Miedo a los Kamski

Gata Kamski tiene 20 a?os y un padre ex boxeador y muy agresivo, Rustam. Estos dos siberianos de origen t¨¢rtaro escaparon de la URSS a Estados Unidos eh 1989 con un ambicioso objetivo: destronar a los rusos Gari Kasp¨¢rov y Anatoli K¨¢rpov, los dos campeones del mundo, tras el cisma del ajedrez. Gata entrena 12 horas diarias y s¨®lo se dedica a su profesi¨®n; Rustam se encarga, a su manera, de la guerra psicol¨®gica: el domingo amenaz¨® de muerte al brit¨¢nico Nigel Short, el rival de su hijo en las semifinales de candidatos de la Asociaci¨®n Profesional (PCA), que se. disputan en Linares.Gata domina a Short con claridad -4 a 1, a falta de cinco partidas-, pero Rustam, siempre temeroso de lo peor, se enfureci¨® con la conducta poco ¨¦tica de Short, que recrimin¨® a Gata por su constante tos durante las partidas. La nueva estrella del ajedrez sufri¨® ese d¨ªa su ¨²nica derrota, y el asunto termin¨® con una escena surrealista en la comisar¨ªa de Linares.

El irascible car¨¢cter de Rustam, m¨¢s ladrador que mordedor, tiene su ra¨ªz en una vida muy dura, est¨¢ ali?ado por un complejo persecutorio que desarroll¨® en la URSS y potenciado con los jugosos premios que se dan en las competiciones de ¨¦lite: para el mundial contra Kasp¨¢rov de 1,995 se anuncian 338 millones de pesetas. La ascensi¨®n de Gata impresiona: . es el ¨²nico superviviente en las eliminatorias de los dos mundiales, a pesa de que s¨®lo cuenta con su padre y su entrenador, el estadounidense de. origen georgiano Roman Dzindziliasvili.

Los dirigentes de Intel, l¨ªder mundial en la fabricaci¨®n de chips y patrocinador de la PCA, est¨¢n preocupados porque los arrebatos de Rustam pueden da?ar la imagen de su empresa. Sin embargo, el progenitor de la nueva estrella tiene otra faceta contrapuesta, como ilustra el dramaturgo espa?ol Fernando Arrabal: "Cuando me encontr¨¦ con ¨¦l, poco despu¨¦s de conseguirle un patrocinador, not¨¦ que deslizaba unos billetes al estrechar mi mano ante mis compa?eros en el rodaje de una pel¨ªcula. Me sent¨ª muy avergonzado y met¨ª el dinero en el bolsillo de mi chaqueta sin mirarlo. Al llegar a casa, vi que eran 800 d¨®lares (unas cien mil pesetas). Se los devolv¨ª en un cheque, pero ¨¦l no se rindi¨®. Me invit¨® a una cena con muchos comensales en el mejor restaurante ruso de Nueva York".

Ellos se adoran. "Mi padre es la clave de mi ¨¦xito; me incita a entrenarme cuando yo quiero irme a la calle. Tiene raz¨®n, porque ¨¦ste es mi momento; estoy muy cerca de retar a Kasp¨¢rov y X¨¢rpov, y mi mente debe concentrarse en ese objetivo", dice Gata, al que su padre otorga el honor¨ªfico t¨ªtulo de "campe¨®n de la religi¨®n musulmana"; K¨¢rpov es ruso ortodoxo; Kasp¨¢rov, de padre jud¨ªo y madre armenia. A pesar de sus escasos medios, de la incomprensi¨®n general, de la rudeza del padre y de la gran categor¨ªa de sus rivales, los Kaniski van lanzados hacia el t¨ªtulo mundial de todas las religiones. Si lo consiguen, podr¨ªan arreglar de paso el cisma del ajedrez.