Filesa y compa?¨ªa
EL JUEZ Marino Barbero lleva tres a?os enredado en una instrucci¨®n, la del caso Filesa, de la que no parece capaz de salir. Por si fuera poco, el fiscal encargado del caso le ha ayudado a introduciese en un laberinto indescifrable. La pasada semana, nuevos altos directivos de bancos y empresas fueron citados a declarar como inculpados bajo la acusaci¨®n de que donaron dinero al PSOE a cambio de unos inexistentes informes.Las donaciones a los partidos no constituyen delito, pero deben hacerse con arreglo a una serie de re quisitos establecidos por la ley. Filesa se ha convertido en un caso en la medida en que esas pautas legales pudieron no ser respetadas; pero es un sarcasmo que se haga responsables de ello, en pie de- igualdad con los dirigentes socialistas que presuntamente propicia ron la irregularidad, a los responsables de las empresas acusados de realizar la donaci¨®n. Y si se considera que el requerimiento de ayuda financiera a fondo per dido por parte del poder pol¨ªtico se aproxima m¨¢s a un chantaje que a una petici¨®n amistosa, los banqueros y empresarios habr¨ªan sido las v¨ªctimas, no los beneficiarios, de esa presi¨®n.
La inculpaci¨®n de los donantes s¨®lo tiene sentido si se considera que, por propia iniciativa, intentaron sobornar al poder pol¨ªtico para obtener algo a cambio. Nada en el asunto de Filesa indica tal cosa, pese a los intentos de algunos personajes por sembrar dudas al respecto. Y resultar¨ªa muy chocante que mediante la carambola de Filesa puedan llegar a ser acusados de apropiaci¨®n indebida banqueros caracterizados por una gesti¨®n ortodoxa y honesta, al tiempo que financieros que arruinaron sus empresas mientras se enriquec¨ªan personalmente circulan por el escenario nacional sin que ning¨²n fiscal se interese -que se sepa- por sus casos.
Los directivos de las empresas que supuestamente dieron dinero deben declarar lo que sepan sobre el asunto a fin de dilucidar su alcance. Ya lo hicieron, como era l¨®gico, en calidad de testigos. Declararon que los supuestos informes no se encontraban en su poder, eufemismo equivalente a admitir su inexistencia. Poco les habr¨ªa costado presentar alg¨²n papel preparado ad hoc para evitarse preocupaciones. No lo hicieron. Resulta ir¨®nico que por ello ahora sean convocados como inculpados.
Una de las asignaturas pendientes de la transici¨®n democr¨¢tica en Espa?a es, casi dos d¨¦cadas despu¨¦s, la financiaci¨®n de los partidos. Desde sus primeras andanzas recurrieron a m¨¦todos irregulares. Desmesuradas burocracias internas y gastos electorales fuera de control han convertido a los partidos en sacos sin fondo que han apelado a todo tipo de irregularidades: comisiones por obras, donaciones bajo f¨®rmulas que rozan la extorsi¨®n, autoconcesiones, cr¨¦ditos fallidos que no se ejecutan, etc¨¦tera.
La comisi¨®n del Congreso para estudiar la financiaci¨®n de los partidos tiene ante s¨ª una tarea capital a fin de que la corrupci¨®n no se instale definitivamente en nuestra vida pol¨ªtica. Seguramente es m¨¢s importante para el futuro resolver la asignatura pendiente de un marco legal y transparente de financiaci¨®n que enfangarse indefinidamente en averiguar qui¨¦n se en lod¨® m¨¢s en el pasado. El reconocimiento por Roca y Arzalluz de que todos los partidos se financiaron irregularmente extiende esa consideraci¨®n al conjunto de fuerzas parlamentarias. Todas est¨¢n representadas en la comisi¨®n del Congreso. Es el marco adecuado para crear un sistema que garantice la transparencia y el control p¨²blico. Es una responsabilidad que recae es pecialmente sobre PSOE y PP, porque son previsible mente los que gobernar¨¢n el pa¨ªs por muchos a?os. Nada tiene que ver esto con la impunidad de los presuntos delitos cometidos en los a?os anteriores, puesto que algunos de los casos m¨¢s notorios de corrupci¨®n ya est¨¢n en los tribunales. Los jueces se encargar¨¢n de dilucidar qui¨¦nes y c¨®mo establecieron las v¨ªas para obtener dineros al margen de la ley. Claro que si la instrucci¨®n sumarial sigue el ¨²ltimo derrotero amenaza con sentar en id¨¦ntico banquillo a chantajistas y chantajeados. Tendremos as¨ª otro macroproceso en ciernes, que confundir¨¢ a los ciudadanos y reducir¨¢ a¨²n m¨¢s su confianza en la justicia.
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