Manuel Matji no logra superar en 'Mar de luna el esquematismo del gui¨®n
El cineasta canadiense Atom Egoyan present¨® en el pasado Festival de Cannes una singular y desconcertante obra titulada Ex¨®tica, que ayer fue estrenada en el marco de la secci¨®n oficial de este festival. Es una compleja y bella pel¨ªcula, que gana en riqueza y capacidad de sugerencia cuantas m¨¢s veces se ve. Convence por donde pasa, al contrario que la espa?ola Mar de luna, dirigida por Manuel Matji, que no logra con su ¨¢gil y preciso trabajo de direcci¨®n, lleno de destellos de conocimiento del oficio cinematogr¨¢fico, superar la -en realidad insuperable- endeblez y el extremado esquematismo del gui¨®n. Manuel Matji es un expert¨ªsimo escritor de pel¨ªculas, que en esta ocasi¨®n tiene entre las manos un gui¨®n ajeno, firmado por Mart¨ªn Fresneda. Malji lo afronta en funciones de director, casi con mec¨¢nica de encargo. ?l mismo lo cuenta: "Acept¨¦ dirigir la pel¨ªcula sin antes haber le¨ªdo el gui¨®n. Cuando, ya para filmarlo, lo le¨ª, me pareci¨® que conten¨ªa una historia interesante y, sobre todo, un personaje, el que interpreta Emma Penella, con mucha riqueza potencial. Pero el texto era excesivamente largo y tuve que acortarlo sin demasiados mi ramientos, hasta que qued¨® des pojado de la teatralidad y el verbalismo que oscurec¨ªa el lado visual del relato".
La propia Emma Penella corrobora a su director: "Habl¨¦ mucho con. Manolo acerca de mi personaje y coincidimos en todo sobre su caracterizaci¨®n y su composici¨®n. Me gusta esa mujer y creo que es un personaje lleno de claridad, tal vez el m¨¢s claro que he interpretado en mi vida. No intent¨¦ darle a su relaci¨®n con el muchacho protagonista ning¨²n contenido amoroso, al menos en sentido sexual, pero hay quien no opina lo mismo, de manera que si este lado sexual de la relaci¨®n entre la abuela y el adolescente existe es, en lo que a m¨ª respecta, no premeditado".Naufragio parcial
El trabajo de Emina Penella -junto a esa aludida precisi¨®n y alta profesionalidad de la filmaci¨®n de Matji- es con mucho lo mejor de esta insatisfactoria pel¨ªcula, de cuyo naufragio como totalidad se salvan destellos parciales de verdadero cine. Por ejemplo, esa luminosidad a que alude Penella y que, involuntariamente por parte de esta maravillosa actriz se traduce en una original y sutil historia de amor entre una anciana y un muchacho. La delicadeza de este juego amoroso quedar¨¢ como un ejemplo de c¨®mo el talento de un int¨¦rprete puede, si est¨¢ bien orientado por el director, mantener en pie algo insostenible.
Por el contrario, en Ex¨®tica hay un ejercicio perfecto de escritura cinematogr¨¢fica estrictamente visual. Es obra de esa rara especie donde sin impostura se ' puede hablar de autor¨ªa del director, Atoni Egoyan, en este caso un cineasta de acusad¨ªsima personalidad, que deja su sello tanto en la escritura como en la imagen y en el -en este caso muy complejo- juego de los int¨¦rpretes. De Egoyan conocemos en Espa?a El liquidador, un filme que dej¨® huella. Y la singularidad del estilo de Egoyan, que all¨ª lograba primorosos 'encajes de im¨¢genes, sin antecedentes y fascinantes por encima de su lado herm¨¦tico, se acent¨²a en Ex¨®tica gracias a una mayor apertura del escritor y director hacia la plena inteligibilidad de su relato, que sigue siendo sombr¨ªa, pero finalmente di¨¢fano, luminoso dentro de su tenebrismo.
Esta notable pel¨ªcula canadiense se estrenar¨¢ pronto en. nuestras pantallas y habr¨¢ entonces que tirar del hilo de sus entrelineados, que son muchos y no tienen desperdicio. Egoyan, pese a su juventud, es ya un maestro incontestable, que puede gustar m¨¢s o menos, pero que logra hacer cine irrebatible, distinto a cualquier otro y, por consiguiente, abierto de par en par al futuro.
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