La estrella del Ballet Nacional de Cuba Rosario Su¨¢rez pide asilo pol¨ªtico en Espa?a
La bailarina reconoce sentirse superada por el deterioro de la situaci¨®n en la isla
La primera bailarina cubana Rosario Su¨¢rez, la figura m¨¢s importante del Ballet Nacional de Cuba despu¨¦s de Alicia Alonso, solicit¨® ayer asilo pol¨ªtico en Madrid en compa?¨ªa de su marido, el actor de cine Jorge ?lvarez y de su hija de 12 a?os, estudiante de ballet. Rosario Su¨¢rez bail¨® por ¨²ltima vez con su compa?¨ªa el s¨¢bado 18 de este mes en el teatro Alb¨¦niz de Madrid, y, para acogerse al asilo, interrumpi¨® la gira que la deb¨ªa llevar con el conjunto cubano a otras ciudades espa?olas. Se trata de una m¨¢s en la cadena de deserciones que acompa?a a la crisis de la isla.
La bailarina, cuya petici¨®n de asilo fue atendida directamente en el ministerio del Interior, no es la misma que se vi¨® triunfante sobre el escenario del Alb¨¦niz hace apenas 10 d¨ªas en Giselle. Sus ojos demuestran las huellas de las l¨¢grimas y del enfado. Rosario Su¨¢rez, una de las artistas cubanas m¨¢s premiadas y de un consolidado prestigio intemacional, est¨¢ sentada junto a su hija, que se aprieta sobre su regazo y parece m¨¢s peque?a de lo que es. "Ella tambi¨¦n estudia ballet, y ya est¨¢ viendo lo dura que es esta carrera". Cuando sele habla de una salida para Cuba, no vacila: "Tiene que ser una salida en paz, entre cubanos".Ahora Rosario dice enfrentarse a muchas interrogantes: "No tengo unos planes profesionales claros fuera de mantenerme en forma. Moment¨¢neamente, el asilo me deja sin trabajo, pero el ballet es universal, se puede bailar en cualquier parte del mundo, siempre que seas capaz de hacerlo bien, y en la etapa que me encuentro de mi carrera tambi¨¦n puedo ejercer como maestra, me encanta trabajar con ni?os, ense?ar lo que s¨¦ tras estos 26 a?os de carrera continuada. En Cuba nadie cont¨® conmigo nunca para algo as¨ª".
La idea de desertar en Rosario no es nueva: "Yo he pensado muchas veces en dejar el ballet, y ahora el tiempo transcurrido ha ido deteriorando m¨¢s las cosas y la situaci¨®n interna de Cuba. En este momento en el ballet cubano el respeto al trabajo y al talento no existen; quiz¨¢ para algunos existan tratos especiales, pero es algo raro de encontrar y dif¨ªcil de admitir". Rosario habla de su compa?¨ªa de ballet y es como si hablara de la situaci¨®n de su pa¨ªs. "Pues m¨¢s o menos. Yo creo que la realidad cubana se ha convertido en una dictadura y es err¨¢tica en todos sus vaivenes. No hay una posibilidad de salvar aquello. Uno no puede saber qu¨¦ va a pasar ma?ana, y tampoco se sabe qu¨¦ puede suceder a medio plazo, ni c¨®mo mantenerse a salvo del desastre".
La postura de Rosario Su¨¢rez sobre Alicia Alonso es clara: "Tengo que agradecerle a Alicia el haberla visto bailar, y creo haber aprovechado los ensayos que le vi llevar adelante, aunque en realidad no he trabajado directamente con ella en demasiadas ocasiones". Al mismo tiempo reconoce su papel hist¨®rico: "Alicia Alonsa aglutin¨® a su alrededor a gente muy talentosa, gener¨® art¨ªsticamente las mayores ilusiones y por eso el Ballet Nacional de Cuba lleg¨® a ser lo que fue, tan respetado, a transmitir ese sentimiento de profesionafidad m¨¢xima, de identidad muy fuerte, pero hoy nada de eso existe. Lo terrible es que la propia Alicia es la que ha dejado que todo eso se pierda. Mientras m¨¢s lo pienso, m¨¢s claro tengo que toda la responsabilidad es de ella".
Rosario Su¨¢rez se expresa claramente: "El ballet cubano necesita una renovaci¨®n a partir de la direcci¨®n. Una remodelaci¨®n que llevar¨¢ por fuerza a una renovaci¨®n est¨¦tica, de repertorio, de esp¨ªritu de trabajo".
La bailarina habanera decidi¨® abandonar al Ballet Cubano cuando deb¨ªa continuar una gira por otras ciudades espa?olas: "Yo habl¨¦ con Alicia y con la direcci¨®n de la compa?¨ªa m¨¢s de una vez y ellos sab¨ªan de mi inconformidad con algunas cosas que estaban pasando. En respuesta no recib¨ª ninguna atenci¨®n a pesar de mi cuarto de siglo de trabajo en el ballet, al que he dado todo, mi carrera y m¨ª juventud y todas mis fuerzas".
La direcci¨®n del Ballet Nacional de Cuba pretend¨ªa que Rosario Su¨¢rez regresara en estos d¨ªas a La Habana. "Dentro del caos que hay en el ballet cubano, pretend¨ªan que me fuera a La Habana a bailar en un festival en octubre, y me sent¨ª muy presionada por todos, ya que tras mucho esfuerzo, yo he logrado traer a mi hija a mi lado y no quer¨ªa volver all¨ª de ninguna manera".
Rosario es parca cuando se le pregunta sobre qu¨¦ pensar¨¢ Alicia Alonso de su decisi¨®n: "No creo que esta decisi¨®n m¨ªa la sorprenda en lo m¨¢s m¨ªnimo ni que la afecte en lo absoluto. Si estando dentro del ballet no ha sabido respetarme, pues entonces es que no pasa nada si me voy, no le interesa mi inconformidad con la realidad del Ballet o de Cuba. Ella es as¨ª. Si en algo la afectar¨ªa, es por las apariencias".
Rosario Su¨¢rez es en Cuba y toda Am¨¦rica Latina venerada como una verdadera estrella del teatro de ballet, y reconoce que le faltar¨¢ aquel caluroso p¨²blico que llenaba para los teatros; entonces es la primera vez que se le quiebra la voz en toda la entrevista: "S¨ª, eso me va a faltar much¨ªsimo. Aunque tengo que decir que las veces que he bailado en Madrid, que no son pocas, tambi¨¦n he sentido ese calor especial. En mi ¨²ltima Giselle del Alb¨¦niz el p¨²blico de pie aplaud¨ªa y aplaud¨ªa, y por un momento pens¨¦ que estaba en mi teatro, en La Habana. Para mi es muy duro dar este paso, y quiz¨¢ por ello he tardado tanto en darlo. Al p¨²blico se le debe mucho, tanto cuando aplaude como cuando no. Si las cosas cambian en Cuba, volver¨¦ enseguida, y si estoy en condiciones, a bailar".
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