A la espera de Delors
El Partido Socialista franc¨¦s intenta reconstruir, con muchas dificultades, un proyecto ideol¨®gico coherente. El desastre electoral de 1993 abri¨® paso al socialismo tecnocr¨¢tico, dialogante y supuestamente integrador (aunque su resultado fue centr¨ªfugo) de Michel Rocard. Esa v¨ªa qued¨® cegada, al menos temporalmente, con el mal resultado de las elecciones europeas de junio y la ca¨ªda de Rocard.Ahora, con el mitterrandista Henri Enimanuelli al frente, se han alzado de nuevo los viejos estandartes izquierdistas y un bander¨ªn de enganche ya bien conocido: la reducci¨®n de la j ornada laboral a 35 horas semanales, sin disminuci¨®n de los salarios, como f¨®rmula para combatir el paro.
M¨¢s all¨¢ de la reducci¨®n de jornada, el vac¨ªo. No hay una pol¨ªtica europea consistente, ni otra pol¨ªtica econ¨®mica que la denuncia gen¨¦rica del monetarismo. No les queda siquiera la carta de la demagogia, que juega como nadie su antiguo compa?ero de gobierno Bernard Tapie (Radicales de Izquierda). En el eterno juego de corrientes y baron¨ªas que es el PS, son los actuales minoritarios quienes proponen un programa m¨¢s comprensible: reforma fiscal progresiva, m¨¢s impuestos sobre el capital y menos sobre el trabajo, aumento dr¨¢stico de la inversi¨®n p¨²blica en la construcci¨®n de vivienda y apuesta decidida por una Uni¨®n Europea integrada y fuerte.
Las propuestas de la corriente minoritaria vienen firmadas por el ex primer ministro Pierre Mauroy y la ex ministra Martine Aubry. Tras ellas se adivina el benepl¨¢cito del padre de Aubry, Jacques Delors, presidente de la Comisi¨®n Europea hasta diciembre y ¨²nico l¨ªder de peso en las filas socialistas. En realidad, no habr¨¢ nuevo proyecto socialista al menos hasta enero. Por entonces debe llegar Delors a Par¨ªs como candidato socialista a la presidencia. Ser¨¢ quien imponga un programa. Con Delors presidente, es de esperar un PS tecnocr¨¢tico, riguroso y muy estatalista, probablemente aliado con fuerzas de centro. Si Delors fracasa, los socialistas tendr¨¢n que volver a buscar una idea entre las ruinas.
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