La transici¨®n econ¨®mica y el Fondo Monetario
El Fondo est¨¢ dispuesto a intensificar su apoyo a los pa¨ªses que ya han avanzado por el camino de la reforma
La aparici¨®n de 15 Estados independientes, en el territorio de la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica, ha presentado oportunidades y desaf¨ªos econ¨®micos sin precedentes. Un aspecto central de la situaci¨®n es la necesidad de estabilizar las econom¨ªas de estos pa¨ªses al tiempo que se transforman de sistemas de planificaci¨®n central en estructuras eficientes orientadas al mercado, sentando as¨ª las bases para un crecimiento sostenido de los niveles de vida.Desde 1992, todos esos pa¨ªses han ingresado en el Fondo Monetario Internacional (FMI), y ¨¦ste les ha estado ayudando a alcanzar sus metas mediante asesoramiento en materia de pol¨ªtica econ¨®mica, asistencia t¨¦cnica y, en varios casos, asistencia financiera. Inicialmente, dichos pa¨ªses enfrentaron desaf¨ªos comunes relacionados con el legado econ¨®mico que compart¨ªan; hab¨ªa que liberalizar los precios, reestructurar sistemas tributarios, liberalizar el comercio exterior, reformar los sistemas cambiarlos y privatizar empresas estatales.
Adem¨¢s de estas reformas estructurales, las autoridades tuvieron que combatir la inflaci¨®n mediante la reducci¨®n de los d¨¦ficit fiscales y el control del crecimiento del dinero y el cr¨¦dito y que crear una red de protecci¨®n social bien financiada y con prop¨®sitos claramente definidos. El ¨¦xito en la consecuci¨®n de esos ambiciosos objetivos ha variado ampliamente. Si bien los pa¨ªses de la regi¨®n son diferentes, quiz¨¢ sea ¨²til agruparlos en funci¨®n del grado de progreso que han logrado en su recorrido hacia una econom¨ªa de mercado, teniendo en cuenta tambi¨¦n sus pol¨ªticas y geogr¨¢ficas.
Los pa¨ªses b¨¢lticos -Estonia, Letonia y Lituania- son los que m¨¢s han avanzado en la transici¨®n. Todos ellos han elaborado un programa completo de transformaci¨®n econ¨®mica en colaboraci¨®n con el personal del FMI y con asistencia tambi¨¦n de otros organismos internacionales y de gobiernos amigos. Los tres pa¨ªses han actuado con valent¨ªa para liberalizar los precios, aumentar considerablemente los precios internos de la energ¨ªa, equilibrar sus presupuestos y liberalizar los tipos de inter¨¦s al objeto de fomentar la estabilizaci¨®n macroecon¨®mica y la asignaci¨®n eficiente de los recursos financieros.
Sus programas tienen por objeto lograr la estabilidad de los precios y privatizar el grueso de la econom¨ªa. En comparaci¨®n con Rusia y los dem¨¢s Estados de la antigua URSS, los pa¨ªses b¨¢lticos han logrado tasas bajas de inflaci¨®n, monedas fuertes y, recientemente, la reanudaci¨®n del crecimiento econ¨®mico.
La estabilizaci¨®n y la reforma en Rusia han avanzado generalmente con m¨¢s lentitud que en los pa¨ªses b¨¢lticos, pero en ambos frentes el progreso ha sido considerable aunque desigual. Los dos primeros programas econ¨®micos respaldados por el FMI que se convinieron con Rusia (aprobados en agosto de 1992 y julio de 1993) se apartaron r¨¢pidamente de los objetivos trazados: las metas fijadas para el d¨¦ficit fiscal y el crecimiento del dinero y el cr¨¦dito del banco central se rebasaron con creces.
El FMI respalda ahora un tercer programa en virtud del servicio de transformaci¨®n sistem¨¢tica (STS), que fue creado espec¨ªficamente en ayuda de los pa¨ªses. que afrontan los dif¨ªciles problemas de una transici¨®n. Se ha progresado en reducir la inflaci¨®n mensual, promedio de 20% en 1993 amenos del 10% en el primer semestre de 1994. Adem¨¢s, la privatizaci¨®n ha avanzado muy r¨¢pidamente y m¨¢s de la mitad de la econom¨ªa est¨¢ ahora en la esfera privada.
