Protecci¨®n al consumidor

Hace varios meses llev¨¦ a un establecimiento de tintorer¨ªa un chaquet¨®n de mi propiedad. Por error, negligencia o accidente, dicha prenda qued¨® deteriorada hasta resultar inservible, sin que los propietarios del establecimiento aceptaran indemnizarme por ello. Hasta aqu¨ª, todo normal: uno m¨¢s de los innumerables casos de este tipo que ocurren a diario.Pero lo asombroso viene a continuacion: confiada en las apelaciones a la conciencia c¨ªvica del consumidor, me dirig¨ª a la Subdirecci¨®n General de Protecci¨®n al Consumidor de la Comunidad de Madrid y formul¨¦ all¨ª una reclamaci¨®n contra la tintorer¨ªa. Meses despu¨¦s -sin que se me hubiera requerido ninguna informaci¨®n complementaria ni solicitado mi presencia en ning¨²n acto. de conciliaci¨®n- recib¨ª una carta de dicha subdirecci¨®n general comunic¨¢ndome que mi denuncia hab¨ªa sido desestimada. Como en la carta no se alegaba ninguna raz¨®n, llam¨¦ por tel¨¦fono y me explicaron que, "hechas las oportunas comprobaciones y o¨ªda su asesor¨ªa jur¨ªdica", no hab¨ªan hallado motivo justificado de reclamaci¨®n.

Bien. Resignada, acudo a la tintorer¨ªa para recoger! lo que quedaba de mi chaquet¨®n y el empleado se niega a devolv¨¦rmelo porque, seg¨²n ¨¦l, nadie se hab¨ªa personado all¨ª para verificar el estado de la prenda, en ning¨²n momento hab¨ªan sido requeridos para ning¨²n tipo de inspecci¨®n y, claro est¨¢, no hab¨ªan recibido ninguna comunicaci¨®n sobre el tr¨¢mite de mi denuncia. En resumen, que la Subdirecci¨®n General de Protecci¨®n al Consumidor no hab¨ªa hecho nada.

Resulta curioso pensar en las campa?as informativas que se hacen para que los consumidores tomemos conciencia de nuestros derechos. ?Para qu¨¦ sirven si, cuando nos decidimos a reclamarlos, la desidia, la incompetencia o la desverg¨¹enza de quienes est¨¢ obligados a tutelarlos nos demuestran que es in¨²til?-

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