Maneras de decir "no"

Habr¨¢ que empezar a tomar nota, como Valdano, de por qu¨¦ el rock m¨¢s fuerte es programado como cierre de la brillante temporada de conciertos, en Las Ventas. Cuando los bolsillos est¨¢n del todo vac¨ªos y la lluvia amenaza, entonces se abre la puerta al sonido agreste y los. mensajes inc¨®modos. Sin permitir, adem¨¢s, el consumo de alcohol. Es decir, tratando al p¨²blico como si fueran ni?os.No hubo llenazo para ver a Rosendo, pero la entrada fue m¨¢s que razonable a estas alturas del partido. Para abrir boca, se presentaron M-Clan, antes ex Murci¨¦lagos, de Murcia. Este sexteto concita el benepl¨¢cito de cr¨ªtica y p¨²blico y mostr¨® sus maneras, a lo Allman,Bros., Rolling Stones, Black Crows y dem¨¢s arquetipos peludos.

Pasadas las diez de la noche, le toc¨® el turno a Tribu X. Era la segunda vez, en menos de un mes, que estos multiganadores de concursos tocaban en el coso taurino y, en esta ocasi¨®n, lo hac¨ªan para presentar su disco Pirueta radical. A pesar de lo perro del sonido en sus inicios, el quinteto liderado por el en¨¦rgico y el¨¢stico Joseba Elola, dio muestras de c¨®mo hay que ir haci¨¦ndose un huequecito en la gloria de los elegidos. Muy bien el juego de guitarras de Rat y Chueka y sobresaliente para el Gnomo, batidor de parches. Ahora s¨®lo hay que pulir y dejar que canciones como El fallador, Yo quiero, 24 horas o Mejor ser uno menos, encuentren su sitio e n la desordenada estanter¨ªa del inconsciente colectivo. Llevan camino de ser m¨¢s cl¨¢sicos que Burning, Tierno, o el Oso y el Madro?o.

O que el propio Rosendo, el menos pretencioso de los m¨²sicos del pa¨ªs y el ¨²nico capaz de no cantar, si no quiere o no puede una sola s¨ªlaba de su propio repertorio. Para eso ya est¨¢ el p¨²blico. Con la excelente banda que le viene acompa?ando desde hace ya varios discos, Rosendo volvi¨® a decir que no. La electricidad de su guitarra y su rasposa voz le dieron un repaso de lujo a su ¨²ltimo disco, Para bien o para mal, as¨ª como a lo m¨¢s legendario de la trayectoria musical de este hombre, "que no hac¨ªa canciones. Hac¨ªa le?os". Espl¨¦ndidas las versiones de Cosita, Pan de higo, Majetes, Agradecido y una menci¨®n especial para Lo que t¨² y yo sabemos, que, salvando la razonable distancia, le queda incluso mejor que al propio Antonio Vega. Una vez m¨¢s, Rosendo demostr¨® en su feudo que, en esta Espa?a de medias tintas, a¨²n hay artistas y p¨²blico dispuestos a decir no de un mont¨®n de maneras. Mal que les pese.