Las damas vuelven al desierto
Espa?a env¨ªa a T¨²nez gacelas saharianas que se extinguieron hace 25 a?os en ?frica, tras criarlas en Almer¨ªa
"Tenemos tanta fe en estos animales, en su esp¨ªritu salvaje, que esperamos que ma?ana mismo se olviden de nosotros". Eso fue lo que dijo la bi¨®loga Mar Cano, directora del Parque de Rescate de la Fauna Sahariana, de Almer¨ªa, en cuanto vio las 14 gacelas dama que hab¨ªa llevado desde Espa?a a T¨²nez olisqueando y correteando en el Parque Nacional de Bou-Hedma, en el pre-S¨¢hara. Estos ungulados, que desaparecieron en 1968 de su h¨¢bitat natural por una caza excesiva y que han sido criados en una finca no muy espaciosa detr¨¢s de la alcazaba de Almer¨ªa, se reencontraron esta semana, despu¨¦s de un d¨ªa metidos en un estrecho caj¨®n, con su paisaje: una seca sabana de acacias espinosas, con avestruces, ant¨ªlopes oryx y addax, gacelas dorcas y v¨ªboras.Federica naci¨® este a?o, hija de Jorge y de Sof¨ªa. Acor, Delfo y Geri¨®n son tres machos del 93. Kef era el m¨¢s peque?o de los que viajaban -seis meses-. Dominga, la de m¨¢s edad; naci¨® hace ocho a?os. Por eso, porque cuanta m¨¢s edad m¨¢s prudencia, fue la primera que vio Bou-Hedma.
El proyecto comenz¨® hace un a?o, cuando el Gobierno tunecino solicit¨® a Espa?a gacelas dama (de la subespecie mohor) para repoblar Bou-Hedma, un parque donde se intenta recuperar su fauna natural. El Gobierno espa?ol, tras comprobar la idoneidad de la zona, accedi¨®. El Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC), del que depende el centro de Almer¨ªa, y el ICONA se hicieron responsables del traslado. Se trataba de la primera cooperaci¨®n de este tipo con T¨²nez. "Ha sido el primer paso, pero queremos reforzar esta cooperaci¨®n", dijo en Bou-Hedma Abelhamid Karem, subdirector general de Caza y Parques Nacionales.
El traslado fue laborioso. Comenz¨® a las siete de la ma?ana del martes en Almer¨ªa. Cada gacela era atrapada entre redes. Inmovilizada, pesada y pinchada con un tranquilizante para que aguantara el largo viaje. Tras algunos problemas de papeleo de aduanas, los catorce cajones viajaron en un avi¨®n militar a Monastir. Veinticuatro horas despu¨¦s, los ungulados eran abiertos, uno por uno, y evitando cualquier movimiento brusco a su alrededor. Ante ellos, un sitio bien distinto. Es dif¨ªcil explicar lo que puede sentir un animal cuando se halla frente a un paisaje impreso en sus genes pero nunca visto, cuando se topa con la libertad (o casi; porque Federica, Delfo, Mila, Kef... tendr¨¢n primero que pasar unos meses de aclimataci¨®n en una finca amplia, pero vallada). Debe de ser algo parecido a la desorientaci¨®n, la emoci¨®n y algo de miedo. Por lo menos, eso pod¨ªa deducirse de los movimientos tras salir del caj¨®n: un trotecillo, frenazo en seco, pasos indecisos, miradas a uno y otro lado, movimiento de la colilla... primer bocado de alguna planta. Estos animales de porte elegante y llamativo pelaje (caoba y blanco), que pesan hasta 65 kilos, a¨²n resultan m¨¢s bellos all¨ª.
Todo sali¨® perfecto. "Lo interesante de esto es que parezca f¨¢cil; se?al de que va bien", dijo Gerardo Espeso, el veterinario del centro de Almer¨ªa, que se traslad¨® a T¨²nez. "Despu¨¦s de muchos a?os criando gacelas para que se reintroduzcan en su h¨¢bitat natural, aqu¨ª estamos, con una valla lejana que no se ve, acacias, y las gacelas tranquilas, agrup¨¢ndose", dijo Mar Cano, tan satisfecha como profesional. Ella y Teresa Ab¨¢igar, la otra bi¨®loga del Parque de Rescate de la Fauna Sahariana, se quedar¨¢n hasta el pr¨®ximo martes observando a sus gacelas: si se adaptan bien a comer lo que all¨ª hay, su organizaci¨®n social, c¨®mo distribuyen su tiempo, las jerarqu¨ªas que establecen.
En el centro de Almer¨ªa tambi¨¦n se cr¨ªan otras especies saharianas desaparecidas en estado salvaje: arruis y gacelas dorcas y de cuvier; 420 ejemplares en total. El n¨²cleo del que parti¨® tan generosa caba?a actual proced¨ªa sobre todo de los ejemplares tra¨ªdos por el Ej¨¦rcito espa?ol tras abandonar el S¨¢hara.
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