Solbes se compromete a efectuar m¨¢s recortes presupuestarios si el d¨¦ficit se desborda
XAVIER VIDAL-FOLCH. El Gobierno espa?ol aprob¨® ayer la rev¨¢lida del d¨¦ficit presupuestario y la inflaci¨®n ante el Consejo de Ministros de Econom¨ªa y Finanzas (Ecofin) de la Uni¨®n Europea (UE). El programa espa?ol de convergencia, revisado, obtuvo nota alta y parabienes. El ministro de Econom¨ªa, Pedro Solbes, se mostr¨® exultante, con raz¨®n. Pero tambi¨¦n se le advirti¨® sobre la conveniencia de acelerar la reducci¨®n del d¨¦ficit, de cooperar con las comunidades aut¨®nomas para lograrlo y de aplicar las reformas estructurales, elemento considerado "crucial". Solbes se comprometi¨® muy solemnemente a nuevos recortes presupuestarios si la reducci¨®n del d¨¦ficit p¨²blico se desv¨ªa de lo previsto en el programa aprobado.
El programa trienal espa?ol "es coherente y ambicioso, carece de las debilidades del anterior y puede ser aplicado ¨ªntegramente". Con estas palabras el vicepresidente econ¨®mico de la Comisi¨®n Europea, Henning Cristophersen, daba un notable al programa revisado que present¨® Solbes, dos a?os despu¨¦s del primer programa.Las conclusiones escritas del Ecofin abundaron en este sentido, dando la bienvenida al programa y ofreciendo el "apoyo" expl¨ªcito a "la determinaci¨®n de las autoridades espa?olas para reducir el componente estructural del d¨¦ficit p¨²blico, principalmente a trav¨¦s de medidas de control del gasto".
Junto al aplauso, el examinador emiti¨® tres advertencias: habr¨ªa deseado "objetivos fiscales m¨¢s ambiciosos y mayor anticipaci¨®n de la reducci¨®n del d¨¦ficit"; el ¨¦xito de esa reducci¨®n depender¨¢ en buena parte de la "cooperaci¨®n con los gobiernos regionales y locales" y de procedimientos presupuestarios m¨¢s eficientes; y la puesta en marcha de las reformas estructurales "es crucial para alcanzar los objetivos del programa, a saber, reducir la inflaci¨®n y crear empleo".
En la obtenci¨®n del notable, aparte del examen riguroso de los objetivos del texto, influy¨® la solemnidad con que Solbes adopt¨® dos compromisos en su discurso de presentaci¨®n. Primero: "si se produjera una desviaci¨®n sobre esta senda de reducci¨®n del d¨¦ficit" (al 5,9% en 1995, al 4,4% en 1996 y al 3% del PIB en 1997, desde el 6,7% actual) "el Gobierno adoptar¨¢ las medidas de ajuste presupuestarias precisas y propondr¨¢ al resto de las Administraciones ajustes similares" para cumplir los objetivos. Solbes insisti¨® en que considera b¨¢sico el "adecuado cumplimiento, a?o a a?o" de estos objetivos, por lo que se mostr¨® consciente de que el margen de desviaci¨®n de los mismos "es muy escaso o nulo", aunque reconoci¨® que los ingresos han sido calculados algo a la baja, seg¨²n, como dijo, "hip¨®tesis razonables".
Segundo compromiso: si la econom¨ªa crece a ritmo mayor del calculado, lo que no excluy¨®, "y ello se tradujera en una mejora no prevista de los ingresos p¨²blicos, esta mejora se aplicar¨¢, preferentemente, a una reducci¨®n adicional del d¨¦ficit, acelerando as¨ª el calendario previsto".
Aunque se curaba en salud con el adverbio "preferentemente", Solbes sal¨ªa al encuentro con este compromiso de lo que -seg¨²n ya sab¨ªa-, se le iba a recomendar. Estos dos compromisos se enmarcaron en la necesidad de "sentar las bases para que Espa?a" acceda a la moneda ¨²nica en 1997, "desde el principio, lo que sigue siendo un objetivo pol¨ªtico de primera magnitud para el Gobierno espa?ol".
Hasta llegar a la aprobaci¨®n, el ministro espa?ol fue sometido a una r¨¢faga de preguntas del Comit¨¦ Monetario, sobre todo sobre si era suficientemente ambicioso el 3,9% de crecimiento previsto para el bienio 1996-1997; si podr¨ªa reducirse la inflaci¨®n al 3,5% al final del per¨ªodo; o si todo el cuadro macroecon¨®mico que dar¨ªa en agua de borrajas por un s¨²bito cambio de coyuntura. Logr¨® convencer.
En cuanto al d¨¦ficit, se hizo fuerte en que su control se basa, de un lado, en un crecimiento moderado del gasto. Para ello Solbes conf¨ªa en la moderaci¨®n salarial "no s¨®lo en 1994 y 1995, sino en el futuro"; en el control del gasto sanitario y la moderaci¨®n de los sueldos de los funcionarios; en la cobertura de s¨®lo la mitad de las bajas registradas en la Administraci¨®n y en la lucha contra el fraude fiscal. Y, de la otra parte, en unos ingresos que mantengan estable su proporci¨®n con el producto interior bruto, sin confiar "¨²nicamente en la mejora del ciclo". El componente del d¨¦ficit no imputable al Gobierno -de ¨¦l dependen 4,6 puntos de los 5,9 previstos para 1995, el resto es de comunidades aut¨®nomas y municipios- la impresi¨®n del Gobierno "es que se puede cumplir" tambi¨¦n el objetivo. Solbes record¨® que Catalu?a y el Pa¨ªs Vasco hab¨ªan registrado algunas desviaciones, "ya reorientadas".
Sobre la inflaci¨®n fue m¨¢s parco, aludiendo a la reforma del mercado de trabajo ya emprendida y a las reformas estructurales inmediatas (en telecomunicaciones y mercado del suelo) como factores de reducci¨®n.
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