El desaf¨ªo m¨¢s importante que enfrentan en este momento las autoridades rusas es limitar el d¨¦ficit presupuestario. Para ello habr¨¢ que resistir las presiones en favor de transferencias presupuestarias y de cr¨¦ditos subvencionados que ejercen los grupos di presi¨®n sectoriales y regionales, y tomar medidas para incrementar el ingreso p¨²blico del nivel deprimido en que se encuentra actualmente.
Kazajist¨¢n, Moldavia y la Rep¨²blica Kirguizist¨¢n forman un tercer grupo de pa¨ªses en los que el FMI est¨¢ desempe?ando un papel importante. Estos pa¨ªses siguen pautas activas hacia la estabilizaci¨®n y la reforma estructural, pese a contratiempos ocasionales. Como en Rusia, existen poderosas presiones pol¨ªticas en favor de un est¨ªmulo del gasto p¨²blico y del cr¨¦dito que habr¨¢ que resistir si se quiere reducir la inflaci¨®n y asignar eficientemente los recursos. Estos pa¨ªses cuentan con programas econ¨®micos respaldados por el FMI aunque, en algunos casos, el desembolso de los pr¨¦stamos del Fondo se ha interrumpido cuando los resultados econ¨®micos se han alejado de las expectativas.
Los dem¨¢s Estados de la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica han logrado un progreso relativamente menor con la reforma econ¨®mica. Ucrania, la segunda econom¨ªa de la regi¨®n en tama?o, y Belar¨²s han demostrado hasta ahora poco inter¨¦s en las reformas, y han experimentado periodos de inflaci¨®n muy elevada y fuertes descensos de sus niveles de vida.
Sin embargo, los recientes cambios de liderazgo en ambos pa¨ªses podr¨ªan significar un enfoque m¨¢s decidido con vistas a la estabilizaci¨®n y la reforma. De los pa¨ªses restantes, Azerbaly¨¢n, Turkinenist¨¢n y Uzbekist¨¢n disponen de recursos naturales que podr¨ªan ayudarlas en la transici¨®n si siguen pol¨ªticas econ¨®micas apropiadas. En algunos pa¨ªses (Armenia, Arzebaiy¨¢n, Georgia y Tayikist¨¢n), los conflictos militares han complicado gravemente la labor de reforma, aunque el reciente progreso hacia la paz mejora las perspectivas en algunos casos.
El notable ¨¦xito de los tres Estados b¨¢lticos y el avance en los otros cuatro pa¨ªses con los que el Fondo desarrolla programas activos (Kazajst¨¢n, Moldav¨ªa, la Rep¨²blica de Kirguizist¨¢n y Rusia) son motivo de optimismo. En conjunto, estos pa¨ªses comprenden alrededor del 60% de la poblaci¨®n total de la regi¨®n.
Pero a¨²n quedan muchas dificultades por delante: muchos bancos y empresas son t¨¦cnicamente insolventes y tendr¨¢n que ser reestructurados, recapitalizos o, en algunos casos, clausurados; se han acumulado considerables atrasos en los pagos de las transacciones intraestatales e interestatales; se ha avanzado relativamente poco en la privatizaci¨®n de la agricultura, y todav¨ªa quedan por atacar las distorsiones e ineficiencias que producen los elevados subsidios presupuestarios, los cr¨¦ditos dirigidos, las exenciones fiscales y, en algunos casos, los controles de precios.
El crecimiento del paro que probablemente acompa?ar¨¢ a la reestructuraci¨®n industrial acaba apenas de empezar, y poco es lo que se ha logrado en materia de dise?o e implementaci¨®n de redes de protecci¨®n social adecuadas. El marco institucional de una econom¨ªa de mercado (legislaci¨®n adecuada sobre quiebras y otros aspectos del marco jur¨ªdico, normas apropiadas de contabilidad, un sistema bancario moderno) se est¨¢ desarrollando con lentitud.
El FMI est¨¢ plenamente comprometido, junto con el Banco Mundial y otros organismos internacionales y gobiernos, en el gigantesco e hist¨®rico esfuerzo de reestructuraci¨®n y estabilizaci¨®n de los pa¨ªses de la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica. Ha participado en planes multilaterales para movilizar la asistencia financiera externa y ha facilitado asistencia t¨¦cnica considerable en campos como reforma y administraci¨®n fiscales, banca central y estad¨ªsticas econ¨®micas. Pero a¨²n quedan problemas importantes por resolver, y el FMI est¨¢ dispuesto a intensificar su apoyo a los pa¨ªses que ya han avanzado por el camino de la reforma y a conceder un firme respaldo a los que ahora est¨¢n dispuestos a dar un gran paso adelante.
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