Comentario de texto
Me perdonar¨¢n que les hable de m¨ª, pero la cosa no es para menos. Resulta que me entero por la prensa (EL PA?S, 7 de septiembre de 1994),. de que los vicerrectores de las cinco universidades madrile?as han tirado a la basura el examen de lengua y comentario de texto, que hab¨ªan seleccionado en abril para la prueba de selectividad de septiembre.Al parecer, los vicerrectores de las universidades madrile?as quer¨ªan evitar una nueva pol¨¦mica como la que se produjo en el mes de junio, como consecuencia de las dudas surgidas sobre el perfecto control del contenido del examen por parte de sus responsables y que les cost¨® el cargo a dos de ¨¦stos. Finalmente, los vicerrectores madrile?os han acordado elegir un nuevo ejercicio para la prueba.
Gracias a ello, los m¨¢s de 10.000 alumnos que tendr¨¢n que enfrentarse a ella y un servidor de ustedes podremos dormir m¨¢s tranquilamente. Los alumnos, porque as¨ª evitar¨¢n sus sospechas sobre la total pureza de su examen, y yo, porque no tendr¨¦ la culpa, si bien que involuntaria e indirecta, de la frustraci¨®n y la mala leche de los pobres que suspendan. Porque resulta que la prueba susceptible de sospechas inclu¨ªa un texto m¨ªo para ser comentado por aqu¨¦llos.
Alguien podr¨¢ pensar que lo que estoy haciendo es un gesto d¨¦ cinismo o un ejercicio de falsa modestia. Les juro que no es cierto. Aunque atacado de vanidad, como todos los escritores, les aseguro que lo ¨²ltimo que quiero es que los libros que escribo sirvan un d¨ªa para hacer sufrir a alguien y menos para aprobarlo o para suspenderlo.
Primero, porque as¨ª comenc¨¦ yo a odiar a escritores que luego descubrir¨ªa y amar¨ªa con el tiempo. Segundo, porque, como todo autor, poco o nada s¨¦ de lo que escribo (se escribe para aprender, no para ense?ar nada a nadie) y porque, posiblemente, a m¨ª mismo me suspender¨ªan si tuviera que comentar en un examen cualquiera de mis textos. Y tercero, y sobre todo, porque a lo ¨²ltimo a lo que aspiro, como escritor y como caballero, es a ir un buen d¨ªa por la calle y cruzarme con dos chicas y o¨ªr c¨®mo una le va diciendo a la otra, sin saber que yo la estoy oyendo: "?Qu¨¦ putada! Me ha ca¨ªdo Llamazares en septiembre".
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