Al Getafe le pierde su amor por el empate
Los madrile?os no consiguen hacerle un tanto a un H¨¦rcules gris
Al Getafe le iba de maravilla cuando se alejaba de su terreno de Las Margaritas. Sol¨ªa empatar. Se sent¨ªa a gusto en el papel de forastero. Hasta que lleg¨® a Alicante. All¨ª protagoniz¨® en la tarde de ayer su primer fracaso como visitante. Y lo hizo, adem¨¢s, demostrando que la mojigater¨ªa se acaba pagando en esto del f¨²tbol.El conjunto madrile?o lleg¨® mentalizado para mantener el mayor tiempo posible el empate a cero, su resultado favorito, y en el que a priori basaba ayer la mayor¨ªa de sus esperanzas. ?O ser¨ªan todas? As¨ª ocurri¨® que poco tard¨® el equipo alicantino en erigirse en dominador del encuentro. ?se era su papel. Pero lo hizo sin abusar.
Defensa pegajosa
El ordenado sistema defensivo implantado por S¨¢nchez Duque era lo suficientemente pegajoso como para evitar que el alicantino, un equipo que gusta del f¨²tbol ofensivo, hilvanara a gusto su juego. Durante los primeros veinte minutos, el buen sistema de contenci¨®n del equipo getafe?o dio el resultado esperado. El H¨¦rcules no creaba peligro. Incluso los primeros amagos los dio el cuadro madrile?o. Juli¨¢n, a los diez minutos, tuvo la posibilidad de marcar, pero lleg¨® tarde al esf¨¦rico. En el dieciocho, el guardameta local Abell¨¢n salv¨® con apuros un remate de Soriano que iba camino de la red. Pero aquello fue un espejismo. Y as¨ª lo demuestra el que ¨¦stas fueran las dos ocasiones en las que el equipo azulado, ayer de rojo por el cambio de uniformidad, puso en peligro la integridad del marco local.
El H¨¦rcules mantuvo el control, del juego gracias, sobre todo, al orden que imprim¨ªa el veterano Parra en el centro del campo, aunque sus servicios no llegaban en las mejores condiciones a un Sig¨¹enza que se perd¨ªa, pr¨¢cticamente como ¨²nico punta. Fue entonces cuando Luismi culmin¨® una jugada de la delantera local en la que se aprovech¨® de una ocasional laguna defensiva getafe?a, para marcar el ¨²nico gol del encuentro.
Claro que ese tanto, lejos de imprimir esp¨ªritu al equipo entrenado por Felipe Mesones, parece que le dio un cierto nerviosismo. Pero la esterilidad atacante del Getafe le impidi¨® incluso aprovecharse de esta circunstancia.
En la segunda mitad, el equipo alicantino pareci¨® conformarse con el resultado. Era una victoria p¨ªrrica, cierto es, pero tan v¨¢lida como cualquier otra. Al Getafe, al que no le sal¨ªa nada, s¨®lo le faltaba una expulsi¨®n. Y la tuvo enseguida, a los pocos minutos del descanso.
Jaime, por una dura entrada a Palomino, vio la segunda tarjeta amarilla, que dejaba a los suyos en inferioridad num¨¦rica. Esta circunstancia pareci¨® cohibir a¨²n m¨¢s los ¨¢nimos del equipo de S¨¢nchez Duque, que no se emple¨® en las condiciones normales que lo har¨ªa un conjunto que necesita de mayor vigor ofensivo para neutralizar una desventaja.
Tras la expulsi¨®n de Jaime, el t¨¦cnico madrile?o del Getafe intent¨® dotar a su conjunto de mayor profundidad en el ataque. No lo consigui¨®. A pesar del progresivo deterioro del juego alicantino, al que ayudaba, y mucho, la desaprobaci¨®n general de los aficionados, el ¨ªmpetu getafense se reduc¨ªa a las buenas intenciones de sus atacantes. El veterano Argenta se faj¨® en el empe?o, asumiendo la labor de vigilar la zona central, en la que se hab¨ªa desenvuelto Jaime hasta su expulsi¨®n. Gracias a ello apareci¨® el mejor f¨²tbol del Getafe.
Pero nunca consigui¨® el cuadro madrile?o crear un juego con el que concebir esperanzas para empatar el partido, ante un equipo que no reaccionaba y que comet¨ªa continuos fallos.
El H¨¦rcules comenzaba a desesperar a sus aficionados, pero su defensa se bastaba para deshacer el escas¨ªsimo trabajo que le daban los ineficaces hombres de S¨¢nchez Duque.
La expulsi¨®n del alicantino Benito S¨¢nchez tampoco sirvi¨® de est¨ªmulo para reavivar las ilusiones y la peligrosidad del Getafe. Quedaba poco tiempo y el partido, al que le sobr¨® pobreza, parec¨ªa visto para sentencia. Y as¨ª fue.
Los ¨²nicos problemas del H¨¦rcules los creaban sus propios desatinos, y no los m¨¦ritos del equipo contrario, el Getaf¨¦ que demostr¨® ayer estar preparado ¨²nicamente para mantener el 0-0 inicial.
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