Nasrin conmueve al Parlamento de Escritores
'Estoy sola, soy una viajera solitaria", dice en Lisboa la autora bangladesh¨ªROSA MORA ENVIADA ESPECIAL, Lisboa
Con palabras contundentes y claras, la escritora bangladesh¨ª Taslima Nasrin, obligada a abandonar su tierra por las amenazas del fundamentalismo isl¨¢mico, cont¨® ayer a la asamblea del Parlamento Internacional de los Escritores, reunida en Lisboa, su historia y la de su pa¨ªs. Habl¨® de la gran literatura bengal¨ª y de sus escritores. "No tengo el coraje de compararme con ellos. Soy una humilde escritora comparada con ellos, pero soy diferente. Yo soy totalmente, yo. Estoy sola. Soy una viajera solitaria. Y ahora s¨¦ que mi solitario viaje me ha tra¨ªdo a este lejano pa¨ªs".
Taslima Nasrin se aloja en el hotel T¨ªvoli, junto a los dem¨¢s escritores. Va discretamente acompa?ada por dos agentes de seguridad y junto a ella, permanentemente, Gaby Gleischmann, el presidente del Pen Club sueco, instituci¨®n que logr¨® sacarla de Bangladesh. Ayer Taslima subi¨® la ¨²ltima al autocar que traslada a los parlamentarios hasta la Fundaci¨®n Gulbenkian, donde se celebran las sesiones. No pasa desapercibida, es casi como un farolillo rojo. Su colorido sari la distingue de todos.Taslima ten¨ªa nueve a?os cuando Bangladesh emergi¨® como pa¨ªs independiente. "Las memorias de mi ni?ez est¨¢n llenas de guerra y dolor, fue el sangriento nacimiento de una nueva naci¨®n explica.
"Jam¨¢s pens¨¦ que ser¨ªa escritora. Empec¨¦ a escribir poemas en mi infancia". Su hermano mayor y sus amigos sacaron una revista de poes¨ªa y Taslima empez¨® a publicar en ella. Pronto se dio cuenta de la gran diferencia que hab¨ªa entre ella y su hermano. ?l pod¨ªa hacer lo que quer¨ªa y ella no. Influenciada por su padre, m¨¦dico, estudi¨® medicina. Empez¨® a trabajar en un hospital y no tardaron en presentarse toda una serie de preguntas y decidi¨® que ninguna era irrelevante: "?No tienen las mujeres derecho a la educaci¨®n? ?No tienen derecho a una buena salud y a una vida feliz? ?Sus vidas s¨®lo sirven para atender a los hombres?".
Taslima se decidi¨® a hablar y escribir sobre todo eso que le preocupaba. "Mi poes¨ªa, mi prosa, toda mi producci¨®n expresan las privaciones de las mujeres", dice, "s¨¦ que mis palabras son duras y por este crimen ahora estoy fuera de mi pa¨ªs. Y aunque he salido con permiso del Gobierno no s¨¦ cuando podr¨¦ volver". Y a?ade: "Me han acusado de haber herido los sentimientos religiosos de la mayor¨ªa de mi pueblo. Y no han querido escucharme, lo que yo he dicho es que no es posible cambiar la situaci¨®n de la mujer siguiendo las escrituras al pie de la letra".
Nasrim hizo un llamamiento a la tolerancia: "Yo y otros como yo podemos rechazar la religi¨®n como forma de Estado y otros pueden seguir su propia religi¨®n. Mi rebeli¨®n es contra esta especie de religiosidad que tiraniza al pueblo y reduce a las mujeres a la esclavitud".
La escritora se implic¨® en la lucha por un Estado laico y explic¨® que en esta situaci¨®n de "profunda agon¨ªa" fue como escribi¨® Laija (Verg¨¹enza, libro que publicar¨¢ Ediciones B el pr¨®ximo noviembre). "En esta novela describ¨ª la situaci¨®n de una familia patri¨®tica hind¨² viviendo en Bangladesh".
"Me acusaron de servir a los intereses de los fundamentalistas indios", a?adi¨®, "cuando yo en real?dad en el libro acuso a todos los fundamentalistas de todos los pa¨ªses que en nombre de una religi¨®n persiguen a los de otra. Esto es una verg¨¹enza para mi pa¨ªs, una verg¨¹enza para mi Gobierno, una verg¨¹enza para mi sociedad, una verg¨¹enza para m¨ª".
Agradecimientos
Los ayatolas dictaron fatwas contra ella. Pidieron su muerte y ofrecieron recompensa econ¨®mica por ella. Se le retir¨® el pasaporte y se prohibi¨® su libro. Luego fue detenida. Finalmente, el Gobierno le permiti¨® abandonar el pa¨ªs."Ahora estoy libre porque muchos escritores e intelectuales y organizaciones de mujeres han luchado por m¨ª. Doy tambi¨¦n las gracias a los pa¨ªses democr¨¢ticos que creen en la libertad individual y en la libertad de expresi¨®n".
"Prometo ante todos vosotros que continuar¨¦ mi lucha por la libertad de las mujeres, por su liberaci¨®n, su progreso y su desarrollo. No s¨¦ si mi poes¨ªa y mi prosa son buenas, pero s¨ª s¨¦ que todo lo que he escrito ha sido con el coraz¨®n". Los escritores parlamentarios estallaron en aplausos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.