Un gran caso en la sierra de Cazorla
El pasado fin de semana, el juez Miguel Moreiras, particip¨® en una cacer¨ªa en una finca de la Sierra de Cazorla. Al controvertido juez, de natural herm¨¦tico, tan famoso por sus decisiones judiciales sonadas como por las rectificaciones inmediatas que suele adoptar, quienes le conocen bien le notaron especialmente preocupado.La tensi¨®n que le invad¨ªa estaba justificada porque el viernes hab¨ªa dejado listo un auto, que notific¨® el lunes, en el que impon¨ªa un dep¨®sito de 65.000 millones de pesetas a cuatro ex directivos de la cooperativa PSV, fianza que ha c¨ªa extensiva, en concepto de responsabilidad civil subsidiaria, al sindicato UGT y a, la cooperativa PSV. Esa fianza, que parec¨ªa des tinada a desembocar en embargo en el plazo de tres d¨ªas, cuenta con la pr¨®rroga impl¨ªcita de un mes y est¨¢ abierta a una sustancial rebaja de acuerdo a la proprorcional renuncia de responsabilidades que asuman los cooperativistas.
En Cazorla, Moreiras s¨®lo traicion¨® su tradicional hermetismo con un comentario: "El caso PSV puede ser nada comparado con lo que puede estallar esta misma semana". Se refer¨ªa al caso de dinero negro, saldado con dos inculpados con fianza de cinco millones, otros dos sospechosos en libertad, y otro, el m¨¢s famoso, Enrique Sarasola, tambi¨¦n libre, aunque no de sospecha.
En los aleda?os de la Audiencia Nacional un polic¨ªa jucicial comentaba ayer, mientras Sara sola estaba todav¨ªa declarar¨ªodo: "He visto al juez caliente y no creo que se le escape". Sali¨® tras una hora de interrogatorio, aunque el propio Sarasola explica que su implicaci¨®n es producto de un pinchazo telef¨®nico, porque el bancario sospechoso de organizar una red de evasi¨®n de dinero negro, Jos¨¦ Carlos Mart¨ªn Guzm¨¢n, e, un amigo y su vecino en las fincas de El Encinar, donde tienen caballos.
Fuentes pr¨®ximas a la investigaci¨®n creen que Moreiras confiaba en que las grabaciones telef¨®nicas y la toma de declaraciones a los ¨¢ los sospechosos ser¨ªan base suficiente para un proceso. Al parecer, el juez se precipit¨® para evitar cualquier filtraci¨®n ?Hab¨ªa que ver ayer la sorpresa con que la noticia fue llegando a diversos miembros del Gobierno! El problema ahora es si la prisa y la falta de pruebas concluyentes no habr¨¢n lleva do a Moreiras a dejar escaparse por los Cerros de Ubeda el gran caso de la Sierra de Cazorla.
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