en el Open Brit¨¢nico hace un mes.Jos¨¦ Mar¨ªa Olaz¨¢bal fue de los que comenz¨® animoso bajo el calor -38?- y la humedad -m¨¢s del 90%- del secarral verde -riego cada media hora en los greens- en que el verano ha convertido el campo de dise?o de Southern Hills. Y de los que al final se conform¨® con quedarse c¨®mo estaba. Seis golpes no es una eternidad en golf a falta de dos recorridos. Eso si uno tiene una jornada medio buena -terminar dos bajo par, por ejemplo- y el l¨ªder la tiene medio mala -un par de golpes por encima, por ejemplo-, porque si no, la eternidad s¨ª que se hace palpable con s¨®lo 18 hoyos por delante. Y as¨ª pas¨®: ni Olaz¨¢bal estuvo medio bien -un par de birdies, uno de ellos magn¨ªfico en el hoyo 11, par tres, y un par de bogeys-, ni Price medio mal -dos birdies y dos bogeys_, sino todo lo contrario: acabaron en el par, donde ni se gana ni se pierde. Por lo menos Olaz¨¢bal, que, al menos no incurri¨® en los desastres que asolaron a sus compa?eros de traves¨ªa en busca del l¨ªder.
Price s¨ª que sac¨® fruto de su regularidad y de su maestr¨ªa. Mientras una marea de dobles y hasta triples bogeys inundaba a los desafiantes -Haas, Pavinque se le pon¨ªan a tiro, quienes marchaban de b¨²nker a agua y de nuevo a b¨²nker en los ¨²ltimos hoyos, el golfista zimbabuense se mostr¨® impermeable. Ca¨ªa como todos en las trampas, pero c¨®mo sal¨ªa: sin dar un golpe de m¨¢s y salvando todos los pares, como alguien bien amarrado en un buen madero que ve hundirse a sus compa?eros de naufragio. Eso dicen que es la se?al de los capeones: la inmunidad al desastre, el estado de gracia que permite, como por arte de magia, que los golpes de todo tipo -largos y cortos, y el putt- m¨¢s dif¨ªciles aparezcan sencillos en su ejecuci¨®n.
As¨ª aguant¨® Price los embates de la armada local. Los estadounidenses cercaron el liderato y parec¨ªa que la rendici¨®n al asedio ser¨ªa cuesti¨®n de paciencia, cuando notaron que quienes no ten¨ªan v¨ªveres para resistir eran ellos mismos. El ¨²nico que al final encontr¨® una reserva de ox¨ªgeno fue el lanzado de Pavin, un hombre meticuloso y amante de apostar hoyo tras hoyo. El menudo estadounidense salv¨® su jornada con dos golpes de esos que se llaman prodigiosos: dos chips embocados (golpes cortos desde las cercan¨ªas del green) que acabaron acomodados en el agujero sin necesidad de putt.
Clasificaci¨®n
1. Nick Price (Zimbabue), 202 (-8). 2. Jay Haas (Estados Unidos), 205 (-5). 3. Corey Pavin (Estados Unidos), Nil Mickeison (Estados Unidos), 206 (- 4). 4. John Cook (Estados Unidos), Ben Crenshaw (Estados Unidos), Greg Norman (Australia), 207 (- 3). 8. Jos¨¦ Mar¨ªa Olaz¨¢bal, Ernie Eis (Sur¨¢frica), Jeff Siuman (Estados Unidos), Tom Watson (Estados Unidos), Loren Roberts (Estados Unidos), 208 (- 2).
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