De siglo en siglo

Es T¨ªo Vania en la calle 42 una de esas taras, rar¨ªsimas pel¨ªculas ante las que se tiene la tentaci¨®n quim¨¦rica de creer, sin dejar hueco a la duda, que alguien, dentro de otro siglo seguir¨¢ vi¨¦ndola y saldr¨¢ con los Ojos h¨²medos y reconfortados de su visi¨®n.No convocar¨¢ este T¨ªo Vania a grandes masas de espectadores, ni lo pretende, ni lo necesita: pero prevalecer¨¢, saltar¨¢ y har¨¢ saltar a la voz de Chejov de siglo en siglo. Cine para siempre y por consiguiente cine m¨¢s que rentable: se hizo en poco m¨¢s de una semana y en su realizaci¨®n se emple¨® me nos dinero que el que cualquier superproducci¨®n de Hollywood destina a un minuto de su cine muerto o, en el mejor de los casos, destinado a morir, perecedero.

Pero Anton Chejov, David Mamet, Louis Malle, Andr¨¦ Gregory, sus ocho actores _Wallace Shawn, Brooke Smith, George Gaynes, Julianne Moore, Larry Pine, Lynn Cohen, Phoebe Brand y Jerry Mayer- Redman.y los ecos del rinc¨®n de Manhattan donde hacen su trabajo, seguir¨¢n oy¨¦ndose cuando Hollywood sea un punto del mapa mudo para siempre. Parece, viendo T¨ªo Vania, que todos han sido atrapados por un remolino de inspiraci¨®n art¨ªstica colectiva, que absorbe a los espectadores, arrastrados y convertidos en protagonistas boquiabiertos del lado de ac¨¢ de una pantalla que revela el misterio del tiempo y su paso, el enigma de la vida y su decadencia.